LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)
1.- CAUSAS DE LA GUERRA
Algunas son estructurales (como consecuencia de problemas latentes no resueltos antes) y otras coyunturales (las que hemos expuesto en el tema anterior). Veamos:
* Causas Estructurales:
- El más importante fue el problema social: las enormes diferencias entre trabajadores y propietarios. Los odios eran profundos y la lucha de clases se había radicalizado, debido a las esperanzas de los trabajadores en las reformas de la II República y a la resistencia de los patronos, sobre todo en el campo. El tema agrario fue clave.
- El problema regional se produce por la oposición de la derecha y del ejército a los nacionalismos periféricos. La concesión del Estatuto a Cataluña (1932), y la tramitación de los estatutos vascos y gallegos en 1936, se interpretó por los sectores citados como la división y la desmembración de España, algo inaceptable desde su punto de vista.
- La cuestión religiosa es otra causa ya que contribuyó a dividir a la población española y al alineamiento en uno u otro bando. Por un lado estaban los defensores de que todo siguiera como antes, manteniendo el poder predominante de la iglesia en la sociedad; y por otro los que se oponían a ello, defendiendo un anticlericalismo radical, la separación Iglesia-Estado, la enseñanza laica, etc., en una sociedad mayoritariamente católica. El enfrentamiento entre ambas posturas, la legislación republicana en este sentido y la falta de diálogo agudizó el problema.
- También influyó la tradicional manía de los españoles en querer resolver los problemas por la fuerza, y no democráticamente: tanto la izquierda, con un movimiento obrero que deseaba alcanzar una revolución social y el poder como fuera; como la derecha, que temía una revolución marxista y estaba acostumbrada a solucionar los conflictos con los militares. Faltó paciencia, diálogo y voluntad.
En definitiva, la Guerra fue el resultado del enfrentamiento entre las dos Españas: por un lado, los viejos grupos oligárquicos, que se oponían al cambio y que contaron con gran parte del ejército, de tradición golpista; por otro, la burguesía media y el movimiento obrero, que pedían la redistribución del poder mediante la aplicación de un sistema democrático con partidos políticos, autonomías, estado laico y constitución.
• Causas Coyunturales:
La crisis de las democracias y el auge de los movimientos totalitarios influyeron asimismo en el origen y desarrollo de la Guerra Civil, pues propició el apoyo de los fascistas a la derecha española y de la URSS a los republicanos.
- Conviene recordar que en los años treinta Hitler en Alemania, con el modelo nazi, y Mussolini en Italia, con el modelo fascista, se habían aupado al poder. El avance del fascismo tiene consecuencias inmediatas en la política española, que se va a decantar mayoritariamente por el uso de la fuerza y por el desprecio a la democracia como sistema político, y que se manifiesta en la fundación de Falange Española y otros grupos fascistas (como las JAP: Juventudes de Acción Popular).
- También hay que señalar el cambio de política de la URSS y la Internacional Comunista, que se tradujo en una alianza con la izquierda burguesa para la creación de frentes populares frente al fascismo. Como contrapeso a los anteriores, los partidos del movimiento obrero organizan milicias comunistas y socialistas (como la JSU: Juventudes Socialista Unificadas).
La espiral de violencia fue creciendo y a un asesinato se sucedía otro en represalia, como el del teniente Castillo a manos de falangistas y como respuesta el de J. Calvo Sotelo. El orden público, que desde el inicio dela República fue un problema, fue instrumentalizado por la derecha y representó el motivo final de la sublevación.
2.- EL DESARROLLO DE LA GUERRA
2.1.- Los Prolegómenos
Desde las elecciones de 1936 había rumores de golpe de Estado. Por esa razón, el gobierno había cambiado de destino a algunos militares. Entre los más significativos estaban: Mola, que desde Navarra preparó el levantamiento; Sanjurjo, exiliado en Portugal desde 1932 y que era el jefe supremo; Franco, aún en segundo plano y que se hallaba en Canarias y Goded en Baleares.
La tarde del 17 de Julio, según órdenes de Madrid, tropas de regulares y la Legión ocupan Melilla; Yagüe hacia lo mismo en Ceuta y Franco viaja desde Canarias a Tetuán para tomar el mando del ejército africano. La rebelión se extiende rápidamente a la Península los días 18 y 19.
En Madrid, Casares Quiroga se entera de lo de Melilla, pero no toma medidas, negándose a entregar armas a la población como exigían partidos obreros y sindicatos, a la vez que dimite ese día 18. Por lo que Azaña nombra a Martínez Barrios como jefe del Gobierno, quien dimite al día siguiente; por lo que elige a José Giral, que sí acepta armar a la población. Paralelamente, y mientras Azaña intenta sin éxito pactar con los sublevados, PCE y PSOE movilizaron a sus militantes para combatir la rebelión, relegando al Gobierno a un segundo plano, que pierde pronto el control en las zonas leales a la República (esa fue una de las claves de la derrota).
En Sevilla, el general golpista Queipo de Llano consigue dominar la ciudad con temeridad y astucia, después de vencer la resistencia de las fuerzas de Asalto (leales a al República) y milicias obreras armadas. Desde ahí, la sublevación se extendió por Andalucía occidental.
El día 20, en Madrid, las fuerzas leales al Gobierno y las milicias sofocan el levantamiento tomando el Cuartel de la Montaña, donde se habían atrincherado los rebeldes. En Toledo, el coronel Moscardó se hizo fuerte en el Alcázar con un grupo de cadetes, guardias civiles y falangistas, mientras la ciudad era tomada por las milicias.
En Barcelona y Cataluña fracasa el levantamiento, pero en Castilla y León, parte de Aragón y otros lugares aislados triunfan los sublevados, quienes declaran el estado de guerra y llevan a cabo diversas medidas represivas, incluyendo múltiples detenciones y ejecuciones.
Respecto al ejército, en Infantería predominaban los golpistas (sobre todo entre los mandos); en Aviación los leales a la República; y en la Marina había divergencia, ya que la mayoría de los oficiales estaba con los sublevados, mientras que la marinería era fiel a la República.
Los sublevados, ahora llamados nacionales, controlaron las provincias con la economía menos desarrollada, de base agrícola y condicionada por el caciquismo. También dominan la frontera portuguesa, por donde recibían ayuda.
La zona controlada por la República era la más productiva y poblada, más politizada y con una mayor conciencia de clase. Mantenía en su poder la producción industrial, el oro del Banco de España, la flota y la aviación.
A pesar de esas diferencias, hay un cierto equilibrio entre ambos bandos (por varios motivos), por lo que el golpe militar inicial se convierte en Guerra Civil (al alargarse, pues unos se defienden y otros tardan en conseguir sus objetivos). La ocupación de Extremadura permite unir las zonas nacionales, y la toma de Madrid se convierte en la siguiente meta.
2.2.- Los dos Bandos
Como se intuye de lo visto hasta ahora, la distribución inicial fue ésta:
* Zona Republicana: además de las fuerzas ya citadas (gran parte de la Marina y Aviación, aunque desertaron los mandos), más un contingente destacado de Tierra y de las Fuerzas de Orden Público (Guardia Civil, Guardias de Asalto y Carabineros), hay que reseñar a las milicias (civiles armados, a los que se unirán después las Brigadas Internacionales) y partidos políticos republicanos: moderados (como IR y UR), obreros (PSOE, PCE, POUM, PSUC,…), fuerzas sindicales (CNT y UGT), regionalistas (ORGA, ERC y PNV -aunque es de derecha-).
* Zona Nacional: el resto de las fuerzas militares (mayoría de Tierra y mandos nombrados), más el ejército de África (con la Legión y Regulares), casi la mitad de las Fuerzas de Orden Público y las siguientes fuerzas sociales o políticas: FE y de la JONS (que había aumentado notablemente sus efectivos desde 1936, cuyas milicias contribuyeron notablemente al control de la zona nacional, organizando las represalias en la retaguardia, además de constituir el embrión del partido único de Franco), Carlistas (Tradicionalistas o Requetés, pensando en la posibilidad de una restauración monárquica de su línea dinástica), buena parte de la Iglesia (que no considera este hecho como una guerra, sino como una cruzada liberadora contra el mal: el Vaticano fue uno de los primeros estados en reconocer al régimen y gobierno de Franco) y del mundo empresarial o financiero (como Juan March y otros, que aportan dinero o movilizar las instituciones de crédito internacionales), la aristocracia, la CEDA, los monárquicos de Renovación Española, etc.
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El resto de ciudadanos civiles españoles (la llamada masa neutra), aunque había quienes se inclinaban hacia uno u otro bando según sus propios intereses (los más potentados hacia los sublevados, y viceversa), en general, influyó mucho el lugar de residencia (donde le tocó).
2.3- Fases de la Guerra
En el curso de la guerra se pueden distinguir cuatro fases:
* 1ª Fase: julio de 1936-marzo de 1937
En síntesis, las operaciones militares consistieron en casi el mismo objetivo tanto para los nacionales como para los republicanos (aunque de distinto sentido: dominar la parte de España que no se había sumado a la sublevación (en el primer caso), y defender esa misma zona (en el caso de los republicanos), al tiempo que buscaban la derrota definitiva del enemigo. De acuerdo con eso, en esta fase destacan seis actuaciones:
El paso del estrecho: gracias al puente aéreo establecido con aviones cedidos por Alemania e Italia, el ejército de Franco pudo cruzar el estrecho y llegar a Andalucía. Ya quela Armada y Aviación fue fiel ala República.
Avance desde Andalucía: desde esta región se dirigen hacia Extremadura (que tenía una gran importancia estratégica, pues ayudaría a conectar con la zona Norte en poder de los nacionales) y Toledo (donde resistía Moscardó), que logran con facilidad debido a la preparación de las tropas de África, su mayor fiereza, sus expeditivos métodos de Guerra y a la falta de organización aún de las fuerzas obreras y ejército de la República.
Ofensiva sobre Madrid: de máxima prioridad, al ser la capital de España, las numerosas fuerzas republicanas allí existentes, el oro del Banco de España, etc. Pero Madrid resiste, con el esfuerzo de sus vecinos, la llegada de las Brigadas Internacionales y aviones soviéticos. Tras el fracaso, Franco decide una serie de maniobras envolventes para aislarla (batalla de la carretera de La Coruña, Jarama, Guadalajara, etc.).
La frontera francesa: Mola ataca la frontera francesa en su parte occidental, tomando Irún.
Ofensiva republicana contra Aragón y Mallorca, que llevan a cabo desde Cataluña. Pero que fracasan en ambos casos: en el primero, por el comportamiento de la CNT-FAI (que ejecuta su pretendida revolución); en el segundo, por la ayuda de la aviación alemana.
La caída de Málaga: fue debida a su defensa desorganizada, por lo que fue una presa fácil para las tropas italianas, marroquíes y voluntarios españoles, con apoyo de la Marina y Aviación (desde donde bombardean y ametrallan a los que huyen por la carretera de la costa).
• 2ª Fase: de abril a noviembre de 1937
En esta etapa destacan las siguientes acciones:
Por parte republicana, dos batallas (ambas tenían como objetivo aliviar el frente Norte y las ciudades cercanas): la de Brunete, en las cercanías de Madrid; y la de Belchite, cerca de Zaragoza.
Los nacionales liquidan el Frente Norte: las ciudades más importantes del Cantábrico fueron cayendo en manos de Franco, hasta liquidar los últimos reductos republicanos. Estas ciudades no sólo eran importantes estratégicamente, sino que su industria y minas ayudarían a Franco a pagar una parte de su deuda a Alemania y disponer de más fuerzas.
• 3ª Fase: 1938
Etapa clave, pues los nacionales cortan a los republicanos en dos. Destacan:
La ofensiva nacional hacia el Levante, tomando Teruel y Castellón: cortando el frente de Guerra y dejando a Cataluña aislada del resto de la República.
La Batalla del Ebro: el ejército republicano lanzó la última gran batalla, para intentar salvar la situación que ya había dado un vuelco fundamental a favor de los sublevados. Cruzan el Ebro el 25 de julio y mantienen las posiciones entre el fuego intenso de las tropas de Franco. Pero la destrucción de loa puentes, la riada desatada por la rotura de todos los embalses de la cuenca del Ebro, sucesivos contraataques nacionales, la retirada de los voluntarios brigadistas internacionales y la claudicación de Francia y Gran Bretaña ante Hitler (Pacto de Munich), con el consiguiente cierre de la frontera francesa., las fuerzas republicanas se retiran y dan por perdida la Batalla del Ebro.
• 4º Fase: de diciembre de 1938 hasta el 1 de abril de 1939
Definitiva, pues los nacionales ocupan Cataluña y cae Madrid.
Tras la batalla del Ebro las tropas nacionales avanzan sin excesiva oposición, entrando el 26 de enero de 1939 en Barcelona. A pesar de los esfuerzos de Negrín por aprobar un plan de resistencia, el gobierno de Franco había sido reconocido por Francia y Gran Bretaña; y, además, las fuerzas republicanas estaban ya divididas entre los partidarios de resistir y los que creían que seguir con la guerra era una acto de crueldad y preferían negociar. Franco rechazó la negociación y promulgó una Ley de Responsabilidades Políticas, que establecía duras condiciones a los que habían colaborado con la República. Soldados y civiles cruzan la frontera y Francia les recluye en campos de refugiados. Ya sólo quedaba parte del Centro y Sureste.
En Madrid, la República se derrumba con la división entre comunistas (partidarios de la resistencia hasta el final) y las fuerzas del coronel Casado (que deseaban la rendición, creyendo que Franco negociaría con los militares). La flota republicana se rinde, y termina la Guerra oficialmente el 1 de abril de 1939.
3. LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA
La guerra habría sido más corta sin la ayuda de las potencias extranjeras, y esta actuación estuvo condicionada por la coyuntura internacional. Francia y Gran Bretaña trataron de localizar y aislar el conflicto español, para evitar el la extensión del conflicto a Europa, sin importarles abandonar un gobierno legítimo (como era el republicano).
Por eso, la República sólo contó con la ayuda militar de la Unión Soviética, que entendía la guerra española como una lucha entre fascismo y democracia. Méjico fue, sin embargo, el que primero sirvió un envío de ayuda, ante la división pública y la presión de EEUU para que esta no fuera mayor.
Los sublevados contaron con la ayuda militar de la Italia fascista y la Alemania nazi. Asimismo, el dictador portugués Salazar mantuvo una estrecha colaboración con Franco, al deportar a los republicanos que cruzaban la frontera y facilitar la ayuda de los sublevados a través de la frontera.
El 1 de agosto de 1936, los gobiernos de Francia y Gran Bretaña propusieron al resto de los países europeos un Pacto de No Intervención en la guerra española, con objeto de evitar que no variasen las relaciones internacionales. De los países mencionados anteriormente, Méjico fue él único que no firmó; los demás se comprometieron a no enviar material bélico a España, armas o voluntarios. Esta política consideraba en plano de igualdad a los dos contendientes, y de nada sirvieron las protestas de la España republicana ante la Sociedad de Naciones.
Es evidente que el pacto no fue respetado por los firmantes, pues Alemania e Italia por una parte, y Rusia por otra, ayudaron en el conflicto durante toda la guerra. Alemania incluso envió a la célebre Legión Cóndor, responsable del bombardeo de Guernica. Los portugueses ayudaron estratégicamente.
Estados Unidos siguió con su política de no intervención en los asuntos de otros países. Fue rechazada la petición de ayuda del embajador español y la pretensión de algunas empresas de remitir material al gobierno republicano; sin embargo, los sublevados contaron con envíos de motores y combustible de la Ford, General Motors y Texaco.
La ayuda de la URSS fue para la República la más importante, y se hizo en forma de equipos y material, técnicos, aviones. Esta ayuda se pagó con el oro del Banco de España, lo que alcanzó para envíos intermitentes; mientras que las fuerzas de Franco las recibían ininterrumpidamente, contribuyendo decisivamente a la victoria de las tropas franquistas.
Sin embargo, entre los apoyos de la República hay que destacar las mencionadas Brigadas Internacionales, organizadas en Francia desde 1936: estaban integradas por voluntarios de más de 60 nacionalidades y con una ideología diversa, pero convencidos de que apoyar a la República era combatir por la libertad y contra el fascismo. Tuvieron que abandonar el país en diciembre de 1938, ante las presiones el Comité de No Intervención (y el Pacto de Munich).
La Guerra Civil se convirtió en la antesala de la Segunda Guerra Mundial, con una confrontación de dos modelos de sociedad y de régimen político.
4. LA VIDA EN AMBAS ZONAS
• A) Zona Republicana
Una de las causas de que se perdiese la guerra, según los historiadores, fue la división existente desde un principio en la zona Republicana. El dilema estaba en ¿qué tenía prioridad para la izquierda, ganar la guerra o hacer la revolución?
- La segunda postura fue defendida por organizaciones como el POUM y la CNT, que llevaron a cabo colectivizaciones y experimentos de comunismo libertario.
- Otros grupos, como el PCE y un sector del socialismo, exigían un esfuerzo primero para ganar la guerra, dejando la revolución para después. Esta posición significaba la desaparición de las colectivizaciones y la centralización de las decisiones del gobierno. Por eso, la negativa del POUM y de los anarquistas en apoyarlo motivó diversos y graves conflictos.
Al comienzo de la guerra, muchas fábricas y tierras fueron abandonadas por sus propietarios huidos al otro bando. El gobierno sólo legalizó algunas a posteriori, mediante leyes y decretos, que en muchos casos permitieron el acceso de los campesinos a la propiedad de la tierra. Por otra parte, el Estado se hizo cargo de los ferrocarriles, eléctricas y monopolios de combustibles.
En zonas de Cataluña y Aragón, de fuerte implantación anarquista, las empresas y campos quedaron bajo la dirección de comités obreros: la idea era hacer la revolución, para ganar la guerra. Socialistas, republicanos y comunistas, por el contrario, eran partidarios de la nacionalización de los medios de producción, bajo una dirección centralizada, para dedicarlos a una economía de guerra; lo que planteó conflictos entre el gobierno central, catalán y vasco.
- La evolución política en la zona republicana fue compleja. Al principio, el gobierno estuvo presidido por Giral (de Izquierda Republicana); a la par que existían comités locales y juntas, a las que el gobierno tuvo que reconocer.
- Más adelante, será Largo Caballero (PSOE) quién se haga cargo del Gobierno, con la inclusión de todos los grupos del Frente Popular y con el apoyo de los anarquistas de la CNT. Con ello, Largo Caballero persigue la reorganización del Estado para ganar la guerra, que incluía la expropiación de las propiedades de los sublevados, intensificación de los esfuerzos para logra el apoyo internacional, militarizar las milicias, intentar recuperar el poder que se hallaba disperso, reordenar el territorio. Es decir, abandonar toda política partidista y centrarse en ganar la guerra.
- En mayo de 1937, CNT y POUM protagonizaron unos sucesos que forzaron la dimisión de Largo Caballero y el paso a la presidencia de Juan Negrín (PSOE), que fortaleció el Estado para evitar cualquier intento revolucionario, apoyándose cada vez más en el PCE, el único que tenía un modelo de ejército eficiente, y la ayuda de la Unión Soviética. Negrín y los comunistas mantuvieron una política de resistencia a ultranza, esperando que la guerra que amenazaba Europa hiciera cambiar la posición de las democracias occidentales hacia la República. La política de Negrín, y la influencia que durante su gobierno adquirió el PCE, dividió al partido socialista y generó un enfrentamiento entre republicanos, socialistas y anarquistas, que se mantuvo en el exilio.
* B) Zona Nacional
El levantamiento se produjo sin que los sublevados tuvieran claro un proyecto político definido. Entre ellos existía una amalgama de tendencias políticas y sociales: monárquicos alfonsinos, carlistas, falangistas, cedistas, militares..., sin que ninguno renunciase a sus principios ideológicos; aunque, entre todos, Falange era el que mayor fuerza detentaba.
1.- Después de la sublevación, los militares constituyeron en Burgos una Junta de Defensa Nacional, que actuó como un poder soberano: declaró el estado de guerra, coordinó las operaciones militares, asumió las tareas de administración y las instituciones del Estado existentes en el territorio y legisló en materia de educación, familia y dio los primeros pasos para derogar las leyes republicanas. En lo económico trató de crear los instrumentos necesarios para financiar la guerra y anular las expropiaciones, devolviendo la tierra a sus antiguos propietarios.
2.- En agosto del 36, la necesidad de un mando único lleva a proclamar a Franco por encima de otros generales mejor situados (Mola y Queipo de Llano) como Generalísimo de todas las fuerzas nacionales y Jefe del Gobierno Español con todos los poderes.
Su primer acto de gobierno fue la creación de la Junta Técnica de Estado, integrada por militares y civiles, bajo el control del generalísimo.
Era un estado sin articulación política e ideológica, algo de lo que se encargaría su cuñado, R. Serrano Suñer. El primer paso fue integrar todas las fuerzas bajo la jefatura de Franco mediante el Decreto de Unificación (19 de abril de 1937) que fusiona la FE y de las JONS con los tradicionalistas (FET de las JONS), con Franco como caudillo único, y en él se integraron los demás partidos del bando sublevado (CEDA, Renovación y otros menores).
Los falangistas intentaron mantener su esencia con M. Hedilla al frente, pero éste es acusado de desacato, detenido y condenado a muerte (se libró gracias a la mediación de la iglesia y otros políticos). La crisis se saldó con la consolidación de la jefatura franquista. Después se publicaron sus nuevos estatutos según los cuales Franco sólo respondía ante Dios y ante la Historia.
3.- El primer gobierno de Franco se formó en enero de 1938, originando una nueva estructuración política del régimen, con una representación de todas las tendencias de los sublevados: destacando el ejército con tres carteras, seguidos de los tradicionalistas y la iglesia.
Esto marca el inicio de un nuevo Estado Nacional, con el poder concentrado en su totalidad en manos de Franco. Su labor legislativa hasta el final de la guerra se resume en:
- Presentación del Fuero del Trabajo, con al exposición de las principales ideas del régimen.
- La derogación de la Ley del Divorcio.
- La creación del Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra.
- La Ley de Prensa, que establece la censura previa y el control gubernativo de los medios.
- Colaboración entre Estado e Iglesia: retribución, devolución de bienes, educación, etc.
- Ley de Responsabilidades Políticas, que perseguía a los enemigos del régimen.
5. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
Una de las primeras consecuencias de la guerra fue la represión:
-En la zona sublevada, ésta fue institucional y sirvió para vencer la resistencia de la población mediante el terror.
-En la zona republicana fue una acción revolucionaria incontrolada, aprovechando el vacío de poder y la impunidad. Es notorio el hecho de que las autoridades republicanas intentaran frenar las detenciones y los asesinatos arbitrarios de los comités revolucionarios, encauzándolo a través de Tribunales Populares.
El método represivo más común fue llamado el “paseo”, práctica que los dos bandos llevaron a cabo: unos contra la aristocracia, la burguesía, los militares, eclesiásticos, etc.; y los otros contra cualquier sospechoso de pertenecía a un partido republicano, gobernantes y alcaldes durante la República, obreros, médicos, maestros, etc.; como forma de escarmiento para aterrorizar a la población, mezclando cuestiones políticas muchas veces con cuestiones personales. Esa suma de odios motivó una desconfianza de la población, entre los propios vecinos e, incluso, entre gente de la misma familia, ante el clima de denuncias y delaciones.
Los que no perdieron la vida fueron separados de sus cargos y trabajos, encarcelados o muertos, incluso años después de terminada la guerra. Los más afortunados marcharon al exilio.
Entre las pérdidas demográficas, hay grandes discrepancias entre los historiadores, pero las cifras se aproximan al millón de muertos: contando los ejecutados por la represión en ambos bandos, fallecidos en combate, víctimas de bombardeos, muertos en las cárceles una vez finalizada la guerra (como el poeta Miguel Hernández), etc.
A ellos hay que sumar los exiliados o emigrados:, afectaron a la población joven y en edad productiva, a intelectuales y artistas que habían protagonizado la Edad de Plata de la cultura española. Además de los no nacidos en la guerra y años posteriores (población hueca).
Las pérdidas económicas fueron muy cuantiosas. Especialmente afectada quedó la red de transportes y comunicaciones, sobre todo la ferroviaria. También la gran cantidad de viviendas particulares destruidas y edificios públicos. El tejido industrial resultó menos dañado.
En endeudamiento de España al final era brutal: cerca de los 300.000 millones de pesetas (de las de entonces…), a lo que había que sumar la pérdida del oro del Banco de España.
También se redujo considerablemente la superficie sembrada, debido a la falta de mano de obra y de ganado o equipamientos, requisados durante la guerra.
Eso tuvo como consecuencia el descenso brutal de la renta per cápita, y sólo hasta los años cincuenta no se recuperarían los niveles de antes de la guerra:
Políticamente, la guerra truncó el experimento democrático de la Segunda República y la evolución hacia una sociedad más moderna y solidaria e igualitaria. Pues con el triunfo de la derecha se aniquiló sistemáticamente a toda la izquierda, con un régimen personal basado no en la voluntad popular, sino en la victoria: Dictadura personal de Franco, ideología militarista y católica, represora de toda disidencia política o ideológica.
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