EL DESARROLLISMO Y EL FIN DEL R�GIMEN
1. LA POL�TICA ECONOMICA (1959-1975)
Hacia 1959 el objetivo de los ministros m�s desarrollistas era el de liberalizar la econom�a espa�ola para situarla al nivel de los pa�ses occidentales, a la vez que se favorec�an cambios profundos en la sociedad espa�ola; y, aunque esto �ltimo no agradaba ni a Franco ni a Carrero Blanco, se emprendi� la reforma con el argumento de que el empeoramiento econ�mico podr�a traer funestas consecuencias para el r�gimen.
- As� se aprueba el famoso Plan de Estabilizaci�n en 1959: plan de ordenaci�n econ�mica que intenta transformar las estructuras productivas, liberalizar el mercado y abandonar gradualmente el intervencionismo estatal. La mayor�a de los sectores productivos estuvieron de acuerdo, as� como numerosos organismos internacionales (como el FMI) y el gobierno de los Estados Unidos, que colaboraron con cuantiosas sumas de dinero.
- En 1962 se cre� la Comisar�a del Plan del Desarrollo (dirigida por L�pez Rod�), para transformar la econom�a espa�ola y reducir los desequilibrios regionales, mejorar el nivel de vida de los espa�oles y modernizar las estructuras productivas. De aqu� sali� el Primer Plan de Desarrollo Econ�mico y Social (1964-1967), puesto en pr�ctica tras una etapa de notable crecimiento econ�mico, que hab�a duplicado la renta nacional respecto a la d�cada anterior. Se basaba en la inversi�n privada y en la eliminaci�n de los desequilibrios regionales, surgiendo as� los Polos de Desarrollo y de Promoci�n Industrial.
Pero los resultados del Plan no fueron del todo satisfactorios, pues no se crearon tantas empresas como se preve�a y el empleo fue menor de los esperado: de hecho, la emigraci�n hacia el interior y hacia el exterior segu�a increment�ndose, siguiendo creciendo las zonas m�s ricas.
- El II Plan se realiz� entre 1969 y 1971: fue una continuaci�n del anterior y sus efectos no mejoraron. Igual que el III Plan, relanzado entre 1972 y 1975, en plena crisis econ�mica mundial (petr�leo), cuyo fin coincidir�a con el de la dictadura.
2.- CONSECUENCIAS DEL DESARROLLISMO
? Transformaciones socioecon�micas:
- La mayor�a de las empresas de los a�os setenta crecieron gracias a las inversiones de la banca, cuyo poder era enorme (fue la gran protagonista).
- Los desequilibrios regionales se mantuvieron y mientras Catalu�a, Madrid y Pa�s Vasco vieron crecer su renta, en las dem�s regiones disminuyeron. No obstante, si uno observa el PIB y otros indicadores (renta per c�pita y saldo de la Balanza de Pagos), se aprecia un progreso continuo entre 1960 y 1973 (con oscilaciones tambi�n).
- Por sectores, retrocedi� el agroganadero, creciendo el sector industrial en los a�os sesenta (sobre todo el autom�vil, astilleros, el�ctricas, siderurgia, miner�a, etc) y, a partir de mediados de los a�os setenta, el de servicios (especialmente en las ciudades).
- El notable incremento del turismo se debi� tanto a la apertura econ�mica como a las propias condiciones geogr�ficas. Los ingresos se multiplicaron, gracias a la entrada de capital; el empleo creci� y aument� el nivel de vida en las �reas afectadas; se modific� el urbanismo y crecieron las infraestructuras (carreteras, aeropuertos, etc.). Los cambios m�s notables tuvieron lugar en las islas y en la ribera del Mediterr�neo.
- El desarrollo urbano fue consecuencia tambi�n del �xodo rural, provoc� un crecimiento espectacular en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla..., dando origen a la aparici�n de �reas metropolitanas y conurbaciones. As�, a comienzos de los setenta, la tercera parte de la poblaci�n espa�ola viv�a en las ciudades de m�s de 100.000 habitantes.
- Consecuencia importante del desarrollismo fue la emigraci�n hacia los pa�ses europeos, lo que sirvi� para amortiguar el paro existente y transferir divisas a Espa�a (ahorro).
- Las consecuencias medioambientales fueron funestas. La contaminaci�n urbana, en grandes ciudades y periferia, el incremento masivo de veh�culos; la inexistencia de l�mites al impacto medioambiental, los vertidos contaminantes a los r�os y a la atm�sfera, el crecimiento incontrolado de las ciudades, son efectos del desarrollo donde primo la cantidad sobre la calidad.
? La situaci�n de la agricultura
La modernizaci�n econ�mica afect� tambi�n al campo: las obras hidr�ulicas, pusieron en regad�o miles de hect�reas, el n�mero de tractores se duplic�, el uso de fertilizantes se generaliz�, as� como la especializaci�n de cultivos y la promoci�n ganadera...
A lo largo de la d�cada, el campo fue perdiendo poblaci�n (sobre todo j�venes), debido a las nuevas expectativas en otros sectores y como consecuencia de la crisis agraria que se agudiza a partir de ahora, originando el llamado �xodo rural, que vac�a y envejece los pueblos.
Lo m�s positivo de la disminuci�n de la mano de obra fue el aumento de los salarios; pero la producci�n, y por tanto la rentabilidad de las peque�as explotaciones, disminuy�; por esta raz�n se llev� a cabo una pol�tica de concentraci�n parcelaria, seguida de una de ordenaci�n rural, por la que se pretend�a concentrar explotaciones y hacerlas m�s rentables, en muchos casos creando cooperativas. Esta pol�tica permiti� la modernizaci�n del campo.
Adem�s, los organismos anteriores (como el INC) se convierten en el IRYDA (Instituto para la Reforma Y el Desarrollo Agrario).
La mecanizaci�n del campo espa�ol fue un proceso r�pido: tractores, cosechadoras y dem�s �tiles se incrementaron de forma espectacular, compensando la p�rdida de poblaci�n. Se abandonan tierras no mecanizables y se especializ� el cultivo, creciendo los regad�os.
En estas d�cada, aunque se dispar� la exportaci�n de productos como el aceite, vino, frutas y hortalizas, segu�a habiendo un d�ficit en la balanza comercial agraria, debido a las importaciones de cereales (para consumo humano) y piensos para la creciente caba�a ganadera.
La dieta alimenticia de los espa�oles mejor� gracias al incremento de la producci�n c�rnica y l�ctea, muy deficientes antes.
La ampliaci�n de superficies de regad�o fue una lucha constante por parte del IRYDA, que permiti� poner en regad�o m�s de un mill�n y medio de hect�reas.
En resumen el desarrollismo contribuy� al progreso econ�mico, modernizaci�n productiva y aumento en el nivel de vida de los espa�oles; pero consolid� los desequilibrios regionales con un �xodo rural que despobl� muchas aldeas, favoreci� la especulaci�n del suelo en las grandes ciudades, la dependencia tecnol�gica del exterior y la aparici�n de problemas medioambientales. La crisis de 1973, marca el fin de esta etapa de prosperidad.
3. TRANSFORMACIONES SOCIALES Y CULTURALES
? Cambios de mentalidad
EL progreso econ�mico y la apertura hacia el exterior modelaron gradualmente a una sociedad atrasada y rural, que fue entrando de lleno en el consumismo y en la modernidad. El proceso de urbanizaci�n, los electrodom�sticos, el turismo, los nuevos medios de comunicaci�n de masas favorecieron el cambio de mentalidad y la adopci�n de nuevos h�bitos sociales.
? Los cambios demogr�ficos
El desarrollo industrial, con el �xodo rural a que dio lugar, despobl� y envejeci� el �mbito rural (seg�n hemos explicado ya antes).
- En los a�os sesenta Espa�a asisti� a un crecimiento demogr�fico continuo (de 28 millones de habitantes en los a�os cincuenta se pasa a 35 millones a mediados de los setenta). Ese ascenso fue debido al mantenimiento de una elevada tasa de natalidad (20 por mil), al descenso progresivo de la mortalidad (incluyendo la infantil) y al aumento de la esperanza de vida. As� pues, la etapa de la posguerra hab�a sido superada. Sin embargo, a mediados de los sesenta se inicia un nuevo modelo demogr�fico (moderno), ya que empieza a desaparecer el baby boom de la etapa anterior, comenzando a disminuir la natalidad (empezando por la ciudades) debido a la gradual incorporaci�n de la mujer en el trabajo (fuera del �mbito familiar).
- La pol�tica llevada a cabo en materia de Seguridad Social permiti� a la poblaci�n Espa�a una mejor y m�s amplia asistencia sanitaria. Por otro lado, la difusi�n de nuevos h�bitos higi�nicos, la mejora de la nutrici�n, progresos de la medicina e general, etc, influy� en la paulatina disminuci�n de las cifras de mortalidad, aumentando la citada esperanza de vida.
- Tambi�n hemos hablado de las migraciones, que influyeron tanto en la distribuci�n de la poblaci�n espa�ola como en el crecimiento real. Afluy� sobre todo hacia regiones desarrolladas del pa�s, as� como hacia pa�ses europeos y suramericanos (tras el fin del aislamiento), con un crecimiento variable, hasta la crisis econ�mica mundial de 1973.
En zonas como Madrid, Barcelona o Pa�s Vasco la densidad poblacional se situ� en torno a los 120 habitantes por kil�metro cuadrado a mediados de los sesenta; sin embargo, la creaci�n de Polos de Desarrollo permitir� la expansi�n en torno a otros focos secundarios: como Sevilla, Zaragoza y Valencia.
? Los cambios sociales:
La modernizaci�n del pa�s ya se notaba a mediados de los sesenta, y se hizo m�s notorio en la d�cada de los setenta. A partir de ahora, la nobleza terrateniente y otros grupos conservadores pierden protagonismo a favor de los tecn�cratas (clases medias urbanas, con formaci�n universitaria).
- Respecto a los sectores sociales, en la d�cada de los setenta a�n continuaba casi igual la estructura de la sociedad espa�ola: con una minor�a (entre el 0?5 y el 1 % del total) que pose�a un elevado porcentaje (m�s del 20 %) de la riqueza. Destacaba una potente clase media (un 50 % de la poblaci�n), seguido de la clase obrera (32 %).
- Pero la situaci�n laboral segu�a anquilosada, pues el desarrollismo econ�mico no la moderniz� (no exist�a el derecho a la huelga ni a la libre sindicalizaci�n).
Fue a partir de 1960 cuando se establecieron normas que regulaban las funciones laborales: se estableci� el salario m�nimo y el gobierno se reserv� la potestad de intervenir para corregir una conflictividad que a la postre fue creciendo, sobre todo en la zonas industriales.
En la clandestinidad se extendieron las redes sindicales, en clara oposici�n al r�gimen: USO (Uni�n Sindical Obrera) y CCOO (Comisiones Obreras) estaban presentes en casi todas las empresas. La reacci�n del gobierno fue tard�a, ya en los a�os setenta y con una actitud represiva.
- En la ense�anza hubo grandes cambios, cuando a partir de los a�os sesenta se potencia la ense�anza estatal sobre la privada, se incrementa el presupuesto en Educaci�n, se pusieron en marcha campa�as de escolarizaci�n de adultos, se crearon medio centenar de institutos de Ense�anza Media, m�s colegios y redes de transporte, escuelas comarcales, becas y se impuso la edad de escolarizaci�n obligatoria hasta los 14 a�os.
Qued� aplazada sin embargo la reforma universitaria, que trataba a este ente como un problema de orden p�blico.
- La pol�tica social del franquismo en esta �poca sufre un ligero cambio: a pesar de la censura, hubo una mayor tolerancia y se redujo la influencia dela Iglesia y de la tradici�n.
Los cambios econ�micos derivados de la pol�tica liberalizadora dar�n origen a la Seguridad Social (1963), que sustituye a los antiguos seguros y Mutualidades y que garantizada las prestaciones de jubilaci�n y de asistencia sanitaria a todo trabajador dado de alta.
? Cambios socioculturales
- Los h�bitos delos espa�oles sufrieron una profunda transformaci�n, la juventud reclamaba m�s libertad frente al autoritarismo paternalista y la mujer aspiraba a una igualdad plena en su formaci�n y en el trabajo. Cambios que tambi�n afectaron a la familia tradicional.
- La clase media tom� el protagonismo, y surgen nuevas conductas consumistas al aumentar la renta: electrodom�sticos (que liberaban a la mujer de muchos trabajos caseros), el autom�vil (que dej� de ser un lujo y se convirti� en un medio habitual de transporte) y el turismo interior.
El turismo y la televisi�n hicieron posible el desarrollo sociocultural, que impact� en la juventud: la m�sica pop y rock desplazaron a la m�sica tradicional espa�ola, se adoptaron nuevos h�bitos en el vestir (vaqueros, pelo largo?) y en la concepci�n moral (demanda de mayor libertad sexual y de relaciones no estables). Las conductas se hicieron menos convencionales y m�s permisivas.
- La Iglesia a�n conservaba su protagonismo como entidad colaboradora en el mantenimiento del orden tradicional, controlando los h�bitos y velando por la moralidad. Pero, poco a poco, las normas impuestas desde el p�lpito ser�n sustituidas por h�bitos m�s laicos.
Los a�os sesenta fueron cr�ticos para esta instituci�n, que tard� en adaptarse a los nuevos tiempos, en los que se reduc�an dr�sticamente las vocaciones de seminaristas.
4-LA SITUACI�N POL�TICA ESPA�OLA ENTRE 1960 Y 1975
4.1.- El Continuismo (d�cada de los sesenta)
Mientras crec�a la oposici�n interior y exterior, Franco quiso dejar asegurada la perpetuaci�n del r�gimen. Tan s�lo se produjeron algunos cambios, introduciendo con algunas leyes t�midas reformas que no afectaban a la continuidad. Las m�s importantes fueron:
- La Ley de Prensa, elaborada por M. Fraga en 1966, supuso un avance relativo, en cuanto que suavizaba el control sobre revistas, libros y peri�dicos y eliminaba la censura previa. Sin embargo, no se conced�a libertad de expresi�n y numerosos diarios sufrieron la censura.
- La Ley Org�nica del Estado (diciembre de 1966): redefini� al Estado espa�ol como una democracia org�nica (igual que antes), por la que la soberan�a y representaci�n individual era sustituida por la de �rganos (familia, sindicato y municipio). Pero desaparece la terminolog�a fascista y el poder se presenta menos concentrado en manos de Franco (separaci�n de funciones entre Presidente del Gobierno y del Jefe de Estado), a la vez que se preparaba la sucesi�n mon�rquica cuando Franco desapareciese. Adem�s, una parte de los procuradores a Cortes pod�an ser elegidos por cabezas de familia y mujeres casadas.
- La Ley de Libertad Religiosa (1967), forzada por el Concilio Vaticano II).
La Sucesi�n de Franco se plante� ya en esta etapa, por lo que en 1967 Franco nombra a Carrero Blanco vicepresidente del Gobierno, quien reconoci� que la continuidad del r�gimen pod�a quedar asegurada con la instauraci�n mon�rquica en la figura de Juan Carlos de Borb�n (de acuerdo con la Ley de Sucesi�n de 1947).
El pr�ncipe ya estudiaba en Espa�a desde 1948 (seg�n el acuerdo del Palacio de las Cabezas), y contrajo matrimonio con la princesa Sof�a en 1962. De ese modo en julio de 1969, ante las Cortes y en presencia de Franco, fue proclamado sucesor de Franco a su muerte y con el t�tulo de Rey; vi�ndose obligado a aceptar unas leyes que no le agradaban.
4.2.- La oposici�n al Franquismo (1960-1975)
Aunque el r�gimen insist�a en mantener su posici�n ideol�gica, la sociedad aspiraba a un cambio en todos los sentidos: libertad pol�tica, educativa, laboral, prensa, etc.
? La actitud dela iglesia
Con el Concordato de 1953 hubo colaboraci�n mutua entre la Iglesia y el Estado. Esa era la iglesia oficial, porque durante los a�os sesenta surge en los movimientos cat�licos juveniles la cr�tica a aquel esp�ritu colaboracionista, sobre todo ante la restricci�n y la represi�n de libertades que el gobierno aplicaba en los conflictos laborales y con los estudiantes.
La primera gran demostraci�n opositora fue una carta firma por 300 sacerdotes vascos denunciando el totalitarismo franquista y la ausencia de libertades, similares fueron las declaraciones del abad de Monserrat criticando la falta de libertad.
Catalu�a y Pa�s Vasco fueron las regiones en las que el clero no oficialista protagoniz� mayores actos de protesta contra el r�gimen, forzando a la Conferencia Episcopal a reconocer p�blicamente el derecho de los espa�oles a asociarse sindicalmente.
A partir de 1969, incluso en el Vaticano, se observa una tendencia a favor de la libertad en Espa�a. De hecho, los contactos para renovar el Concordato quedaron rotos por la negativa de Franco a renunciar al derecho de nombrar obispos. Destacan dos figuras en este e sector de la iglesia contestataria: A�overos (obispo de Bilbao) y Taranc�n (cardenal primado).
? La oposici�n obrera
A lo largo del desarrollismo los conflictos obreros fueron constantes, por las condiciones de trabajo y la ausencia del derecho de reuni�n y asociaci�n. Con la UGT en el exilio, Comisiones Obreras (CCOO, fundada por Marcelino Camacho y Juli�n Ariza) se convierte en la gran protagonista del sindicalismo clandestino. Llev� a acabo actuaciones que planteaban tanto la negociaci�n sindical como la reivindicaci�n activa en los conflictos obreros. Pero fue declarada ilegal por el Tribunal Supremo y sus dirigentes condenados en el famoso proceso 1.001, por supuesta vinculaci�n con el PCE, tambi�n clandestino. A partir de los a�os sesenta UGT y CCOO se convirtieron en los sindicatos mayoritarios.
? La oposici�n estudiantil universitaria
La Universidad plante� una clara oposici�n al r�gimen, sobre todo desde 1956; y en los a�os siguientes se mantuvo y creci�.
Frente a la postura del SEU, de tendencia falangista, estudiantes y profesores muestran su inconformismo con el sistema educativo; y las conferencias y otros actos fueron el medio de canalizar esas protestas. Por ello, numerosos estudiantes fueron detenidos, muchos profesores sancionados, expedientados o separados de sus c�tedras por declaraciones a favor de la democratizaci�n (Tierno Galv�n, Garc�a Calvo, L�pez Aranguren, etc).
En 1969 un estudiante muere al caer desde el tercer piso de una comisar�a, y las manifestaciones de estudiantes se sucedieron en se�al de protesta adhiri�ndose a ellas profesores y abogados en contra delos malos tratos policiales. Manuel Fraga impuso el estado de excepci�n y la represi�n se extendi�.
? La oposici�n pol�tica
En 1960 no exist�an en Espa�a partidos pol�ticos como los entendemos hoy en d�a, pero el activismo en la clandestinidad era muy vivo. As�, mientras en el exterior se enzarzaban en disputas, en el interior algunas formaciones con talante progresista continuaron con sus actividades desgastando al r�gimen.
- La oposici�n democristiana propugnaba el pluralismo pol�tico y la apertura democr�tica como �nico medio para acabar con el descontento popular. Entre ellos cabe destacar a J. M�. Gil Robles y J. Ruiz-Gim�nez.
- La oposici�n socialista fue particularmente activa en Asturias, Pa�s Vasco, Madrid y Sevilla. A la muerte de sus dirigentes hist�ricos, nuevas figuras del PSOE cobraron protagonismo a partir del XI Congreso celebrado en Toulouse (F. Gonz�lez, G. Peces Barba, E. M�jica, etc).
- Los comunistas del PCE tuvieron vinculaci�n muy directa con la lucha obrera a trav�s de CCOO. Por eso ejercer�a una labor de oposici�n desde el �mbito sindical. Adem�s de vivir la muerte y detenci�n de numerosos dirigentes, sufri� divisiones internas derivadas de las diferentes posturas. Sus l�deres m�s significados fueron: J. Sempr�n, D. Ibarruri y S. Carrillo.
- Una formaci�n de gran fuerza desde el a�o sesenta fue el FLP (Frente de Liberaci�n Popular, o felipe), cuyos miembros se autoproclamaban de izquierda (Nicol�s Sartorius). Sufri� una dura represi�n y con el tiempo sus miembros o se integraron en el PCE o abandonaron.
- Los nacionalismos tambi�n fueron una importante fuerza opositora. En Catalu�a cabe destacar la campa�a contra el director de La Vanguardia (franquista ac�rrimo), liderada entre otros por Jordi Pujol, que por entonces fue detenido y condenado. Mientras en el Pa�s Vasco el PNV aglutinaba las aspiraciones nacionalistas vascas; aunque una escisi�n de �ste en 1959 dio lugar a la aparici�n de ETA, que defend�a la oposici�n armada contra el r�gimen.
- En 1962, con ocasi�n del IV Congreso del Movimiento europe�sta celebrado en Munich, en el que participaron destacadas figuras de la pol�tica y la intelectualidad espa�ola (procedentes tanto de Espa�a como del exilio), se manifiestan contra la dictadura y a favor de la democracia. Aquel hecho se conoce por el nombre franquista de ?El Contubernio de Munich?, y la respuesta del gobierno hacia los participantes fue darles a elegir entre el destierro o el exilio.
Ante esa oposici�n casi generalizada, el Gobierno respond�a con la represi�n. Y a partir de los a�os sesenta la suspensi�n de los supuestos derechos civiles reflejados en el Fuero de los Espa�oles era un hecho bastante frecuente. Para ello, el Gobierno decretaba el estado de excepci�n y pod�a reprimir sin obst�culos cualquier manifestaci�n antifranquista.
La legislaci�n consideraba como contrario al orden p�blico los paros colectivos, cierres ilegales, manifestaciones y reuniones p�blicas ilegales, o cualquier actos de subversi�n y violencia, divulgaci�n de noticias ?falsas?, etc. Un tribunal de orden p�blico creado en 1963, el famoso TOP, era el �rgano encargado de la detenci�n y juicio contra los encausados por delitos pol�ticos. Estaba dirigido por un militar, y fue el responsable de las torturas y condenas dictadas sin el amparo de una defensa justa.
El Proceso de Burgos en 1970 fue famoso porque conden� a nueve etarras a pena de muerte y a siete m�s a cadena perpetua, en medio de una campa�a de presi�n internacional.
5. FIN DEL R�GIMEN
? El asesinato de Carrero Blanco
El hecho m�s trascendente de ETA fue el asesinato de Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973, en la llamada operaci�n ogro. Para muchos, esa operaci�n contra el mism�simo presidente del gobierno marcar�a el fin del franquismo.
Entre 1973 y 1975, el temor inicial a un endurecimiento represivo tras ese asesinato dio paso a una fase con expectativas de cambio; Carlos Arias Navarro, el nuevo presidente, hab�a planteado la posibilidad de una evoluci�n dentro del r�gimen. Pero cualquier intenci�n aperturista era contestada desde los sectores m�s conservadores del Ej�rcito, Guardia Civil, la polic�a, falange y otros miembros interesados en que todo siguiera igual. A ese sector se le dio el nombre de ?b�nker?, al frente del cual se encontraba un viejo falangista, J. A. Gir�n de Velasco.
En el ej�rcito, igual que hab�a oficiales partidarios de mantener el orden, hab�a otros partidarios de una democratizaci�n (en torno a la UMD: Uni�n Militar Democr�tica): como el general D�ez Alegr�a, que en el verano de 1975 abort� una trama ultraderechista. El fin de la dictadura en Portugal, guiada por militares (Revoluci�n de los Claveles), alentaba las esperanzas de quienes pensaban que se pod�a conseguir una ruptura democr�tica.
? La oposici�n entre 1973 y 1975
Santiago Carrillo, l�der del PCE, cre�a posible lograr una transici�n pac�fica hacia la democracia; aunque ello supusiera ir hacia una democracia capitalista y burguesa, pero hab�a que hacer ver a los trabajadores que era preferible una situaci�n as�, antes que retroceder a posturas fascistas; de ah� que se comprometiera con la libertad. En el PSOE, tras el Congreso de Suresnes de 1974, se optaba por un proyecto socialdem�crata.
En esas circunstancias de consenso por parte de las fuerzas democr�ticas, el dictador enferm� en julio de 1974. Entonces, Carrillo crea en Par�s la Junta Democr�tica, que agrupaba a la oposici�n democr�tica de izquierda: PCE, PTE (Partido de los Trabajadores de Espa�a) y PSP (Partido Socialista Popular, de Tierno Galv�n); a la vez que exig�a al Gobierno amnist�a, libertades y derechos fundamentales. Un a�o despu�s, de los contactos entre PSOE y los grupos democristianos de Ruiz Gim�nez nace la Plataforma de Convergencia Democr�tica.
? Crisis Final y muerte de Franco
Mientras ETA y el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patri�tico) contin�an la oposici�n violenta, numerosas manifestaciones exig�an el cambio democr�tico. Pero la dura represi�n de Arias Navarro demostraban la nula voluntad de �ste a ceder (por cierto, el pr�ncipe Juan Carlos no congeniaba con Arias Navarro?).
Adem�s, los miembros del b�nker presionan y critican a algunos miembros del ejecutivo considerados blandos (uno de ellos, P�o Cabanillas, ministro de Informaci�n y Turismo, es cesado). A comienzo de 1975, otra crisis origina nuevos cambios ministeriales, entre los que destaca la entrada de Adolfo Su�rez.
A finales de septiembre, dos miembros de ETA y tres del FRAP son fusilados tras aplicar la nueva ley antiterrorista. El 1 de octubre el dictador aparece en p�blico por �ltima vez en la Plaza de Oriente, donde acusa a los comunistas de provocar las reacciones que se suced�an en el extranjero por la muerte de los activistas citados.
La oposici�n ve�a m�s necesario que nunca acabar con el r�gimen y lograr la ruptura democr�tica, por lo que se unen las mencionadas Plataforma de Convergencia Democr�tica y la Junta Democr�tica (lo que se llam� ?plata-junta?) que supuso la puesta en pr�ctica de acciones para exigir el respeto a los derechos humanos y la libertad pol�tica y sindical.
En ese contexto, a finales de octubre Marruecos env�a a miles de personas al Sahara espa�ol (la famosa ?Marcha Verde?), reivindicando ese territorio. Te�ricamente, Espa�a deb�a haber efectuado un refer�ndum entre los saharahuis, para que decidieran si quer�an ser independientes o marroqu�es; pero al final se decidi� el reparto entre Marruecos y Mauritania, sin tener en cuanta la opini�n de los saharahuis.
El 20 de Noviembre de 1975 fallece Franco, y con �l termina el r�gimen personalista basado en el autoritarismo, el catolicismo, el patriotismo y el rechazo a cualquier democratizaci�n. A partir de entonces se inicia una etapa conocida como la Transici�n Pol�tica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario