LA TRANSICI�N
1.- LA INSTAURACI�N MON�RQUICA
Franco muere el 20 de Noviembre de 1975. Se activa la ?Operaci�n Lucero? (para impedir la alteraci�n del orden p�blico) y, dos d�as despu�s, el pr�ncipe Juan Carlos es coronado Rey de Espa�a. La esperanza democr�tica se generaliza en el pa�s.
En ese mismo acto, el Rey desvela algunas de las inc�gnitas de lo que ser�a el futuro gobierno, ofreciendo una monarqu�a integradora de todos los espa�oles, apoyando una salida democr�tica (sorprendiendo a muchos?, realizando el proyecto de su padre). Y ser�a apoyado por la Iglesia, sobre todo por su presidente (Vicente Enrique Taranc�n).
Arias Navarro segu�a representando al b�nker y, como tal, siempre trat� de oponerse a cualquier tentativa democr�tica. Sin embargo, el Rey le mantuvo al frente del gobierno; mientras en las Cortes nombraba a una persona de su confianza, T. Fern�ndez Miranda, desde donde podr�a preparar mejor el cambio. Ambig�edad presente en el primer gobierno de la monarqu�a, pues inclu�a a continuistas, aperturistas y reformistas democristianos.
El principal problema de esta etapa eran las confusas declaraciones de Arias, pues tan pronto hablaba de un proceso constituyente como dec�a lo contrario. Esta decepci�n moviliz� a las fuerzas democr�ticas, que exig�an la amnist�a y la eliminaci�n de las restricciones a las libertades p�blicas. Mientras se endureci� la represi�n debido a varios conflictos y al endurecimiento de las acciones etarras. A la vez que el pa�s se sum�a en una crisis energ�tica, inflacionista, con altas tasas de paro y ca�da del PIB y Balanza Comercial.
1.2.- Fin de Arias Navarro y primer gobierno de Su�rez
Mientras la Platajunta pugnaba por conseguir la democracia, casi todos coincid�an en que Arias no pod�a ignorar la realidad social del pa�s.
En 1976, las Cortes inician el debate sobre la futura Ley de Asociaciones, proyecto defendido por Adolfo Su�rez, cuya intervenci�n result� un magn�fico alegato en defensa de las libertades pol�ticas. La ley fue aprobada por mayor�a, aunque hab�a que cambiar el C�digo Penal, que a�n consideraba ilegales a los partidos...
Espa�a descubri� entonces a un joven pol�tico, Su�rez, que pod�a dar un giro a esa situaci�n incierta: con un Gobierno desunido y una oposici�n expectante. S�lo hac�a falta promover un cambio desde arriba: y eso ocurri� en ese mismo de junio de 1976, en el viaje de los reyes a EEUU, cuando Juan Carlos anunci� ante el Congreso de los EEUU que estimular�a las libertades y la democracia. As� pues, hab�a coincidencia entre el Rey y Su�rez, por lo que Arias decide presentar su dimisi�n (era continuista?), que es aceptada por Juan Carlos, quien elige a Su�rez el 3 de julio como nuevo presidente de Gobierno: lo que a muchos sorprendi�, otros consideraron un error (tanto de la izquierda como de la derecha) y algunos aprobaron (incluyendo a los inmovilistas, que no desconfiaban de �l por proceder del Movimiento?). El papel desempe�ado por Fern�ndez Miranda fue clave.
Sin embargo, pocos d�as despu�s daba a conocer su nuevo gabinete, integrado en su mayor�a por personalidades de ideolog�a democristiana y centrista (Marcelino Oreja, Abril Martorell, Leopoldo Calvo Sotelo, Landelino Lavilla, Alfonso Osorio, etc.); si exceptuamos a los militares en la vicepresidencia y en las carteras del Ej�rcito y Marina, o a R. Mart�n Villa, ligado al gobierno anterior.
Los objetivos de este gobierno fueron claros:
? Promover la reforma democr�tica, para lo que deb�a contar con todas las fuerzas pol�ticas y realizar cambios legislativos.
? Posibilitar la participaci�n pol�tica, legalizando los partidos los partidos y amnistiando a los presos pol�ticos (excepto los condenados por delitos de sangre).
? Someter a refer�ndum la reforma pol�tica, en base a la soberan�a nacional.
? Garantizar el ejercicio de la libertad de expresi�n.
? Reconocer los particularismos regionalistas y hacer posible sus deseos auton�micos (pero dentro de la unidad de Espa�a).
Propuestas que fueron acogidas con confianza por la mayor�a (exceptuando a los ultras?), sobre todo cuando poco despu�s (agosto) se puso en pr�ctica la mencionada amnist�a general.
Su�rez se puso en contacto con los dirigentes de partidos a�n no legalizados (Tierno Galv�n y Ra�l Morodo del PSP, Ruiz Gim�nez de Izquierda Democr�tica y Felipe Gonz�lez del PSOE), con miembros de los sindicatos (UGT y USO) y altos mandos militares (nerviosos muchos de ellos por esas legitimaciones, especialmente porque pronto ser�a legalizado el PCE, algo que no agradaba a una oficialidad fiel a los prejuicios del r�gimen anterior).
2.- LA REFORMA POL�TICA
Las fuerzas pol�ticas espa�olas planteaban diferentes posibilidades para programar el cambio pol�tico:
? Rechazo al cambio, por parte de sectores inmovilistas, que deseaban la continuidad del anterior sistema franquista (sin Franco?).
? Continuidad, pero con t�midas reformas. Planteo defendido por el sector aperturista del franquismo (incluyendo a Arias Navarro y Fraga).
? Reformismo: posibilidad planteada por un sector conservador de la oposici�n, que pactar�a con los sectores aperturistas del franquismo. Este proceso deber�a contar con un respaldo jur�dico, para lo cual se elabor� una Ley de Reforma Pol�tica, y tambi�n habr�a de ser apoyado por el pleno delas Cortes elegidas democr�ticamente. Aqu� se incluye a Su�rez.
? Ruptura total con el franquismo. Defendida por casi toda la oposici�n democr�tica del interior y del exilio (desde la Democracia Cristiana hasta la izquierda m�s radical, pasando por el PSOE y PCE).
En los meses que siguen a la muerte del dictador, surgi� la controversia sobre cual de las formular ser�a viable, entre las que se imponen las dos �ltimas. Al final, se llev� a cabo una reforma que vino impuesta desde arriba por los reformistas (con el Rey, Torcuato Fern�ndez Miranda y Su�rez al frente), que buscaron el consenso de las restantes fuerzas democr�ticas.
Pero esa Reforma hab�a que hacerse dentro de la legalidad vigente, por lo que se elabora la Ley para la Reforma Pol�tica, donde se reflejaba la sustituci�n del sistema dictatorial por el democr�tico, cuyo contenido puede resumirse en tres partes:
a. Fundamentos pol�ticos: donde se recoge la afirmaci�n de la democracia, de la soberan�a popular (mediante sufragio universal directo y secreto), la supremac�a de la ley y la inviolabilidad de los derechos humanos (por encima de cualquier instituci�n).
b. Fundamentos institucionales: que establecen la funci�n del Rey y del Gobierno, y la composici�n de las Cortes (bicamerales y aut�nomas, elegidas por sufragio universal).
c. Proceso de la propia reforma pol�tica: establec�a la elaboraci�n de un texto constitucional por el Gobierno y por las Cortes, debatido y aprobado en ambas C�maras, y sometido despu�s a refer�ndum popular.
Adolfo Su�rez present� su proyecto de reforma pol�tica a primeros de septiembre de 1976, en un clima de crispaci�n pol�tica (con numerosos atentados ultras y etarras). Y ten�an que dar su aprobaci�n tanto las Cortes (con muchos representantes a�n inmovilistas, que se opon�an), como el Consejo General del Movimiento (que desaparecer� con la reforma) y el ej�rcito (donde hab�a todav�a una oposici�n a las citadas legalizaciones, lo que motiva la dimisi�n del vicepresidente del gobierno, el general De Santiago; sustituido por Guti�rrez Mellado, que llevar�a a cabo la democratizaci�n del ej�rcito).
Por fin, el 18-XI-1976, las Cortes aprueban el proyecto por mayor�a (con la oposici�n del procurador ultraderechista Blas Pi�ar, cuyos argumentos no surtieron efecto). S�lo faltaba el mencionado refer�ndum (al que se opon�a la derecha; y con la petici�n de abstenci�n a cargo de la izquierda, porque a�n no hab�an sido legalizados). Refer�ndum que se celebr� el 15 de diciembre, con una participaci�n del 77 %, triunfando los partidarios de la reforma: el 94,2 % vot� que s�.
Tan s�lo quedaba legalizar a los partidos y convocar elecciones. A partir de ese momento las Cortes llevar�an a cabo los cambios legislativos necesarios para establecer una democracia real, respaldada por una Constituci�n escrita elaborada mediante consenso. Pero los extremistas de ambos bandos pretenden que una hubiese transici�n democr�tica. Y as�, en los primeros meses de 1977 secuestran (los GRAPOS) y asesinan (los ultras, a cinco abogados laboralistas vinculados a CCOO y al PCE) con el fin de provocar al ej�rcito, para que diesen un golpe de estado y acabaran las reformas. Sin embargo, la respuesta castrense y de los comunista fue de serenidad, y el secuestro se resolvi� por v�a policial.
En febrero se legalizaron los partidos pol�ticos (8-2-1977); salvo el PCE, que ser�a autorizado en Semana Santa (con gran malestar del ej�rcito, donde se produjeron dimisiones). Y, una vez que �stos (en la primera reuni�n del PCE) aceptan la bandera y la monarqu�a, se tranquilizan los militares y el Gobierno. En marzo se legitimaron los sindicatos.
3.- LAS ELECCIONES DE 1977 Y EL PROCESO CONSTITUYENTE
El 15-VI-1977 se celebraron los primeros comicios democr�ticos desde la Segunda Rep�blica, con la participaci�n de m�s de un centenar de partidos de todas las ideolog�as. Veamos el proceso:
3.1.- Las Partidos
- UCD (Uni�n de Centro Democr�tico): coalici�n de elementos democristianos, liberales y socialdem�cratas; surgida a partir de varios grupos pol�ticos y algunas asociaciones regionalistas (AREX: Acci�n Regionalista Extreme�a). A esta compleja coalici�n se unieron Adolfo Su�rez y otros pol�ticos de la etapa final del franquismo.
Adolfo Su�rez infundi� a la coalici�n un car�cter centrista (aunque toma elementos de izquierda, en realidad era un partido de derechas y democristiano), creado desde el poder para que su m�ximo l�der, Adolfo Su�rez, se pudiera mantener (a la larga, ese fue el error?).
Defend�a la democracia, la econom�a de mercado, la propiedad privada, la familia,?, y un modelo de sociedad capitalista, liberal y democr�tica.
- PSOE (Partido Socialista Obrero Espa�ol): era el partido de mayor solera de Espa�a cuando fue legalizado en 1976 (casi un siglo). Renovado y dirigido por Felipe Gonz�lez desde el Congreso de Suresnes (1974), con Alfonso Guerra, Enrique M�jica, Javier Solana y otros en la ejecutiva (la mayor�a contaba con menos de 40 a�os de edad).
Se defin�a como antifranquista, partido de clase, democr�tico y marxista (aunque Felipe y otros reconoc�an su car�cter socialdem�crata, similar al de otros partidos socialistas europeos).
- PSP (Partido Socialista Popular): fundado y dirigido por Tierno Galv�n, que no difer�a del PSOE (represent� al socialismo dentro de Espa�a durante le franquismo). Prefer�a consolidar el marxismo sobre las bases ideol�gicas tradicionales, lo que provoc� algunas desavenencias con el PSOE, finalmente resueltas con la refundici�n de los dos en 1977.
- AP (Alianza Popular): surgi� de una coalici�n electoral de fuerzas lideradas por antiguos cargos del franquismo (Arias Navarro, Fraga Iribarne, L�pez Rod�, etc.), por cuyo motivo fue tachado de franquista; si bien, la mayor�a estaba en disposici�n de aceptar el nuevo sistema.
Su ideolog�a resum�a los valores que hab�a defendido el r�gimen anterior: autoritarismo, orden y el anticomunismo; cat�lico y defensor de la econom�a de mercado; conservador, pero que aceptaba el juego democr�tico para asegurar su propia supervivencia.
- PCE (Partido Comunista de Espa�a): su l�der natural era Santiago Carrillo, de ideolog�a eurocomunista (entre el socialismo democr�tico y el comunismo autoritario). Defend�a el control estatal de la econom�a, en la l�nea socialista (por lo que fue criticado por el PSOE, ya que se inmiscu�a en su l�nea de programa). Fue el partido que m�s cost� legalizar.
3.2.- Las Elecciones del 15-J
La Ley Electoral del 18 de Marzo fue el resultado del consenso entre partidos y el Gobierno. Seg�n la normativa, todos tendr�an derecho a publicidad gratuita y cada uno recibir�a fondos en funci�n de los votos y esca�os obtenidos.
Habr�a un sistema proporcional corregido (que garantizaba la representaci�n de las provincias menos pobladas), y se exig�a un m�nimo del 3 % de los votos emitidos para conseguir un esca�o. El n�mero de senadores era fijo: cuatro por provincia. El sistema de listas fue cerrado: lo que permit�a el poder de los partidos sobre sus militantes, ya que s�lo saldr�an elegidos los candidatos situados en los primeros lugares (y el orden de las listas era impuesto por el partido).
Despu�s de una intensa campa�a de m�tines y pegadas de carteles, vot� casi el 80 % del electorado (algo m�s que en el refer�ndum).
Los resultados mostraron una concentraci�n de votos en los principales partidos que presentaban la opci�n moderada de centro (UCD) y de izquierda (PSOE). Los nacionalistas alcanzaron unos resultados modestos.
En la pr�ctica, era una retorno al t�pico bipartidismo espa�ol. Y as�, la UCD (centro-derecha) consigue el 34 % de los votos, mientras que el PSOE (centro-izquierda) alcanza el 28,5 %. Los radicales de izquierda y derecha apenas obtienen representaci�n, mientras el PCE y AP s�lo obtienen unos modestos resultados (9 % y 8 % de los votos, respectivamente).
Espa�a recuperaba la libertad y la democracia, pero restaba la dura tarea de consolidar las estructuras en todos los planos a partir de una Constituci�n, atendiendo adem�s las exigencias autonomistas (que inician su reconocimiento, caso de la Generalitat de Catalu�a) y a la grave crisis econ�mica (�sta se intenta resolver mediante un acuerdo entre los partidos pol�ticos -excepto AP- en el famoso Pacto de la Moncloa -octubre de 1977-).
El 13 de julio de 1977 se inauguran las nuevas Cortes democr�ticas, cuyo primer objetivo fue el de elaborar la deseada Constituci�n. Con ese fin, a finales de julio qued� constituida una Comisi�n de Asuntos Constitucionales, integrada por 36 parlamentarios (en n�mero proporcional a los esca�os obtenidos en el Parlamento); que encarg� la elaboraci�n de un anteproyecto a un grupo (siete) de diputados expertos, con preparaci�n jur�dica suficiente (3 de UCD, y uno de cada una de las dem�s fuerzas importantes: PSOE, PCE, AP y minor�as nacionalistas).
LA DEMOCRACIA
1.- EL PACTO DE LA MONCLOA
Seg�n dec�amos, se firm� para resolver la grave crisis econ�mica existente. Y sus principios b�sicos se basaban en la contenci�n de la inflaci�n mediante la moderaci�n salarial y la limitaci�n del cr�dito, frenar el paro con la promoci�n de obras p�blicas, extender el seguro de desempleo a todos los parados, control de los precios y otras medidas sociales.
Sin embargo, aunque lo primero se consigui� (la inflaci�n, mejora de la Balanza de Pagos, incremento de divisas y reforzamiento de la peseta), otros aspectos no: como el paro, que subi�.
Urg�a una reforma fiscal justa, por lo que se presenta la Ley de Medidas Urgentes y un Plan para el Saneamiento y la Reforma Econ�mica, aprob�ndose los dos primeros proyectos: el Impuesto sobre la Renta de las Personas F�sicas (con el fin de que pagara m�s quien m�s tuviera) y el Impuesto de Sociedades. Otros proyectos se paralizan, ante la grave crisis industrial derivada de la Crisis del Petr�leo (iniciada en 1973, pero que perduraba).
2.- REDACCI�N DE LA CONSTITUCI�N
La constituci�n aprobada en diciembre de 1978, fue el resultado de un acuerdo y del consenso de la mayor�a de las fuerzas pol�ticas con representaci�n parlamentaria.
Las Cortes elegidas en 1977 contaron con la presidencia del extreme�o A. Hern�ndez Gil, que desempe�o su cargo con imparcialidad. La presidencia del Congreso la ostent� Fernando �lvarez de Miranda, y la del senado Antonio Font�n.
La redacci�n fue complicada, en medio de problemas regionales, econ�micos y terroristas. UCD pretend�a que fuera un texto corto, que defendiese la monarqu�a y remitiese a leyes org�nicas el desarrollo constitucional; mientras el PSOE se manifestaba republicano, y exigi� una extensa enumeraci�n de derechos e intenciones. En tanto que AP se manifestaba favor de una reforma de las leyes franquistas, el PCE insist�a en los contenidos sociales y en las libertades pol�ticas, y los catalanes actuaron de moderadores e insist�an en la singularidad de Catalu�a.
? Las premisas b�sicas de las que se partieron fueron:
- Moderaci�n en los planteamientos, para no asustar a los inmovilistas.
- Aceptaci�n de la monarqu�a parlamentaria, renunciando los partidos de izquierda a sus demandas republicanas.
- Lealtad al proceso constituyente, entendida como aceptaci�n del marco democr�tico y olvido del pasado franquista.
- El consenso, con concesiones mutuas entre los partidos para redactar una Constituci�n en la que cupieran todos los planteamientos democr�ticos. Por eso es un texto largo y ambiguo en algunos art�culos, lo que permite la alternancia pol�tica sin variarlos.
? Los temas m�s conflictivos fueron:
1. La articulaci�n territorial: con autogobierno auton�mico y restablecimiento de los estatutos aprobados con la 2� Rep�blica de Catalu�a, Euskadi y Galicia, y su desarrollo posterior. El t�rmino nacionalidad s�lo fue rechazado por AP.
2. El sistema electoral: UCD y AP apoyaban el modelo brit�nico (mayoritario), pero el consenso estableci� una representaci�n proporcional, parcialmente corregida por la ley D�Hont.
3. La forma del Estado: se acept� la f�rmula planteada por los nacionalistas catalanes en lo relativo a la forma pol�tica del Estado como monarqu�a parlamentaria.
4. El papel de la Iglesia: el sector democristiano logr� plasmar en la Constituci�n los deseos de la Conferencia Episcopal: Estado aconfesional, pero no laico, con menci�n expresa a la Iglesia cat�lica. La actitud de la iglesia fue muy diferente a la del proceso de 1931, entre otras cosas porque la sociedad y sus sistemas de valores tambi�n hab�a cambiado.
5. El divorcio y el aborto eran temas delicados para la Iglesia. El primero qued� emplazado a lo que dispusieran leyes posteriores; mientras el segundo se resolvi� con un texto abierto, que proclamaba el derecho a la vida, pero que permit�a la posterior despenalizaci�n del aborto en tres supuestos.
6. La ense�anza privada fue objeto de controversias entre los partidarios de la ense�anza p�blica (PSOE) y los de mantener unas subvenciones a los centros privados (UCD), que al final quedaron garantizadas.
7. Propiedad privada e intervenci�n p�blica. Se reconoci� el derecho a la propiedad privada y a la herencia, pero matizada por su funci�n social; lo que fue objeto de protestas por los empresarios, pues seg�n ellos se permit�a la posibilidad de socializar la propiedad.
8. El asunto vasco. Se intent� el consenso con el PNV, que insist�a en que se reconocieran los derechos forales. Pero no fue posible, provocando la oposici�n vasca, que pidi� la abstenci�n en el refer�ndum constitucional.
El 31 de octubre de 1978 las Cortes aprobaron definitivamente la Constituci�n. Sometida a refer�ndum el 6-XII-1978, fue apoyada por el 87?8 % de los votos emitidos (67?1 % del Censo).
3.- CONTENIDO DE LA CONSTITUCI�N
Consta de 11 t�tulos y 109 art�culos, a los que hay que a�adir las disposiciones adicionales, transitorias y derogativas. Contiene:
- Una parte dogm�tica: declaraci�n o derechos fundamentales.
- Una parte org�nica: reglas sobre las formas y el funcionamiento de las instituciones y de los �rganos del Estado.
? Declaraci�n de Derechos
- El art�culo 1� declara que Espa�a se constituye en un ?Estado social y democr�tico de Derecho, que propugna valores como la justicia, la igualdad, la libertad y el pluralismo pol�tico?.
- Defensa de la libertad: de expresi�n, de ense�anza, de residencia, la presunci�n de inocencia, religiosa, etc.
- La igualdad ante la Ley, sin ninguna raz�n para la discriminaci�n. La igualdad alude al acceso a las funciones y cargos p�blicos, a la igualdad de c�nyuges, de los hijos ante la filiaci�n. Se garantiza asimismo el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar, a la propia imagen; y se reconoce la inviolabilidad de domicilio y el secreto de las comunicaciones.
- Reconoce el derecho a la propiedad y a la herencia, pero delimitando su funci�n social.
- Y los derechos colectivos: los de sindicaci�n, reuni�n y asociaci�n. As� como los de disfrute com�n, es decir, los referidos al medio ambiente y al patrimonio hist�rico, cultural y art�stico de los pueblos de Espa�a.
? Instituciones del Estado
Las principales instituciones son:
a) La Corona. El Rey es el Jefe del Estado y la Corona de Espa�a corresponde a sus sucesores. El heredero recibe el t�tulo de Pr�ncipe de Asturias. Sus funciones son: garantizar el funcionamiento regular de las instituciones y servir de �rbitro de la vida pol�tica.
b) Las Cortes Generales: son la representaci�n del pueblo espa�ol, tiene el poder legislativo y la capacidad para crear y aprobar leyes. Se establece un sistema bicameral: el Congreso, con un n�mero de parlamentarios que puede oscilar entre 300 y 400; y un Senado, con cuatro senadores por provincia, m�s los representantes elegidos por las asambleas auton�micas.
Las C�maras se re�nen en dos per�odos ordinarios de sesiones al a�o, y pueden funcionar en pleno y en comisiones (que pueden ser permanentes o extraordinarias, o de investigaci�n). Les corresponde aprobar los proyectos de ley que salen del Consejo de Ministros, despu�s se ratifican o no en el Senado (incluso se introducen modificaciones). Si no hay acuerdo entre las C�maras, una comisi�n mixta decide y, tras su aprobaci�n, se convierte en ley.
c) Gobierno y Administraci�n. El gobierno dirige la pol�tica interior y exterior, as� como la Administraci�n civil y militar, y ejerce la funci�n ejecutiva y la potestad reglamentaria. El Presidente dirige la acci�n del Gobierno y coordina las funciones de los ministros, elabora el programa pol�tico, lo expone al Congreso, lo impone a sus ministros y dirige su gesti�n.
El Gobierno responde solidariamente de su gesti�n y ha de presentar su dimisi�n al Rey si el Congreso aprueba una moci�n de censura a su gesti�n o le niega su confianza. Los ministros son responsables de su departamento y el Presidente de la pol�tica global.
Las relaciones del Gobierno y las C�maras se basan en el principio de colaboraci�n, y �stas pueden recabar informaci�n del Gobierno cuando lo precisen. La moci�n se puede plantear con el respaldo de una d�cima parte de los diputados, y siempre que se disponga de una candidatura alternativa. Para su aprobaci�n se requiere mayor�a absoluta de la c�mara. Si �sta prospera, el Gobierno debe presentar su dimisi�n.
d) La Justicia. El poder judicial recae en manos de los jueces y magistrados, que son independientes y sometidos s�lo al imperio de la Ley. La Ley Org�nica del Poder Judicial estructura el Consejo General del Poder Judicial. Destacan dos grandes �rganos: el Tribunal Supremo, como �rgano supremo de justicia; y el Tribunal Constitucional, cuya funci�n es establecer si las leyes y otros actos se ajustan a la norma constitucional.
? Estado de las Autonom�as
1. Se configura un Estado descentralizado, pero sin alcanzar la legalidad de un estado federal (aunque muchas autonom�as poseen m�s atribuciones que muchos estados federales).
2. Los estatutos de autonom�a se han generalizado para todas las nacionalidades y regiones espa�olas, a pesar de que la derecha era partidaria de mancomunidades por provincias o que los nacionalistas hist�ricos pretend�an que s�lo deber�an poseerlos ellos.
3. A pesar de la generalizaci�n auton�mica, se mantiene cierta centralizaci�n.
El establecimiento de las autonom�as hist�ricas y la creaci�n de los entes-preauton�micos fue el fruto de una sensibilizaci�n y de un deseo de ruptura clara con el r�gimen anterior, muy centralista. Esos entes correspond�an a nacionalidades hist�ricas de reinos medievales (Arag�n, Valencia, Castilla), a las regiones insulares o de personalidad acusada (Andaluc�a, Extremadura). No se ten�a en cuenta inicialmente a provincias como Logro�o o Cantabria, que finalmente accedieron al autogobierno; u otros como Le�n, partidarios de la diferenciaci�n con Castilla.
La Ley para la Armonizaci�n del Proceso Auton�mico fue obra de Mart�n Villa. La Constituci�n estableci� dos v�as para acceder a ella:
- Una r�pida para las autonom�as hist�ricas y aqu�llas que, como Andaluc�a, a trav�s de un refer�ndum quisieran equiparse a las anteriores (art. 151).
- Una v�a general, (art. 143) llamada v�a lenta, a la que se acogi� el resto. Supone techos de competencias m�s bajos y mayor tiempo para acceder a cotas de gobierno superiores. Algunas, como Canarias y Valencia, se equipararon a trav�s de sus respectivos estatutos a las hist�ricas.
En octubre de 1979 se aprobaron los Estatutos vasco y catal�n. Pero despu�s se ralentiz� el proceso por causas econ�micas y pol�ticas, hasta que culmina en febrero de 1983.
4.- EVOLUCI�N POL�TICA (1979-1982)
? Tras la aprobaci�n de la Constituci�n, Adolfo Su�rez disolvi� las Cortes y convoc� nuevas Elecciones Generales. Pas� la Transici�n y comenzaba la Etapa Democr�tica.
- En esas Elecciones, celebradas el 1-III-1979, UCD fue el partido ganador, pero perdiendo algo menos de un 1 % de su voto respecto a las anteriores. Mantuvo su implantaci�n urbana.
- El PSOE gan� tres diputados, pero considerando que ya se hab�a unido al PSP, sus resultados supon�an una disminuci�n. Paradojicamente, su voto creci� en todas las autonom�as menos en el Pa�s Vasco y en Andaluc�a.
- El PCE qued� casi igual y apenas creci� un 1%, revelando que carec�a de una implantaci�n nacional, pues la mayor parte de sus esca�os proced�an de Andaluc�a y Catalu�a.
- La Coalici�n Democr�tica, nombre con el que se present� la derecha espa�ola, sufri� una p�rdida del 2% de sus votos y s�lo en Galicia obtuvo buenos resultados.
- Aument� el voto regionalista en Andaluc�a y Pa�s Vasco, pero qued� similar en Catalu�a.
? Sin embargo, en las Elecciones Municipales efectuadas al mes siguiente (3-IV-1979), los resultados deben comentarse: aunque a nivel general (n�mero de concejales) tambi�n gan� UCD (con m�s del doble que el PSOE), en muchas de las ciudades triunf� la izquierda (gracias al pacto PSOE-PCE), caso de Madrid (gestionada por Tierno Galv�n) y Barcelona (con Narc�s Serra).
Cambiando de tema, el terrorismo continu� con su ola de secuestros, muertes y heridos. A pesar de ello, los espa�oles de entonces se mostraban esperanzados ante el futuro.
4.1.- La ca�da de Su�rez
El declive de Su�rez coincide con el ascenso de Felipe Gonz�lez, l�der del PSOE, que en el a�o 1979 celebraba su XXVIII Congreso para dilucidar si el marxismo deb�a de ser una de las directrices presentes en su base ideol�gica. Finalmente se retir� el t�rmino y sale elegido como l�der Felipe Gonz�lez.
Las debilidades de UCD se basaban en la abundancia de l�deres y en la escasez de ideas, lo que imped�a solucionar compromisos como la ense�anza, el divorcio o el empleo. Adem�s, la administraci�n, la polic�a y los medios de comunicaci�n p�blicos respiraban a�n aires poco democr�ticos. En 1980 Su�rez tuvo que cambiar de gobierno tres veces, y en mayo soport� una moci�n de censura: tras el debate, algunos parlamentarios abandonaron la UCD.
A causa de la aprobaci�n de la Ley del Divorcio, defendida por Fern�ndez Ord��ez, la crisis de UCD se hizo m�s fuerte; y las presiones militares fueron m�s insistentes ante los golpes del terrorismo. En enero de 1981, Su�rez no aguant� la presi�n y dimiti�; y, para evitar el vac�o de poder, nombr� a Leopoldo Calvo Sotelo como sustituto en la Presidencia del Gobierno.
4.2- El golpe de Estado del 23-F
Tras la dimisi�n de Su�rez, el Rey visit� el Pa�s Vasco donde se produjeron disturbios por parte de diputados extremistas. D�as despu�s apareci� asesinato un ingeniero, al que sigui� el de un etarra. Mientras, los militares y la derecha anunciaban que la patria estaba en peligro, que s�lo se pod�a conjurar mediante un golpe militar.
Fracasa la ?Operaci�n Galaxia?, siendo detenidos Tejero e Ynestrillas. Pero el primero lo intenta de nuevo el 23 de Febrero de 1981, al frente de 200 guardias civiles, secuestrando el Congreso de los Diputados cuando se produc�a la investidura del presidente Calvo Sotelo.
Tambi�n intervienen otros militares, como el capit�n general Milans del Bosch (en Valencia), el general Armada (al que muchos consideraban como la m�xima autoridad militar?), etc. Pero la crisis termina con la presencia del Rey en TVE, vestido de uniforme militar, en defensa de la democracia e instando al ej�rcito a retirarse a los cuarteles. As� salv� la situaci�n.
Tras el fracaso no se exigieron responsabilidades a los militares que no eran oficiales, pero a los dem�s se les conden� a penas de reclusi�n.
4.3.- El gobierno de Calvo Sotelo
Fue el �ltimo gobierno de UCD. Las Cortes aprobaron la Ley del Divorcio, mientras el partido se desintegraba en facciones m�s peque�as: CDS (nuevo partido de Su�rez) y otros.
En octubre de este a�o 1981 las Cortes aprueban (con el voto en contra del PSOE y PCE) la entrada de Espa�a en la OTAN. Y avanzaron las negociaciones para entrar en la CEE.
En el aspecto social, la necesidad de agua por la sequ�a se convirti� en un grave problema. Tambi�n se produjo la intoxicaci�n masiva por aceite de colza, que provoc� m�s de 500 muertos y m�s de 25.000 afectados.
Con su partido inmerso en una grave crisis, Calvo Sotelo no tuvo m�s remedio que convocar elecciones para el 28 de octubre de 1982, las cuales fueron ganadas por el PSOE.
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