EL MOVIMIENTO OBRERO. MARXISMO Y ANARQUISMO
INTRODUCCIÓN.
Las consecuencias directas del fenómeno de la revolución industrial pasan por salarios bajos, horarios excesivos, escasa (o inexistentes) medidas de higiene y seguridad, trabajo de niños y mujeres con salarios desiguales, hacinamiento en suburbios de las grandes ciudades, casas sin ventilación ni servicios… deshumanización. El manejo de la máquina no requiere (como sí sucedía en el gremio) una especial pericia; las posibilidades de mejorar en el trabajo difieren de las gremiales (de aprendiz a oficial y a maestro), las relaciones "trabajador" – "empleador" han cambiado: ya no se conocen su trato también se ha deshumanizado.
Rotos los viejos lazos personales del viejo taller artesanal comienza a nacer la organización obrera. Lógicamente los primeros movimientos los detectamos en Inglaterra en el XVIII, dentro de ellos observamos varias vías de actuación, frecuentemente entremezcladas:
• Vía política: no se plantea el enfrentamiento con el patrón, más bien una convivencia. Pretende, aliándose con la burguesía, que el Estado intervenga cortando los abusos.
• Vía sindicalista: Apoya la asociación espontánea de defensa obrera con el fin de propugnar una actividad de resistencia a los patronos mediante la lucha económica. No exhiben preocupaciones ideológicas y se limitan a elaborar respuestas a las necesidades cotidianas del proletariado.
• Vía socialista: Elabora un aparato teórico, rechaza las leyes del liberalismo económico y propugna una transformación de la sociedad industrial que impida la explotación.
A) Inicios y desarrollo del movimiento obrero.-
Durante las primeras fases de la industrialización las protestas de los obreros se centraron en la crítica a la máquina como causante de la situación, de ello nacieron los primeros movimientos (casi míticos) como el luddismo (mecanoclastia) ante lo que las respuestas de los gobernantes fueron disposiciones legales muy duras –se trataba de una atentado a la propiedad-, llegando a ejecuciones de obreros. Pero el problema no estaba en la máquina en sí, sino en el uso que de ella se hacía; cuando esto fue descubierto por los obreros comenzaron los intentos de organizarse, comenzó la toma de conciencia de clase.
Estos primeros intentos de organización obrera, en Inglaterra, trajeron la aparición de las "Combination Laws" (leyes sobre asociaciones obreras). En 1824 este derecho fue reconocido por el Parlamento (nueva Combination Law). Desde 1825 surgen por toda Inglaterra multitud de asociaciones sindicales por oficios, con una tremenda desunión entre ellas, incluso con sentimiento de competencia; en el ’29 surge, desde la industria textil, la idea de aglutinar a todos los sindicatos locales en uno solo: nace la "Unión General del Reino Unido" (Manchester) germen de la futura unión de todos los sindicatos de todas las especialidades (National Association for the Protection of Labour) que gozará de un órgano de expresión que edita 30,000 ejemplares.
Pero dos serán los intentos más destacados dentro del Reino Unido por crear una alternativa a las condiciones de vida del obrero: la iniciativa de Robert Owen y el movimiento Cartista.
[El anarquismo actúa en estos momentos, pero lo trataremos independientemente]
Robert Owen,(1771-1858) industrial lanero que en 1799 adquiere una empresa textil en Glasgow, al convivir con la clase trabajadora, recoge las quejas de esta y decide invertir parte de los beneficios a favor de los trabajadores. Creía en el progreso y en la felicidad que la situación industrial podría traer a todos. Quiso modificar el capitalismo mediante la intervención del Estado para que fuera este quien frenara el proceso de enriquecimiento-pobreza. En 1819, por su influencia, el Parlamento promulgó leyes contra el trabajo infantil (incumplidas). Creó, en su fábrica, alojamientos para obreros, con jardines, comedores, economatos y escuelas. Sus intentos de solucionar el problema obrero le llevaron a intervenir en el Congreso de Aquisgrán ante las potencias restauracionistas. En sus libros, plantea las posibilidades de solución, que en su caso intentó desarrollar imbuido de un espíritu casi religioso: las aldeas de cooperación fueron su contribución a la mejora de la clase obrera. Partiendo de un principio calificable de cooperativista. Fundó en New Harmony (Indiana, USA) una colonia en la que desarrollar todos sus supuestos teóricos. La colonia debería contar con una población de entre 500 y 2,000 habitantes. Los beneficios de la producción se repartían entre todos. Se prestaba una especial atención a la educación. No había salario. Al año de comenzar el experimento comenzaron los problemas que llevaron a la disolución de la colonia en 1829; pero esto no paró a Owen, que intentará 16 veces más repetir la experiencia en USA y otras 7 veces en Reino Unido. Presentará, por primera vez, la iniciativa de jornadas de 8 horas. LA influencia de este personaje en su momento fue muy superior a la de ningún otro. El marxismo, posteriormente, le consideró un reformador moderado que ideó una ciencia de la sociedad comunitaria y como un fundador del cooperativismo. En sus últimos años de vida contribuyó a aglutinar a pequeños sindicatos en la "Great Trade Union", que en pocas semanas aglutinó a 500,000 miembros y despertó los recelos del gobierno, que ilegalizó la asociación.
El Movimiento Cartista nace en los años ’30 de la desviación desde el sindicalismo (no solucionador d problemas) hacia la vía política (transformadora de estructuras). La reforma electoral que se produce en Reino Unido en 1832 había levantado esperanzas de democratización (desde las cuales sería fácil cambiar las estructuras), pero la decepción fue el resultado. Dos artesanos londinenses (Lovett y Hetherington) encabezan una campaña a favor del sufragio universal, redactan la Carta el Pueblo, en la que se pide, junto al sufragio universal, renovación anual del Parlamento, escrutinio secreto, inmunidad parlamentaria, circunscripciones electorales iguales…medidas todas ellas más cercanas a la búsqueda de amparo en el Estado y a convivir con el capitalismo que a sustituirlo. Al movimiento se le suma una facción dura, capitaneada por Brian y O’Connor). En 1839 se convoca en Londres el llamado "Parlamento del Pueblo" (convención cartista dentro de la cual surgen las diferencias que acabarán con el movimiento). Tras la oleada del ’48, disminuidos los seguidores, las posturas se radicalizan y entroncan con el marxismo: se reivindica la necesidad de conquistas políticas y económicas, la libertad será conquistada por los trabajadores y por lo tanto, lo primero es el desarrollo de la conciencia de clase.
Paralelamente, en el continente, donde la industrialización no alcanza las cotas británicas, pero donde el pensamiento se resiste a quedar atrás, surgen una serie de observadores de la realidad obrera que la denuncian desde la comodidad de los salones: Se trata de una serie de filántropos (como los llamará el marxismo posteriormente). Francia, con un proletariado menos numeroso pero con una intelectualidad más sensible, aporta la mayoría de los llamados socialistas utópicos, cuya tónica es la búsqueda de una solución a un problema que, en gran medida aún no sufren. Las soluciones que aportan son dispares y basadas en principios como la concordia y la bondad innata del hombre; trabajan sobre la hipótesis (¡!) de que la burguesía irá cambiando según se denuncie la problemática. Dan más importancia a los proyectos que a los medios para desarrollarlos. Podemos decir que tienen vocación de profetas, de mesías. Posteriormente Karl Marx loes criticará que su preocupación por la sociedad –su socialismo- haya sido basado en la utopía (de ahí el calificativo genérico de socialistas utópicos).
De entre ellos señalemos a Saint –Simón, noble liberal que luchó en la guerra de Independencia de los USA. Su solución era que la sociedad estuviera regida por una elite (no de aristócratas, ni de burgueses, sino de los más preparados), se le considera precursor de los gobiernos de técnicos. Su ideal: la reforma social y la mejora de la clase obrera. Otro socialista Utópico, Fourier diseñó un modelo de sociedad llamado falansterio, compuesto por 1,620 trabajadores y donde el trabajo sería un placer (cada uno trabajaría en lo que le gustase y cambiaría de actividad varias veces al día). Subsistiría la propiedad privada y la herencia, pero los instrumentos de producción serían comunes. Los beneficios se repartirían de manera desigual. Buscó financiación para su proyecto de sociedad perfecta, los intentos de realización (Fr, Rs, UK y USA) acabaron en tremendo fracaso. Ideas muy semejantes (modificando los errores) presentaba Godín en el familisterio. En la línea de la ciudad feliz se sitúa la idea de Cabet, que en 1824 publica su "Viaje a Icaria", retrato de una sociedad ideal tomada de Platón y T. Moro (regida por sufragio universal y una asamblea popular) en la que el comercio es una actividad no especulativa, los cargos se rigen por concurso… Se intentó, en 1849, en USA (entre Texas y New Orleans); en 1856 fue disuelta. Otros pensadores utópicos son Blanc, padre de la idea, en la Francia del ’48, de los Talleres Nacionales y del Derecho al Trabajo. Blanqui, que veía la insurrección por las armas como el único medio para transformar la sociedad.
Pero todas estas vías de salvación del proletariado adolecían de algo: de la implicación del proletariado; Karl Marx denunció esta ingenuidad salvadora de una clase ajena a la problemática del trabajador. Para él, la liberación de la clase trabajadora debería venir des de dentro de ella misma: primero tomando conciencia de su poder de actuación y luego actuando para que la organización social heredada fuera cambiada a favor de la mayoría de la población, de los trabajadores.
B) Marxismo y Anarquismo.
Dos serán las fuerzas ideológicas más importantes que encontraremos durante los primeros momentos del movimiento obrero: el marxismo y el anarquismo; ambos hunden sus raíces en postulados anteriores, pero la presencia de ambos será definitiva en la formación de la conciencia de clase de la masa obrera y, de igual modo, los enfrentamientos entre las posturas y postulados de estas dos corrientes conformará un tipo de movimiento obrero determinado.
La preocupación por la sociedad, el socialismo, es anterior a Marx; pero los planteamientos que él realiza, los análisis de la realidad que efectúa, le elevan por encima de todos los socialistas anteriores, que trabajaban sobre supuestos y planteamientos algo románticos. Marx fundamenta sus planteamientos de forma científica, de ahí la diferenciación entre dos socialismos:
• antes de Marx (Socialismo utópico).
• después de Marx (Socialismo Científico).
Sobre presupuestos filosóficos y postulados de economía política Marx analiza la sociedad industrial y, a partir de ello, sienta las bases de una ciencia general del desarrollo humano. Prácticamente todos los campos del saber modifican sus fundamentos tras las aportaciones de Marx, que desde una interpretación materialista de la historia buscó una explicación a los fenómenos sociales en las relaciones de producción entre los hombres: Llegó a la conclusión de que los hechos históricos son relaciones, no anécdotas, y el primer hecho en la vida del hombre es la satisfacción de las necesidades materiales. Sus tesis no se recogen de manera uniforme en un solo texto, están salpicadas, modificadas, explicadas a lo largo de su bibliografía; muchas de ellas están elaboradas junto con Frederick Engles, su colega y amigo. Desde este punto de vista Marx formuló tres tesis fundamentales:
El ser social determina la conciencia social. No son las grandes ideas ni los héroes los que cambian el mundo, es lo material y colectivo (las condiciones materiales). "No es la conciencia del hombre lo que determina su ser, sino el ser social lo que determina su conciencia.
a) Correspondencia entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Al cambiar las fuerzas cambian las relaciones de producción. "El molino de mano crea la sociedad de los señores feudales, el molino de vapor la sociedad de los capitalistas industriales".
b) Relación dialéctica entre la base económica (infraestructura) y la ideología jurídico-política (superestructura). Ambas nacen en un determinado momento histórico y marcan una época. Cuando la infraestructura es sustituida se produce una sustitución de la superestructura y el nacimiento de una nueva época: a lo largo de los siglos una base económica determinada es sustituida por otra y con ella desaparece la vieja superestructura ideológica, engendrándose otra.
1. Lucha de clases. Los acontecimientos históricos vienen marcados por los grupos sociales: si bien un individuo puede ser desinteresado, el colectivo (lo social, la suma de individuos) nunca lo es. El papel de la Historia no lo juega el individuo, sino el grupo, que lucha por sobrevivir. Desde el mundo primitivo ha habido una organización de los individuos ateniendo a su posicionamiento en la estructura positiva (clases social) y siempre ha habido una hostilidad entre los grupos basada en la explotación que unos grupos han ejercido sobre otros. Esta lucha, cree Marx, es positiva ya que será factor de progreso, de cambio (revolucionaria). Será la vía de liberación del proletariado. En escritos posteriores Engels explicitará que los tipos de lucha de clase son tres:
a. Lucha económica En busca de reformas parciales (salarios, viviendas…)
b. Lucha política. Tiene como objetivo conseguir el control e la sociedad y por tanto el poder y desde él rediseñar las relaciones sociales. En esta lucha podrían utilizarse "armas ilegales " (insurrección, huelga) o bien "armas legales" (elecciones parlamentarias, leyes...)
c. Lucha ideológica. La lucha se hace consciente cuando el proletariado alcanza la conciencia de clase.
La lucha de clases no constituye un ideal, es más: llegará un momento en que desaparezca, pero mientras ese futuro llegue…
1. Sociedad sin clases. El comunismo implicaría la desaparición de las clases ya que en una situación de autogobierno desaparecerían las tensiones sociales al desaparecer las relaciones desiguales de los individuos con los medios de producción.
2. Dictadura del proletariado. (una de las ideas más polémicas ya que nace de un análisis posterior de los marxistas sobre una idea tal vez no muy elaborada por Marx) Partiendo de la base de que el Estado es la más importante superestructura de una sociedad, y de que el Estado burgués es, por tanto, la imposición de los valores y principios de la burguesía (dictadura de la burguesía), una vez creada la conciencia de clase, y usadas las armas de acceso al poder, la dictadura del proletariado sería la palanca para transformar la sociedad y llegar a insertar en ella los valores de una sociedad sin clases.
3. Plusvalía. (Constituye uno de los aspectos esenciales de "Das Kapital" ampliado y matizado en obras posteriores).Toda mercancía exige un gasto de energía por parte del trabajador. Marx rechaza identificar valor del producto con demanda y defiende que el valor depende del trabajo realizado para su producción. Pero al trabajo del trabajador se le viene comprando a un precio (el salario) y es usado más allá del precio pagado. LA diferencia entre el precio a que el capitalista compra el trabajo y el precio a que vende la mercancía producida con ese trabajo es a lo que Marx llama plusvalía. Denuncia Marx que, si el obrero cobrara por lo que de verdad produce, no habría capitalismo. Esta plusvalía, por acumulación histórica, ha generado el capitalismo y los capitales. A esta plusvalía absoluta, añade Marx, la sucede la Plusvalía relativa: en el mundo industrial la mecanización permite comprar menos mano de obra y aumentar la rentabilidad mediante la mecanización.
Gran parte de los postulados marxistas han sido reinterpretados, analizados, modificados, ampliados…pero no debe reprocharse a Marx muchos de los errores cometidos en su nombre; su pensamiento no constituye ninguna Biblia que informe la marcha de la humanidad.
Paralelamente a los inicios de la industrialización han ido surgiendo posturas de rechazo al maquinismo, de entre ellas el Anarquismo supone un rechazo en bloque al proceso industrial y parece mirar con nostalgia hacia el pasado, hacia el mundo agrario, de pequeños grupos humanos: se trata de un movimiento con escasa coherencia doctrinal. Sus planteamientos de actuación se acercan hacia lo sindical en su estado más puro. Se trata de una doctrina de gran importancia en algunos países europeos en los que el movimiento obrero se alejó de posturas políticas. En el seno de la Primera Internacional chocó con el marxismo (mucho más estructurado dogmáticamente hablando) hasta producir la escisión. Entre los pensadores anarquistas cabe mencionar a Godwin, Prouhdon, Bakunin y Kropotkin; si bien la influencia de Proudhon es grande Bakunin es la figura que mayor papel jugó en los movimientos sociales del XIX.
El anarquismo que Bakunin propone (anarco-colectivismo) tiene una vertiente moral en la que exalta la libertad del individuo: "solo soy verdaderamente libre cuando todos los que me rodean son libres). En su opinión la educación es la base de todo –muchos de sus seguidores tomaron esta idea de manera tal que la convirtieron en un apostolado social-. Propugnaba la desaparición de los estados ya que eran elementos represivos, la desaparición de los ejércitos –mano represora de los estados- una vez desaparecidos los estados; esperaba la revolución espontánea el campesinado; tachaba al poder de maléfico y demoníaco. Su visión de la sociedad pasaba por comunas autónomas y autogestionarias con capacidad para federarse o separarse. La propiedad debía ser colectiva. Las células sociales serían pequeños grupos humanos lejanos a a las aglomeraciones industriales ya que en esas ciudades era imposible la soberanía popular.
Otra de las líneas anarquistas, la originada por Kropotkin (Anarco-comunismo) se asemeja en los principios, pero difiere en los métodos de actuación y organización social; para Kropotkin no solo debería colectivizarse los instrumentos de producción, sino también los productos (algo que Bakunin no se atrevió a formular); los métodos de actuación de Kropotkin difieren: no basta esperar a que la revolución se produzca, hay que favorecerla con la propaganda del hecho (terrorismo).
Las personalidades de Marx y Bakunin se enfrentarán en el seno de la Primera Internacional Obrera.
Las Internacionales Obreras.
Las revoluciones del ’48, han mostrado al mundo obrero la necesidad de creación de unos cauces para la solución de problemáticas similares en países diferentes, el fracaso de la revolución del ’48 trae la necesidad de crear una nueva vía de solución a esos problemas y la toma de conciencia de la masa obrera. Un mitin en Londres (1863) en solidaridad con los obreros polacos levantados contra Rusia supone el acercamiento de los mundos obreros de Inglaterra y Francia, fruto de este encuentro nace la idea de la celebración, al año siguiente, de un congreso internacional de proletarios. Habitualmente se ha considerado "responsable" de esta convocatoria al mundo del trabajo británico (más organizado que ningún otro), pero la Francia de Napoleón III podría haber estado detrás de este acercamiento en un intento de controlarlo; igualmente no es descartable la intervención de la masonería; algo es seguro: Marx no es el instigador del encuentro.
El 28 de Septiembre del 1864 se celebra la reunión inicial en Londres, a ella asisten trade-unionistas británicos, anarquistas franceses, emigrados de muy diverso origen…, obreros algunos, abogados otros, filántropos, socialistas de muy diversa índole…Una de las primeras decisiones es reunirse anualmente. Se crea un comité provisional –dentro del que se encuentra Marx- encargado de preparar la próxima reunión y de elaborar los estatutos de la asociación; es en este campo donde Marx salta a la palestra. Marx sugiere que a) La emancipación de la clase obrera ha de venir de ella misma y que b) la clase obrera no puede ser indiferente a al toma del poder político. En el Manifiesto Comunista encontramos la consagración política de Marx, pero sus tesis no triunfaron desde un principio en el seno de la Internacional: la multiplicidad de ideas y enfoques, que venían frenando los trabajos de la Internacional, acabará con el enfrentamiento entre las posturas del marxismo (en expansión por toda la Europa obrera, por la que se fundan partidos socialistas para alcanzar el poder político) y el anarquismo (con especial desarrollo en aquellos ámbitos no excesivamente industrializados). Las reuniones de la Internacional van a verse demoradas, pospuestas y finalmente paralizadas por la declaración de guerra entre Francia y Prusia (Guerra Franco-Prusiana. 1870); esta confrontación bélica romperá la unidad de acción de la Iª Internacional al sobreponerse a los intereses internacionales los intereses localistas de los obreros de cada país. Acontecimientos como la Comuna de París (1871) incrementarán el recelo de los Estados hacia el movimiento obrero y la Internacional, por lo que la persecución dará comienzo. Pero no debemos olvidar que son las disputas y enfrentamientos internos, y no tanto lo externo, lo que dará al traste con la Iª Internacional.
El enfrentamiento entre las tesis de Marx y Bakunin tenía, además de los fundamentos doctrinales, un componente personal al tratarse de dos personalidades muy fuertes y encontradas.
Las posturas enfrentadas pueden resumirse en:
MARX BAKUNIN
Ve la Historia como sucesión de fuerzas suprapersonales. Es el individuo, no el grupo, lo que hace la historia.
Primero hacerla revolución, luego tomar conciencia Hay que hacer acciones individuales que animen ala revolución.
Hay que conquistar el poder político para, desde él, transformar la sociedad. El poder es demoníaco. Hay que abolirlo.
Acepta el juego político existente (partidos) para asaltar el poder y transformarlo desde dentro Abomina la política.
El anarquismo es expulsado de la Iª Internacional en 1872, pero esta "depuración" no impedirá que en 1875 (catorce años después de ser fundada) sea disuelta. Los intentos de recrearla en 1889 chocarán con nuevas tendencias que la mantendrán viva hasta 1914, momento en el que la Primera Guerra Mundial rompa la unidad de acción y vuelva a localizarse el movimiento. Existe una IIIª Internacional, nacida tras la revolución Rusa y la implantación del comunismo, de lo que es portavoz y difusora.
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