miércoles, 30 de noviembre de 2005

Tema 9 H� Bachillerato

LA GUERRA CIVIL ESPA�OLA (1936-1939)


1.- CAUSAS DE LA GUERRA

Algunas son estructurales (como consecuencia de problemas latentes no resueltos antes) y otras coyunturales (las que hemos expuesto en el tema anterior). Veamos:
? Causas Estructurales:
- El m�s importante fue el problema social: las enormes diferencias entre trabajadores y propietarios. Los odios eran profundos y la lucha de clases se hab�a radicalizado, debido a las esperanzas de los trabajadores en las reformas de la II Rep�blica y a la resistencia de los patronos, sobre todo en el campo. El tema agrario fue clave.

- El problema regional se produce por la oposici�n de la derecha y del ej�rcito a los nacionalismos perif�ricos. La concesi�n del Estatuto a Catalu�a (1932), y la tramitaci�n de los estatutos vascos y gallegos en 1936, se interpret� por los sectores citados como la divisi�n y la desmembraci�n de Espa�a, algo inaceptable desde su punto de vista.

- La cuesti�n religiosa es otra causa ya que contribuy� a dividir a la poblaci�n espa�ola y al alineamiento en uno u otro bando. Por un lado estaban los defensores de que todo siguiera como antes, manteniendo el poder predominante de la iglesia en la sociedad; y por otro los que se opon�an a ello, defendiendo un anticlericalismo radical, la separaci�n Iglesia-Estado, la ense�anza laica, etc., en una sociedad mayoritariamente cat�lica. El enfrentamiento entre ambas posturas, la legislaci�n republicana en este sentido y la falta de di�logo agudiz� el problema.

- Tambi�n influy� la tradicional man�a de los espa�oles en querer resolver los problemas por la fuerza, y no democr�ticamente: tanto la izquierda, con un movimiento obrero que deseaba alcanzar una revoluci�n social y el poder como fuera; como la derecha, que tem�a una revoluci�n marxista y estaba acostumbrada a solucionar los conflictos con los militares. Falt� paciencia, di�logo y voluntad.

En definitiva, la Guerra fue el resultado del enfrentamiento entre las dos Espa�as: por un lado, los viejos grupos olig�rquicos, que se opon�an al cambio y que contaron con gran parte del ej�rcito, de tradici�n golpista; por otro, la burgues�a media y el movimiento obrero, que ped�an la redistribuci�n del poder mediante la aplicaci�n de un sistema democr�tico con partidos pol�ticos, autonom�as, estado laico y constituci�n.

? Causas Coyunturales:
La crisis de las democracias y el auge de los movimientos totalitarios influyeron asimismo en el origen y desarrollo de la Guerra Civil, pues propici� el apoyo de los fascistas a la derecha espa�ola y de la URSS a los republicanos.
- Conviene recordar que en los a�os treinta Hitler en Alemania, con el modelo nazi, y Mussolini en Italia, con el modelo fascista, se hab�an aupado al poder. El avance del fascismo tiene consecuencias inmediatas en la pol�tica espa�ola, que se va a decantar mayoritariamente por el uso de la fuerza y por el desprecio a la democracia como sistema pol�tico, y que se manifiesta en la fundaci�n de Falange Espa�ola y otros grupos fascistas (como las JAP: Juventudes de Acci�n Popular).

- Tambi�n hay que se�alar el cambio de pol�tica de la URSS y la Internacional Comunista, que se tradujo en una alianza con la izquierda burguesa para la creaci�n de frentes populares frente al fascismo. Como contrapeso a los anteriores, los partidos del movimiento obrero organizan milicias comunistas y socialistas (como la JSU: Juventudes Socialista Unificadas).

La espiral de violencia fue creciendo y a un asesinato se suced�a otro en represalia, como el del teniente Castillo a manos de falangistas y como respuesta el de J. Calvo Sotelo. El orden p�blico, que desde el inicio dela Rep�blica fue un problema, fue instrumentalizado por la derecha y represent� el motivo final de la sublevaci�n.








2.- EL DESARROLLO DE LA GUERRA

2.1.- Los Proleg�menos
Desde las elecciones de 1936 hab�a rumores de golpe de Estado. Por esa raz�n, el gobierno hab�a cambiado de destino a algunos militares. Entre los m�s significativos estaban: Mola, que desde Navarra prepar� el levantamiento; Sanjurjo, exiliado en Portugal desde 1932 y que era el jefe supremo; Franco, a�n en segundo plano y que se hallaba en Canarias y Goded en Baleares.

La tarde del 17 de Julio, seg�n �rdenes de Madrid, tropas de regulares y la Legi�n ocupan Melilla; Yag�e hacia lo mismo en Ceuta y Franco viaja desde Canarias a Tetu�n para tomar el mando del ej�rcito africano. La rebeli�n se extiende r�pidamente a la Pen�nsula los d�as 18 y 19.

En Madrid, Casares Quiroga se entera de lo de Melilla, pero no toma medidas, neg�ndose a entregar armas a la poblaci�n como exig�an partidos obreros y sindicatos, a la vez que dimite ese d�a 18. Por lo que Aza�a nombra a Mart�nez Barrios como jefe del Gobierno, quien dimite al d�a siguiente; por lo que elige a Jos� Giral, que s� acepta armar a la poblaci�n. Paralelamente, y mientras Aza�a intenta sin �xito pactar con los sublevados, PCE y PSOE movilizaron a sus militantes para combatir la rebeli�n, relegando al Gobierno a un segundo plano, que pierde pronto el control en las zonas leales a la Rep�blica (esa fue una de las claves de la derrota).

En Sevilla, el general golpista Queipo de Llano consigue dominar la ciudad con temeridad y astucia, despu�s de vencer la resistencia de las fuerzas de Asalto (leales a al Rep�blica) y milicias obreras armadas. Desde ah�, la sublevaci�n se extendi� por Andaluc�a occidental.

El d�a 20, en Madrid, las fuerzas leales al Gobierno y las milicias sofocan el levantamiento tomando el Cuartel de la Monta�a, donde se hab�an atrincherado los rebeldes. En Toledo, el coronel Moscard� se hizo fuerte en el Alc�zar con un grupo de cadetes, guardias civiles y falangistas, mientras la ciudad era tomada por las milicias.

En Barcelona y Catalu�a fracasa el levantamiento, pero en Castilla y Le�n, parte de Arag�n y otros lugares aislados triunfan los sublevados, quienes declaran el estado de guerra y llevan a cabo diversas medidas represivas, incluyendo m�ltiples detenciones y ejecuciones.

Respecto al ej�rcito, en Infanter�a predominaban los golpistas (sobre todo entre los mandos); en Aviaci�n los leales a la Rep�blica; y en la Marina hab�a divergencia, ya que la mayor�a de los oficiales estaba con los sublevados, mientras que la mariner�a era fiel a la Rep�blica.

Los sublevados, ahora llamados nacionales, controlaron las provincias con la econom�a menos desarrollada, de base agr�cola y condicionada por el caciquismo. Tambi�n dominan la frontera portuguesa, por donde recib�an ayuda.

La zona controlada por la Rep�blica era la m�s productiva y poblada, m�s politizada y con una mayor conciencia de clase. Manten�a en su poder la producci�n industrial, el oro del Banco de Espa�a, la flota y la aviaci�n.

A pesar de esas diferencias, hay un cierto equilibrio entre ambos bandos (por varios motivos), por lo que el golpe militar inicial se convierte en Guerra Civil (al alargarse, pues unos se defienden y otros tardan en conseguir sus objetivos). La ocupaci�n de Extremadura permite unir las zonas nacionales, y la toma de Madrid se convierte en la siguiente meta.



2.2.- Los dos Bandos

Como se intuye de lo visto hasta ahora, la distribuci�n inicial fue �sta:

? Zona Republicana: adem�s de las fuerzas ya citadas (gran parte de la Marina y Aviaci�n, aunque desertaron los mandos), m�s un contingente destacado de Tierra y de las Fuerzas de Orden P�blico (Guardia Civil, Guardias de Asalto y Carabineros), hay que rese�ar a las milicias (civiles armados, a los que se unir�n despu�s las Brigadas Internacionales) y partidos pol�ticos republicanos: moderados (como IR y UR), obreros (PSOE, PCE, POUM, PSUC,?), fuerzas sindicales (CNT y UGT), regionalistas (ORGA, ERC y PNV -aunque es de derecha-).
? Zona Nacional: el resto de las fuerzas militares (mayor�a de Tierra y mandos nombrados), m�s el ej�rcito de �frica (con la Legi�n y Regulares), casi la mitad de las Fuerzas de Orden P�blico y las siguientes fuerzas sociales o pol�ticas: FE y de la JONS (que hab�a aumentado notablemente sus efectivos desde 1936, cuyas milicias contribuyeron notablemente al control de la zona nacional, organizando las represalias en la retaguardia, adem�s de constituir el embri�n del partido �nico de Franco), Carlistas (Tradicionalistas o Requet�s, pensando en la posibilidad de una restauraci�n mon�rquica de su l�nea din�stica), buena parte de la Iglesia (que no considera este hecho como una guerra, sino como una cruzada liberadora contra el mal: el Vaticano fue uno de los primeros estados en reconocer al r�gimen y gobierno de Franco) y del mundo empresarial o financiero (como Juan March y otros, que aportan dinero o movilizar las instituciones de cr�dito internacionales), la aristocracia, la CEDA, los mon�rquicos de Renovaci�n Espa�ola, etc.
?
El resto de ciudadanos civiles espa�oles (la llamada masa neutra), aunque hab�a quienes se inclinaban hacia uno u otro bando seg�n sus propios intereses (los m�s potentados hacia los sublevados, y viceversa), en general, influy� mucho el lugar de residencia (donde le toc�).

2.3- Fases de la Guerra

En el curso de la guerra se pueden distinguir cuatro fases:
? 1� Fase: julio de 1936-marzo de 1937

En s�ntesis, las operaciones militares consistieron en casi el mismo objetivo tanto para los nacionales como para los republicanos (aunque de distinto sentido: dominar la parte de Espa�a que no se hab�a sumado a la sublevaci�n (en el primer caso), y defender esa misma zona (en el caso de los republicanos), al tiempo que buscaban la derrota definitiva del enemigo. De acuerdo con eso, en esta fase destacan seis actuaciones:

? El paso del estrecho: gracias al puente a�reo establecido con aviones cedidos por Alemania e Italia, el ej�rcito de Franco pudo cruzar el estrecho y llegar a Andaluc�a. Ya quela Armada y Aviaci�n fue fiel ala Rep�blica.
? Avance desde Andaluc�a: desde esta regi�n se dirigen hacia Extremadura (que ten�a una gran importancia estrat�gica, pues ayudar�a a conectar con la zona Norte en poder de los nacionales) y Toledo (donde resist�a Moscard�), que logran con facilidad debido a la preparaci�n de las tropas de �frica, su mayor fiereza, sus expeditivos m�todos de Guerra y a la falta de organizaci�n a�n de las fuerzas obreras y ej�rcito de la Rep�blica.
? Ofensiva sobre Madrid: de m�xima prioridad, al ser la capital de Espa�a, las numerosas fuerzas republicanas all� existentes, el oro del Banco de Espa�a, etc. Pero Madrid resiste, con el esfuerzo de sus vecinos, la llegada de las Brigadas Internacionales y aviones sovi�ticos. Tras el fracaso, Franco decide una serie de maniobras envolventes para aislarla (batalla de la carretera de La Coru�a, Jarama, Guadalajara, etc.).
? La frontera francesa: Mola ataca la frontera francesa en su parte occidental, tomando Ir�n.
? Ofensiva republicana contra Arag�n y Mallorca, que llevan a cabo desde Catalu�a. Pero que fracasan en ambos casos: en el primero, por el comportamiento de la CNT-FAI (que ejecuta su pretendida revoluci�n); en el segundo, por la ayuda de la aviaci�n alemana.
? La ca�da de M�laga: fue debida a su defensa desorganizada, por lo que fue una presa f�cil para las tropas italianas, marroqu�es y voluntarios espa�oles, con apoyo de la Marina y Aviaci�n (desde donde bombardean y ametrallan a los que huyen por la carretera de la costa).

? 2� Fase: de abril a noviembre de 1937

En esta etapa destacan las siguientes acciones:

? Por parte republicana, dos batallas (ambas ten�an como objetivo aliviar el frente Norte y las ciudades cercanas): la de Brunete, en las cercan�as de Madrid; y la de Belchite, cerca de Zaragoza.
? Los nacionales liquidan el Frente Norte: las ciudades m�s importantes del Cant�brico fueron cayendo en manos de Franco, hasta liquidar los �ltimos reductos republicanos. Estas ciudades no s�lo eran importantes estrat�gicamente, sino que su industria y minas ayudar�an a Franco a pagar una parte de su deuda a Alemania y disponer de m�s fuerzas.



? 3� Fase: 1938

Etapa clave, pues los nacionales cortan a los republicanos en dos. Destacan:

? La ofensiva nacional hacia el Levante, tomando Teruel y Castell�n: cortando el frente de Guerra y dejando a Catalu�a aislada del resto de la Rep�blica.
? La Batalla del Ebro: el ej�rcito republicano lanz� la �ltima gran batalla, para intentar salvar la situaci�n que ya hab�a dado un vuelco fundamental a favor de los sublevados. Cruzan el Ebro el 25 de julio y mantienen las posiciones entre el fuego intenso de las tropas de Franco. Pero la destrucci�n de loa puentes, la riada desatada por la rotura de todos los embalses de la cuenca del Ebro, sucesivos contraataques nacionales, la retirada de los voluntarios brigadistas internacionales y la claudicaci�n de Francia y Gran Breta�a ante Hitler (Pacto de Munich), con el consiguiente cierre de la frontera francesa., las fuerzas republicanas se retiran y dan por perdida la Batalla del Ebro.

? 4� Fase: de diciembre de 1938 hasta el 1 de abril de 1939

Definitiva, pues los nacionales ocupan Catalu�a y cae Madrid.

Tras la batalla del Ebro las tropas nacionales avanzan sin excesiva oposici�n, entrando el 26 de enero de 1939 en Barcelona. A pesar de los esfuerzos de Negr�n por aprobar un plan de resistencia, el gobierno de Franco hab�a sido reconocido por Francia y Gran Breta�a; y, adem�s, las fuerzas republicanas estaban ya divididas entre los partidarios de resistir y los que cre�an que seguir con la guerra era una acto de crueldad y prefer�an negociar. Franco rechaz� la negociaci�n y promulg� una Ley de Responsabilidades Pol�ticas, que establec�a duras condiciones a los que hab�an colaborado con la Rep�blica. Soldados y civiles cruzan la frontera y Francia les recluye en campos de refugiados. Ya s�lo quedaba parte del Centro y Sureste.

En Madrid, la Rep�blica se derrumba con la divisi�n entre comunistas (partidarios de la resistencia hasta el final) y las fuerzas del coronel Casado (que deseaban la rendici�n, creyendo que Franco negociar�a con los militares). La flota republicana se rinde, y termina la Guerra oficialmente el 1 de abril de 1939.


3. LA INTERVENCI�N EXTRANJERA

La guerra habr�a sido m�s corta sin la ayuda de las potencias extranjeras, y esta actuaci�n estuvo condicionada por la coyuntura internacional. Francia y Gran Breta�a trataron de localizar y aislar el conflicto espa�ol, para evitar el la extensi�n del conflicto a Europa, sin importarles abandonar un gobierno leg�timo (como era el republicano).

Por eso, la Rep�blica s�lo cont� con la ayuda militar de la Uni�n Sovi�tica, que entend�a la guerra espa�ola como una lucha entre fascismo y democracia. M�jico fue, sin embargo, el que primero sirvi� un env�o de ayuda, ante la divisi�n p�blica y la presi�n de EEUU para que esta no fuera mayor.

Los sublevados contaron con la ayuda militar de la Italia fascista y la Alemania nazi. Asimismo, el dictador portugu�s Salazar mantuvo una estrecha colaboraci�n con Franco, al deportar a los republicanos que cruzaban la frontera y facilitar la ayuda de los sublevados a trav�s de la frontera.
El 1 de agosto de 1936, los gobiernos de Francia y Gran Breta�a propusieron al resto de los pa�ses europeos un Pacto de No Intervenci�n en la guerra espa�ola, con objeto de evitar que no variasen las relaciones internacionales. De los pa�ses mencionados anteriormente, M�jico fue �l �nico que no firm�; los dem�s se comprometieron a no enviar material b�lico a Espa�a, armas o voluntarios. Esta pol�tica consideraba en plano de igualdad a los dos contendientes, y de nada sirvieron las protestas de la Espa�a republicana ante la Sociedad de Naciones.

Es evidente que el pacto no fue respetado por los firmantes, pues Alemania e Italia por una parte, y Rusia por otra, ayudaron en el conflicto durante toda la guerra. Alemania incluso envi� a la c�lebre Legi�n C�ndor, responsable del bombardeo de Guernica. Los portugueses ayudaron estrat�gicamente.

Estados Unidos sigui� con su pol�tica de no intervenci�n en los asuntos de otros pa�ses. Fue rechazada la petici�n de ayuda del embajador espa�ol y la pretensi�n de algunas empresas de remitir material al gobierno republicano; sin embargo, los sublevados contaron con env�os de motores y combustible de la Ford, General Motors y Texaco.

La ayuda de la URSS fue para la Rep�blica la m�s importante, y se hizo en forma de equipos y material, t�cnicos, aviones. Esta ayuda se pag� con el oro del Banco de Espa�a, lo que alcanz� para env�os intermitentes; mientras que las fuerzas de Franco las recib�an ininterrumpidamente, contribuyendo decisivamente a la victoria de las tropas franquistas.
Sin embargo, entre los apoyos de la Rep�blica hay que destacar las mencionadas Brigadas Internacionales, organizadas en Francia desde 1936: estaban integradas por voluntarios de m�s de 60 nacionalidades y con una ideolog�a diversa, pero convencidos de que apoyar a la Rep�blica era combatir por la libertad y contra el fascismo. Tuvieron que abandonar el pa�s en diciembre de 1938, ante las presiones el Comit� de No Intervenci�n (y el Pacto de Munich).

La Guerra Civil se convirti� en la antesala de la Segunda Guerra Mundial, con una confrontaci�n de dos modelos de sociedad y de r�gimen pol�tico.


4. LA VIDA EN AMBAS ZONAS
? A) Zona Republicana
Una de las causas de que se perdiese la guerra, seg�n los historiadores, fue la divisi�n existente desde un principio en la zona Republicana. El dilema estaba en �qu� ten�a prioridad para la izquierda, ganar la guerra o hacer la revoluci�n?

- La segunda postura fue defendida por organizaciones como el POUM y la CNT, que llevaron a cabo colectivizaciones y experimentos de comunismo libertario.

- Otros grupos, como el PCE y un sector del socialismo, exig�an un esfuerzo primero para ganar la guerra, dejando la revoluci�n para despu�s. Esta posici�n significaba la desaparici�n de las colectivizaciones y la centralizaci�n de las decisiones del gobierno. Por eso, la negativa del POUM y de los anarquistas en apoyarlo motiv� diversos y graves conflictos.

Al comienzo de la guerra, muchas f�bricas y tierras fueron abandonadas por sus propietarios huidos al otro bando. El gobierno s�lo legaliz� algunas a posteriori, mediante leyes y decretos, que en muchos casos permitieron el acceso de los campesinos a la propiedad de la tierra. Por otra parte, el Estado se hizo cargo de los ferrocarriles, el�ctricas y monopolios de combustibles.

En zonas de Catalu�a y Arag�n, de fuerte implantaci�n anarquista, las empresas y campos quedaron bajo la direcci�n de comit�s obreros: la idea era hacer la revoluci�n, para ganar la guerra. Socialistas, republicanos y comunistas, por el contrario, eran partidarios de la nacionalizaci�n de los medios de producci�n, bajo una direcci�n centralizada, para dedicarlos a una econom�a de guerra; lo que plante� conflictos entre el gobierno central, catal�n y vasco.

- La evoluci�n pol�tica en la zona republicana fue compleja. Al principio, el gobierno estuvo presidido por Giral (de Izquierda Republicana); a la par que exist�an comit�s locales y juntas, a las que el gobierno tuvo que reconocer.

- M�s adelante, ser� Largo Caballero (PSOE) qui�n se haga cargo del Gobierno, con la inclusi�n de todos los grupos del Frente Popular y con el apoyo de los anarquistas de la CNT. Con ello, Largo Caballero persigue la reorganizaci�n del Estado para ganar la guerra, que inclu�a la expropiaci�n de las propiedades de los sublevados, intensificaci�n de los esfuerzos para logra el apoyo internacional, militarizar las milicias, intentar recuperar el poder que se hallaba disperso, reordenar el territorio. Es decir, abandonar toda pol�tica partidista y centrarse en ganar la guerra.

- En mayo de 1937, CNT y POUM protagonizaron unos sucesos que forzaron la dimisi�n de Largo Caballero y el paso a la presidencia de Juan Negr�n (PSOE), que fortaleci� el Estado para evitar cualquier intento revolucionario, apoy�ndose cada vez m�s en el PCE, el �nico que ten�a un modelo de ej�rcito eficiente, y la ayuda de la Uni�n Sovi�tica. Negr�n y los comunistas mantuvieron una pol�tica de resistencia a ultranza, esperando que la guerra que amenazaba Europa hiciera cambiar la posici�n de las democracias occidentales hacia la Rep�blica. La pol�tica de Negr�n, y la influencia que durante su gobierno adquiri� el PCE, dividi� al partido socialista y gener� un enfrentamiento entre republicanos, socialistas y anarquistas, que se mantuvo en el exilio.

? B) Zona Nacional

El levantamiento se produjo sin que los sublevados tuvieran claro un proyecto pol�tico definido. Entre ellos exist�a una amalgama de tendencias pol�ticas y sociales: mon�rquicos alfonsinos, carlistas, falangistas, cedistas, militares..., sin que ninguno renunciase a sus principios ideol�gicos; aunque, entre todos, Falange era el que mayor fuerza detentaba.

1.- Despu�s de la sublevaci�n, los militares constituyeron en Burgos una Junta de Defensa Nacional, que actu� como un poder soberano: declar� el estado de guerra, coordin� las operaciones militares, asumi� las tareas de administraci�n y las instituciones del Estado existentes en el territorio y legisl� en materia de educaci�n, familia y dio los primeros pasos para derogar las leyes republicanas. En lo econ�mico trat� de crear los instrumentos necesarios para financiar la guerra y anular las expropiaciones, devolviendo la tierra a sus antiguos propietarios.
2.- En agosto del 36, la necesidad de un mando �nico lleva a proclamar a Franco por encima de otros generales mejor situados (Mola y Queipo de Llano) como General�simo de todas las fuerzas nacionales y Jefe del Gobierno Espa�ol con todos los poderes.

Su primer acto de gobierno fue la creaci�n de la Junta T�cnica de Estado, integrada por militares y civiles, bajo el control del general�simo.

Era un estado sin articulaci�n pol�tica e ideol�gica, algo de lo que se encargar�a su cu�ado, R. Serrano Su�er. El primer paso fue integrar todas las fuerzas bajo la jefatura de Franco mediante el Decreto de Unificaci�n (19 de abril de 1937) que fusiona la FE y de las JONS con los tradicionalistas (FET de las JONS), con Franco como caudillo �nico, y en �l se integraron los dem�s partidos del bando sublevado (CEDA, Renovaci�n y otros menores).

Los falangistas intentaron mantener su esencia con M. Hedilla al frente, pero �ste es acusado de desacato, detenido y condenado a muerte (se libr� gracias a la mediaci�n de la iglesia y otros pol�ticos). La crisis se sald� con la consolidaci�n de la jefatura franquista. Despu�s se publicaron sus nuevos estatutos seg�n los cuales Franco s�lo respond�a ante Dios y ante la Historia.

3.- El primer gobierno de Franco se form� en enero de 1938, originando una nueva estructuraci�n pol�tica del r�gimen, con una representaci�n de todas las tendencias de los sublevados: destacando el ej�rcito con tres carteras, seguidos de los tradicionalistas y la iglesia.

Esto marca el inicio de un nuevo Estado Nacional, con el poder concentrado en su totalidad en manos de Franco. Su labor legislativa hasta el final de la guerra se resume en:

- Presentaci�n del Fuero del Trabajo, con al exposici�n de las principales ideas del r�gimen.
- La derogaci�n de la Ley del Divorcio.
- La creaci�n del Servicio Nacional de Reforma Econ�mica y Social de la Tierra.
- La Ley de Prensa, que establece la censura previa y el control gubernativo de los medios.
- Colaboraci�n entre Estado e Iglesia: retribuci�n, devoluci�n de bienes, educaci�n, etc.
- Ley de Responsabilidades Pol�ticas, que persegu�a a los enemigos del r�gimen.

5. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
? Una de las primeras consecuencias de la guerra fue la represi�n:

-En la zona sublevada, �sta fue institucional y sirvi� para vencer la resistencia de la poblaci�n mediante el terror.
-En la zona republicana fue una acci�n revolucionaria incontrolada, aprovechando el vac�o de poder y la impunidad. Es notorio el hecho de que las autoridades republicanas intentaran frenar las detenciones y los asesinatos arbitrarios de los comit�s revolucionarios, encauz�ndolo a trav�s de Tribunales Populares.

El m�todo represivo m�s com�n fue llamado el ?paseo?, pr�ctica que los dos bandos llevaron a cabo: unos contra la aristocracia, la burgues�a, los militares, eclesi�sticos, etc.; y los otros contra cualquier sospechoso de pertenec�a a un partido republicano, gobernantes y alcaldes durante la Rep�blica, obreros, m�dicos, maestros, etc.; como forma de escarmiento para aterrorizar a la poblaci�n, mezclando cuestiones pol�ticas muchas veces con cuestiones personales. Esa suma de odios motiv� una desconfianza de la poblaci�n, entre los propios vecinos e, incluso, entre gente de la misma familia, ante el clima de denuncias y delaciones.

Los que no perdieron la vida fueron separados de sus cargos y trabajos, encarcelados o muertos, incluso a�os despu�s de terminada la guerra. Los m�s afortunados marcharon al exilio.

? Entre las p�rdidas demogr�ficas, hay grandes discrepancias entre los historiadores, pero las cifras se aproximan al mill�n de muertos: contando los ejecutados por la represi�n en ambos bandos, fallecidos en combate, v�ctimas de bombardeos, muertos en las c�rceles una vez finalizada la guerra (como el poeta Miguel Hern�ndez), etc.
A ellos hay que sumar los exiliados o emigrados:, afectaron a la poblaci�n joven y en edad productiva, a intelectuales y artistas que hab�an protagonizado la Edad de Plata de la cultura espa�ola. Adem�s de los no nacidos en la guerra y a�os posteriores (poblaci�n hueca).
? Las p�rdidas econ�micas fueron muy cuantiosas. Especialmente afectada qued� la red de transportes y comunicaciones, sobre todo la ferroviaria. Tambi�n la gran cantidad de viviendas particulares destruidas y edificios p�blicos. El tejido industrial result� menos da�ado.
En endeudamiento de Espa�a al final era brutal: cerca de los 300.000 millones de pesetas (de las de entonces?), a lo que hab�a que sumar la p�rdida del oro del Banco de Espa�a.
Tambi�n se redujo considerablemente la superficie sembrada, debido a la falta de mano de obra y de ganado o equipamientos, requisados durante la guerra.
Eso tuvo como consecuencia el descenso brutal de la renta per c�pita, y s�lo hasta los a�os cincuenta no se recuperar�an los niveles de antes de la guerra:
? Pol�ticamente, la guerra trunc� el experimento democr�tico de la Segunda Rep�blica y la evoluci�n hacia una sociedad m�s moderna y solidaria e igualitaria. Pues con el triunfo de la derecha se aniquil� sistem�ticamente a toda la izquierda, con un r�gimen personal basado no en la voluntad popular, sino en la victoria: Dictadura personal de Franco, ideolog�a militarista y cat�lica, represora de toda disidencia pol�tica o ideol�gica.



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