LA CONSOLIDACI�N DEMOCR�TICA.
1.- EVOLUCI�N DE LA ECONOM�A
Las pol�ticas de todos los gobiernos, desde 1982, han estado orientadas al crecimiento econ�mico, como medio de disminuir las tasas de paro, y a la reducci�n del d�ficit comercial, del endeudamiento estatal y la inflaci�n. En este proceso se distinguen las siguientes fases:
? Primer ajuste econ�mico: al llegar el PSOE al poder se procedi� a un ajuste econ�mico para alcanzar las metas citadas. Para lograrlo devalu� la peseta un 8 %, con el fin de incrementar las exportaciones, se aplicaron altos tipos de inter�s y se elev� la presi�n fiscal (para contener el gasto p�blico).
En 1983 se puso en marcha la reconversi�n industrial, que afect� a sectores tradicionalmente intervenidos y a empresas como el holding Rumasa (expropiado ese a�o).
? Pol�tica expansiva: reducida la inflaci�n al 8?2 % y con un super�vit exterior del 1?7 %, se procedi� a aplicar una pol�tica (keynesiana) basada en la expansi�n econ�mica y el aumento de dinero disponible (bajada del IRPF). Se foment� una nueva reindustrializaci�n (ZUR) y los acuerdos econ�mico-sociales redujeron la conflictividad laboral. Adem�s, la entrada en la CEE permiti� una fuerte inversi�n extranjera, deseosa de establecerse en pa�ses con bajos costes salariales. La econom�a creci� en 1987 y 1988 m�s del 5 %, y se crearon m�s de un mill�n de puestos de trabajo. Son los a�os del boom econ�mico y del ?pelotazo?, de fuertes especulaciones y ganancias en Bolsa; y, para luchar contra el fraude, se cre� la Agencia Tributaria, dependiente del Ministerio de Econom�a y Hacienda.
? Segundo ajuste econ�mico. A partir de 1989 creci� la actividad econ�mica y el empleo, pero eso origin� el incremento del consumo y de las importaciones, aumentando la inflaci�n y el d�ficit en la balanza comercial. Por esa raz�n, el Banco de Espa�a aplic� pol�ticas restrictivas para enfriar la econom�a (retenciones de capital y subida de los tipos de inter�s).
Sin embargo, tras la Huelga General del 14-D (1988), el Gobierno aument� el gasto social y las inversiones p�blicas (Expo 92, Juegos Ol�mpicos, aeropuertos, AVE, autov�as...) y las transferencias a comunidades aut�nomas.
Eso hizo subir el d�ficit p�blico, lo que supuso un incremento del paro, el hundimiento de la inversi�n y la inflaci�n se mantuvo alta. Por eso, el Gobierno decidi� levantar las restricciones.
Pero la crisis energ�tica y las tormentas monetarias convulsionaron la econom�a espa�ola (del mismo modo que los ciclos expansionistas la hab�an favorecido antes) y, a partir de 1993, Espa�a sufri� un aumento del paro (casi 3.000.000, un 20 %), d�ficit p�blico e inflaci�n.
? Recesi�n econ�mica. A partir de 1993, la pol�tica econ�mica tuvo como principal objetivo cumplir los requisitos establecidos en la Cumbre de Madrid (1995) de convergencia hacia el euro: estabilidad de precios, equilibrio presupuestario, privatizaciones, libertad de movimiento de capitales (en una econom�a globalizada), competitividad, moderaci�n salarial, etc.
El gobierno fija entonces unos presupuestos restrictivos e inicia una pol�tica de flexibilizaci�n laboral, lo que le llev� al enfrentamiento con los sindicatos (nueva Huelga General). El Banco de Espa�a accedi� en 1994 a la total autonom�a del Gobierno, lo que significaba que el Estado no pod�a recurrir a �l para sanear el d�ficit p�blico.
? Nuevo crecimiento. Tras las Elecciones de 1995 y el triunfo del PP, su actuaci�n se bas� en la continuidad de la pol�tica del PSOE: rigor presupuestario para reducir el d�ficit y luchar contra la inflaci�n, cumpliendo Espa�a en 1998 los requisitos de la UE para ingresar en el euro.
A partir de 1999, el crecimiento espa�ol se bas� en el consumo interno, favorecido por la moneda �nica y los bajos tipos de inter�s.
? Transformaciones en el sistema productivo. La estabilidad pol�tica, la pertenencia de Espa�a a la UE y la moneda �nica ha hecho posible un espectacular crecimiento econ�mico, que se pone de manifiesto en la mejora de infraestructuras y la modernizaci�n de las estructuras productivas.
En el transporte se opt� por el modelo de autov�as frente al de autopistas. En materia de ferrocarril se lleva cabo una pol�tica de saneamiento, cerr�ndose l�neas no rentables y se comenzaba la modernizaci�n con el AVE.
Debido a los frecuentes periodos de sequ�a, se redacta el borrador del futuro Plan Hidrol�gico Nacional, en el que se define al agua como un bien social.
Se modernizan las estructuras productivas, mejorando la educaci�n y la especializaci�n laboral, incrementando la cantidad y la calidad del equipo productivo, al progreso tecnol�gico.
2.- TRANSFORMACIONES DE LA SOCIEDAD
Desde 1982 se han experimentado grandes cambios: sube la esperanza de vida (una de las m�s altas del mundo), baja la tasa de fecundidad (la m�s baja del orbe, por m�ltiples causas).
Espa�a ha pasado de ser un pa�s emigrante a uno de inmigraci�n, quienes realizan los trabajos no deseados por los espa�oles, buscando en nuestra econom�a una posibilidad de progreso. Pero esto ha dado origen a algunos brotes de racismo y xenofobia.
La sociedad ha modificado el sistema de valores: se ha hecho m�s solidaria, liberal y permisiva. Se ha incrementado la objeci�n de conciencia y se ha movilizado contra atentados y contra el recurso de la fuerza para defender posiciones pol�ticas o sociales. Han crecido las preocupaciones medio ambientales, hasta el punto de realizar numerosas movilizaciones.
En los aspectos laborales, la actuaci�n socialista se centr� en la fijaci�n de una semana laboral de 40 horas, vacaciones anuales de 30 d�as y aumento de la edad del trabajo a los 16 a�os.
En materia de pensiones, se establecieron las pensiones m�nimas y las no contributivas, con las que se respond�a al aumento del n�mero de jubilados. En los momentos de crisis se establecieron l�mites en las m�s altas y se endurecieron los requisitos para acceder a las mismas. El Pacto de Toledo sirvi� para subir las pensiones en funci�n de la subida del IPC.
En materia sanitaria, la Ley General Sanitaria (1986) supuso la universalizaci�n de la asistencia sanitaria a trav�s del Sistema Nacional de Salud. Pero eso origin� un desmesurado gasto farmac�utico y asistencial, debido a incremento de la esperanza de vida. Este incremento se ha visto hoy corregido mediante el medicamentazo (recortes de prestaciones).
En cuestiones educativas, la LOGSE estableci� la escolarizaci�n obligatoria hasta los 16 a�os. Esto se tradujo en un incremento sustancial del n�mero de alumnos y de la cuant�a y valor de las becas concedidas.
Desde 1975 se ha registrado una gran dinamizaci�n cultural, en las comunicaciones y en otros m�ltiples aspectos de la vida y de las ciudades.
3.- ELECCIONES Y EVOLUCI�N POL�TICA
3.1.- Los Comicios de 1982
El cambio en esas elecciones fue espectacular, y pudo influir mucho el 23-F, la moderaci�n del PSOE, las crisis del PCE y de UCD, el hundimiento de los partidos centristas y de derecha (CDS, AP-PDP), las promesas del PSOE (800.000 empleos..., ?Por el cambio?...), etc.
? El PSOE duplic� casi sus esca�os, consiguiendo el 48?2 % de los votos; la 1� vez que un partido obten�a mayor�a absoluta, y que la izquierda superaba a la derecha tras la Guerra Civil.
? La UCD se desmoron� debido a sus luchas internas, a la debilidad de sus gobiernos y a la situaci�n econ�mica del pa�s.
? AP-PDP se convierte en la segunda fuerza pol�tica del pa�s, reemplazando al anterior.
? El CDS, a pesar del carisma de Su�rez, fracas� (s�lo 2 esca�os?).
? Algo parecido le ocurri� al PCE (4 diputados), obligando a dimitir a Carrillo en su direcci�n.
? De los regionalistas s�lo sobreviven Convergencia i Uni� (CIU) y Ezquerra Republicana de Catalu�a (ERC) en esa regi�n; y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Euskadiko Ezquerra (EE) y Herri Batasuna (HB) en Vascongada.
? Desaparece la extrema derecha del marco electoral, al no alcanzar ning�n esca�o.
3.2.- Las sucesivas Elecciones
El bipartidismo continu� imperando en Espa�a, como podemos observar en los siguientes Comicios legislativos:
? En las de 1986, aunque el PSOE perdi� 18 esca�os y m�s de un mill�n de votos (?), a�n conservaba la mayor�a absoluta en el Congreso. A destacar la reconversi�n industrial, el plan de choque econ�mico y la primera crisis interna (Guerra-Boyer). Crisis que tambi�n afect� a AP (Fraga dimite), siendo derrotado moment�neamente por el CDS.
? Las de 1989 estuvieran marcadas por la Huelga General del 14-D (diciembre de 1988), los primeros esc�ndalos econ�micos que afectaron a algunos miembros del PSOE, la actuaci�n de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberaci�n, terrorismo de Estado amparado por el Gobierno?) contra ETA y la preparaci�n de los actos del 92 (Olimpiada de Barcelona y EXPO de Sevilla). Aunque ya no consigue mayor�a absoluta, volvi� a ganar el PSOE; mientras el PP (que sustituye a AP) se mantiene e IU (que reemplaza al PCE) sube.
? En 1993 destacan los esc�ndalos pol�ticos que salpican al PSOE (judicial e internamente). Sin embargo, obtiene m�s votos pero menos esca�os que en los anteriores: al no tener mayor�a absoluta, comete un grave error pol�tico, ya que tuvo que pactar con los nacionalistas (PNV y CIU), que a cambio consiguen poder econ�mico y auton�mico. Comienza el declive del PSOE.
Esa legislatura fue muy conflictiva, por lo ya se�alado (esc�ndalos econ�micos, financiaci�n ilegal del PSOE, GAL, apoyo nacionalista, etc.). La vida pol�tica se radicaliza y las acusaciones se multiplican (el propio IU arremete contra el PSOE, pretendiendo recuperarse a su costa).
? Las de 1996 vienen a ser un calco ?pero al rev�s? de las de 1982: ahora gana el PP, tras unas victorias previas en las Elecciones Europeas (1994) y Municipales-Auton�micas (1995); aunque no logra mayor�a absoluta (en realidad, los resultados fueron similares a los de 1993, pero se invirtieron). Por los mismos motivos, tambi�n tuvo que pactar con los nacionalistas (aunque en esta ocasi�n hay una mayor coincidencia de ideolog�a centro-derecha).
? En el 2000 consigue el PP de nuevo la victoria, pero ahora ya con mayor�a absoluta: lo que le evita pactar con los regionalistas.
4.- LA CONSTRUCCI�N DEL ESTADO AUTON�MICO
Al llegar el PSOE al poder, quedaban pendientes de aprobaci�n los Estatutos Auton�micos de Baleares, Castilla-Le�n, Extremadura y Madrid; que ser�an finalmente promulgados en febrero de 1983. Restaba entonces, para cerrar el mapa auton�mico, los estatutos correspondientes a las ciudades de Ceuta y Melilla.
La construcci�n del denominado Estado de las Autonom�as se ha realizado sobre la base de transferencias de servicios, personal y presupuesto desde la administraci�n central a las comunidades. Las denominadas comunidades hist�ricas (Galicia, Euskadi y Catalu�a), m�s Andaluc�a, obtuvieron con mayor rapidez las transferencias b�sicas fijadas en sus respectivos estatutos; lo que les permiti� desarrollar sus propios modelos de servicios, como educaci�n o sanidad: aunque de modo asim�trico, pues no todas ellas disfrutan de las mismas transferencias. Los antiguos Gobiernos Civiles dieron paso a las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, en cuyos organigramas se han adscrito los servicios perif�ricos de la Administraci�n Central no transferidos.
Entre las acciones m�s controvertidas figura la pol�tica de normalizaci�n ling��stica, que supone primar las lenguas propias de las comunidades a trav�s de los medios de comunicaci�n, la educaci�n y los incentivos a funcionarios y empresas.
La debilidad del gobierno socialista oblig� a aceptar en su �ltima legislatura (1993-1996) demandas de nuevas transferencias a las comunidades gobernadas por partidos nacionalistas, que inclu�an la cesi�n del 15 % del IRPF como medio de financiaci�n adicional de sus presupuestos. Lo que fue incrementado hasta el 30 % por el PP en el per�odo 1996-2000?
Las tensiones nacionalistas se han ido incrementando desde 1998, y las demandas a favor de un Estado Federal comenzaron a ser defendidas incluso por sectores socialistas en 1999.
En 1998, en la declaraci�n de Estella/Lizarra, todos los partidos nacionalistas vascos, junto a IU, acordaron dialogar sin l�mites con ETA y exig�an el acercamiento de presos etarras al Pa�s Vasco. Anteriormente, ETA hab�a declarado una tregua despu�s de una campa�a de amedrantamiento y asesinatos de concejales del PP.
Electoralmente, en 1998 los nacionalistas vascos repitieron mayor�a, el PP subi� en esca�os, hasta convertirse en la segunda fuerza. Los nacionalistas unidos a EH, acordaron una concurrencia en las listas a las municipales a la par que se alejaban de las posturas de condena de asesinatos y la lucha por la paz.
En Catalu�a se produjo una escalada del partido de Jordi Pujol (cosoberan�a, tratamiento para Catalu�a de Estado, relectura de la Constituci�n y Estatuto de Autonom�a, modificaci�n del modelo de financiaci�n. estas peticiones fueron despu�s defendidas por los socialistas catalanes.
En Galicia el Bloque Nacionalista Galego se convirti�, tras las elecciones de 1997, en la segunda fuerza electoral, mientras el PP repet�a la mayor�a absoluta en el Parlamento gallego... Es el BNG el que l�der las peticiones de autodeterminaci�n frente al PP de Manuel Fraga, quien en apenas 8 a�os, se ha convertido en un defensor de las ideas auton�micas, hasta el punto de primar el gallego sobre el castellano.
5.- EL TERRORISMO
En los a�os ochenta, adem�s de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), cuyas acciones terroristas se desarrollaron en todo el territorio nacional, el Exercito Guerrilleiro do Povo Galego Ceibe, en Galicia, Terra LLiure, en Catalu�a, y Euskadi ta Askatasuna (ETA: Euskadi y Libertad), en el Pa�s Vasco, conceb�an la lucha armada como complemento de la acci�n pol�tica, en la creencia que las acciones violentas pod�an obligar al Estado a negociar sus respectivas independencias.
La acci�n policial y pol�tica conjunta, logr� desarticular a los grupos de Galicia y Catalu�a, mientras que los GRAPO lo fueron policialmente, dado que este grupo y su brazo pol�tico, el Partido Comunista Reconstituido (PCEr) se negaron a negociar su disoluci�n.
El PSOE lleg� al poder con la esperanza de que ETA militar siguiera los pasos de la ETA pol�tica que hab�a renunciado a la violencia, pero los atentados continuaron.
Por esta raz�n se combinaron la acci�n pol�tica y la policial. Por ejemplo las buenas relaciones con es Estado franc�s ayudaron a la desarticulaci�n de numerosos comandos y a su persecuci�n en el santuario franc�s.
La eficacia de los CFSE (Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado), se basaron en la mejor formaci�n de especialistas, dotaciones y aunque no se impidieron los atentados con coches bomba o el tiro en la nuca, pero en acciones cada vez m�s desesperadas de los terroristas. Para lograr la paz se constituyeron dos mesas, primero la de Ajuria Enea y otra en la capital de Espa�a que el Pacto de Estella desbarat�.
En la lucha antiterrorista se intercala el episodio de los GAL, seg�n la sentencia de la Audiencia Nacional, estuvieron organizados por el Ministerio del Interior y constituidos por mercenarios y Fuerzas de Seguridad. Sus atentados se dirigieron a destacados miembros aberzales y a exiliados vascos.
6.- LA INTEGRACION EN EUROPA
La incorporaci�n a Europa fue el eje del proyecto pol�tico del PSOE cuando lleg� al gobierno. Dos eran los elementos de dicha incorporaci�n: la Comunidad Econ�mica Europea (CEE) y la Organizaci�n del tratado del Atl�ntico Norte (OTAN).
Para la primera, los escollos fundamentales estaban en la agricultura y la pesca francesas, a pesar del acceso del socialista F. Mitterand a la presidencia gala, y la financiaci�n de las reformas estructurales y de ampliaci�n, que deber�an recaer, b�sicamente, sobre la Rep�blica Federal Alemana. Con el fin de salvar el segundo de ellos, Felipe Gonz�lez efectu� una visita a BONN, donde logr� la aportaci�n alemana a cambio de una modificaci�n de la actitud espa�ola ante la OTAN y otros temas colaterales. Un mes m�s tarde, el canciller Hermut Kohl acced�a a la reforma presupuestaria comunitaria, pero s�lo si se produc�a la ampliaci�n.
El tratado de adhesi�n fue firmado en Madrid el 12 de junio de 1985 y entr� en vigor el 1 de enero de 1986., pero su integraci�n plena se retrasar�a hasta diez a�os, tras un largo y complejo periodo transitorio de liberalizaciones mutuas y con terceros, con los que Espa�a se adaptaba, al mismo tiempo, a las condiciones del acervo comunitario.
Espa�a ostent� la presidencia sacando partido a sus relaciones internacionales, aumentando su influencia y logrando el crecimiento de los Fondos Estructurales y la segunda presidencia despej� el camino hacia la moneda �nica.
Espa�a se incorpor� a la OTAN el 1 de Enero de 1986 y el 12 del mismo a�o convoc� un refer�ndum sobre su permanencia o no en la Alianza ganado por los partidarios de su integraci�n con un margen de 13 puntos.
miércoles, 30 de noviembre de 2005
Tema 12 H� Bachillerato
LA TRANSICI�N
1.- LA INSTAURACI�N MON�RQUICA
Franco muere el 20 de Noviembre de 1975. Se activa la ?Operaci�n Lucero? (para impedir la alteraci�n del orden p�blico) y, dos d�as despu�s, el pr�ncipe Juan Carlos es coronado Rey de Espa�a. La esperanza democr�tica se generaliza en el pa�s.
En ese mismo acto, el Rey desvela algunas de las inc�gnitas de lo que ser�a el futuro gobierno, ofreciendo una monarqu�a integradora de todos los espa�oles, apoyando una salida democr�tica (sorprendiendo a muchos?, realizando el proyecto de su padre). Y ser�a apoyado por la Iglesia, sobre todo por su presidente (Vicente Enrique Taranc�n).
Arias Navarro segu�a representando al b�nker y, como tal, siempre trat� de oponerse a cualquier tentativa democr�tica. Sin embargo, el Rey le mantuvo al frente del gobierno; mientras en las Cortes nombraba a una persona de su confianza, T. Fern�ndez Miranda, desde donde podr�a preparar mejor el cambio. Ambig�edad presente en el primer gobierno de la monarqu�a, pues inclu�a a continuistas, aperturistas y reformistas democristianos.
El principal problema de esta etapa eran las confusas declaraciones de Arias, pues tan pronto hablaba de un proceso constituyente como dec�a lo contrario. Esta decepci�n moviliz� a las fuerzas democr�ticas, que exig�an la amnist�a y la eliminaci�n de las restricciones a las libertades p�blicas. Mientras se endureci� la represi�n debido a varios conflictos y al endurecimiento de las acciones etarras. A la vez que el pa�s se sum�a en una crisis energ�tica, inflacionista, con altas tasas de paro y ca�da del PIB y Balanza Comercial.
1.2.- Fin de Arias Navarro y primer gobierno de Su�rez
Mientras la Platajunta pugnaba por conseguir la democracia, casi todos coincid�an en que Arias no pod�a ignorar la realidad social del pa�s.
En 1976, las Cortes inician el debate sobre la futura Ley de Asociaciones, proyecto defendido por Adolfo Su�rez, cuya intervenci�n result� un magn�fico alegato en defensa de las libertades pol�ticas. La ley fue aprobada por mayor�a, aunque hab�a que cambiar el C�digo Penal, que a�n consideraba ilegales a los partidos...
Espa�a descubri� entonces a un joven pol�tico, Su�rez, que pod�a dar un giro a esa situaci�n incierta: con un Gobierno desunido y una oposici�n expectante. S�lo hac�a falta promover un cambio desde arriba: y eso ocurri� en ese mismo de junio de 1976, en el viaje de los reyes a EEUU, cuando Juan Carlos anunci� ante el Congreso de los EEUU que estimular�a las libertades y la democracia. As� pues, hab�a coincidencia entre el Rey y Su�rez, por lo que Arias decide presentar su dimisi�n (era continuista?), que es aceptada por Juan Carlos, quien elige a Su�rez el 3 de julio como nuevo presidente de Gobierno: lo que a muchos sorprendi�, otros consideraron un error (tanto de la izquierda como de la derecha) y algunos aprobaron (incluyendo a los inmovilistas, que no desconfiaban de �l por proceder del Movimiento?). El papel desempe�ado por Fern�ndez Miranda fue clave.
Sin embargo, pocos d�as despu�s daba a conocer su nuevo gabinete, integrado en su mayor�a por personalidades de ideolog�a democristiana y centrista (Marcelino Oreja, Abril Martorell, Leopoldo Calvo Sotelo, Landelino Lavilla, Alfonso Osorio, etc.); si exceptuamos a los militares en la vicepresidencia y en las carteras del Ej�rcito y Marina, o a R. Mart�n Villa, ligado al gobierno anterior.
Los objetivos de este gobierno fueron claros:
? Promover la reforma democr�tica, para lo que deb�a contar con todas las fuerzas pol�ticas y realizar cambios legislativos.
? Posibilitar la participaci�n pol�tica, legalizando los partidos los partidos y amnistiando a los presos pol�ticos (excepto los condenados por delitos de sangre).
? Someter a refer�ndum la reforma pol�tica, en base a la soberan�a nacional.
? Garantizar el ejercicio de la libertad de expresi�n.
? Reconocer los particularismos regionalistas y hacer posible sus deseos auton�micos (pero dentro de la unidad de Espa�a).
Propuestas que fueron acogidas con confianza por la mayor�a (exceptuando a los ultras?), sobre todo cuando poco despu�s (agosto) se puso en pr�ctica la mencionada amnist�a general.
Su�rez se puso en contacto con los dirigentes de partidos a�n no legalizados (Tierno Galv�n y Ra�l Morodo del PSP, Ruiz Gim�nez de Izquierda Democr�tica y Felipe Gonz�lez del PSOE), con miembros de los sindicatos (UGT y USO) y altos mandos militares (nerviosos muchos de ellos por esas legitimaciones, especialmente porque pronto ser�a legalizado el PCE, algo que no agradaba a una oficialidad fiel a los prejuicios del r�gimen anterior).
2.- LA REFORMA POL�TICA
Las fuerzas pol�ticas espa�olas planteaban diferentes posibilidades para programar el cambio pol�tico:
? Rechazo al cambio, por parte de sectores inmovilistas, que deseaban la continuidad del anterior sistema franquista (sin Franco?).
? Continuidad, pero con t�midas reformas. Planteo defendido por el sector aperturista del franquismo (incluyendo a Arias Navarro y Fraga).
? Reformismo: posibilidad planteada por un sector conservador de la oposici�n, que pactar�a con los sectores aperturistas del franquismo. Este proceso deber�a contar con un respaldo jur�dico, para lo cual se elabor� una Ley de Reforma Pol�tica, y tambi�n habr�a de ser apoyado por el pleno delas Cortes elegidas democr�ticamente. Aqu� se incluye a Su�rez.
? Ruptura total con el franquismo. Defendida por casi toda la oposici�n democr�tica del interior y del exilio (desde la Democracia Cristiana hasta la izquierda m�s radical, pasando por el PSOE y PCE).
En los meses que siguen a la muerte del dictador, surgi� la controversia sobre cual de las formular ser�a viable, entre las que se imponen las dos �ltimas. Al final, se llev� a cabo una reforma que vino impuesta desde arriba por los reformistas (con el Rey, Torcuato Fern�ndez Miranda y Su�rez al frente), que buscaron el consenso de las restantes fuerzas democr�ticas.
Pero esa Reforma hab�a que hacerse dentro de la legalidad vigente, por lo que se elabora la Ley para la Reforma Pol�tica, donde se reflejaba la sustituci�n del sistema dictatorial por el democr�tico, cuyo contenido puede resumirse en tres partes:
a. Fundamentos pol�ticos: donde se recoge la afirmaci�n de la democracia, de la soberan�a popular (mediante sufragio universal directo y secreto), la supremac�a de la ley y la inviolabilidad de los derechos humanos (por encima de cualquier instituci�n).
b. Fundamentos institucionales: que establecen la funci�n del Rey y del Gobierno, y la composici�n de las Cortes (bicamerales y aut�nomas, elegidas por sufragio universal).
c. Proceso de la propia reforma pol�tica: establec�a la elaboraci�n de un texto constitucional por el Gobierno y por las Cortes, debatido y aprobado en ambas C�maras, y sometido despu�s a refer�ndum popular.
Adolfo Su�rez present� su proyecto de reforma pol�tica a primeros de septiembre de 1976, en un clima de crispaci�n pol�tica (con numerosos atentados ultras y etarras). Y ten�an que dar su aprobaci�n tanto las Cortes (con muchos representantes a�n inmovilistas, que se opon�an), como el Consejo General del Movimiento (que desaparecer� con la reforma) y el ej�rcito (donde hab�a todav�a una oposici�n a las citadas legalizaciones, lo que motiva la dimisi�n del vicepresidente del gobierno, el general De Santiago; sustituido por Guti�rrez Mellado, que llevar�a a cabo la democratizaci�n del ej�rcito).
Por fin, el 18-XI-1976, las Cortes aprueban el proyecto por mayor�a (con la oposici�n del procurador ultraderechista Blas Pi�ar, cuyos argumentos no surtieron efecto). S�lo faltaba el mencionado refer�ndum (al que se opon�a la derecha; y con la petici�n de abstenci�n a cargo de la izquierda, porque a�n no hab�an sido legalizados). Refer�ndum que se celebr� el 15 de diciembre, con una participaci�n del 77 %, triunfando los partidarios de la reforma: el 94,2 % vot� que s�.
Tan s�lo quedaba legalizar a los partidos y convocar elecciones. A partir de ese momento las Cortes llevar�an a cabo los cambios legislativos necesarios para establecer una democracia real, respaldada por una Constituci�n escrita elaborada mediante consenso. Pero los extremistas de ambos bandos pretenden que una hubiese transici�n democr�tica. Y as�, en los primeros meses de 1977 secuestran (los GRAPOS) y asesinan (los ultras, a cinco abogados laboralistas vinculados a CCOO y al PCE) con el fin de provocar al ej�rcito, para que diesen un golpe de estado y acabaran las reformas. Sin embargo, la respuesta castrense y de los comunista fue de serenidad, y el secuestro se resolvi� por v�a policial.
En febrero se legalizaron los partidos pol�ticos (8-2-1977); salvo el PCE, que ser�a autorizado en Semana Santa (con gran malestar del ej�rcito, donde se produjeron dimisiones). Y, una vez que �stos (en la primera reuni�n del PCE) aceptan la bandera y la monarqu�a, se tranquilizan los militares y el Gobierno. En marzo se legitimaron los sindicatos.
3.- LAS ELECCIONES DE 1977 Y EL PROCESO CONSTITUYENTE
El 15-VI-1977 se celebraron los primeros comicios democr�ticos desde la Segunda Rep�blica, con la participaci�n de m�s de un centenar de partidos de todas las ideolog�as. Veamos el proceso:
3.1.- Las Partidos
- UCD (Uni�n de Centro Democr�tico): coalici�n de elementos democristianos, liberales y socialdem�cratas; surgida a partir de varios grupos pol�ticos y algunas asociaciones regionalistas (AREX: Acci�n Regionalista Extreme�a). A esta compleja coalici�n se unieron Adolfo Su�rez y otros pol�ticos de la etapa final del franquismo.
Adolfo Su�rez infundi� a la coalici�n un car�cter centrista (aunque toma elementos de izquierda, en realidad era un partido de derechas y democristiano), creado desde el poder para que su m�ximo l�der, Adolfo Su�rez, se pudiera mantener (a la larga, ese fue el error?).
Defend�a la democracia, la econom�a de mercado, la propiedad privada, la familia,?, y un modelo de sociedad capitalista, liberal y democr�tica.
- PSOE (Partido Socialista Obrero Espa�ol): era el partido de mayor solera de Espa�a cuando fue legalizado en 1976 (casi un siglo). Renovado y dirigido por Felipe Gonz�lez desde el Congreso de Suresnes (1974), con Alfonso Guerra, Enrique M�jica, Javier Solana y otros en la ejecutiva (la mayor�a contaba con menos de 40 a�os de edad).
Se defin�a como antifranquista, partido de clase, democr�tico y marxista (aunque Felipe y otros reconoc�an su car�cter socialdem�crata, similar al de otros partidos socialistas europeos).
- PSP (Partido Socialista Popular): fundado y dirigido por Tierno Galv�n, que no difer�a del PSOE (represent� al socialismo dentro de Espa�a durante le franquismo). Prefer�a consolidar el marxismo sobre las bases ideol�gicas tradicionales, lo que provoc� algunas desavenencias con el PSOE, finalmente resueltas con la refundici�n de los dos en 1977.
- AP (Alianza Popular): surgi� de una coalici�n electoral de fuerzas lideradas por antiguos cargos del franquismo (Arias Navarro, Fraga Iribarne, L�pez Rod�, etc.), por cuyo motivo fue tachado de franquista; si bien, la mayor�a estaba en disposici�n de aceptar el nuevo sistema.
Su ideolog�a resum�a los valores que hab�a defendido el r�gimen anterior: autoritarismo, orden y el anticomunismo; cat�lico y defensor de la econom�a de mercado; conservador, pero que aceptaba el juego democr�tico para asegurar su propia supervivencia.
- PCE (Partido Comunista de Espa�a): su l�der natural era Santiago Carrillo, de ideolog�a eurocomunista (entre el socialismo democr�tico y el comunismo autoritario). Defend�a el control estatal de la econom�a, en la l�nea socialista (por lo que fue criticado por el PSOE, ya que se inmiscu�a en su l�nea de programa). Fue el partido que m�s cost� legalizar.
3.2.- Las Elecciones del 15-J
La Ley Electoral del 18 de Marzo fue el resultado del consenso entre partidos y el Gobierno. Seg�n la normativa, todos tendr�an derecho a publicidad gratuita y cada uno recibir�a fondos en funci�n de los votos y esca�os obtenidos.
Habr�a un sistema proporcional corregido (que garantizaba la representaci�n de las provincias menos pobladas), y se exig�a un m�nimo del 3 % de los votos emitidos para conseguir un esca�o. El n�mero de senadores era fijo: cuatro por provincia. El sistema de listas fue cerrado: lo que permit�a el poder de los partidos sobre sus militantes, ya que s�lo saldr�an elegidos los candidatos situados en los primeros lugares (y el orden de las listas era impuesto por el partido).
Despu�s de una intensa campa�a de m�tines y pegadas de carteles, vot� casi el 80 % del electorado (algo m�s que en el refer�ndum).
Los resultados mostraron una concentraci�n de votos en los principales partidos que presentaban la opci�n moderada de centro (UCD) y de izquierda (PSOE). Los nacionalistas alcanzaron unos resultados modestos.
En la pr�ctica, era una retorno al t�pico bipartidismo espa�ol. Y as�, la UCD (centro-derecha) consigue el 34 % de los votos, mientras que el PSOE (centro-izquierda) alcanza el 28,5 %. Los radicales de izquierda y derecha apenas obtienen representaci�n, mientras el PCE y AP s�lo obtienen unos modestos resultados (9 % y 8 % de los votos, respectivamente).
Espa�a recuperaba la libertad y la democracia, pero restaba la dura tarea de consolidar las estructuras en todos los planos a partir de una Constituci�n, atendiendo adem�s las exigencias autonomistas (que inician su reconocimiento, caso de la Generalitat de Catalu�a) y a la grave crisis econ�mica (�sta se intenta resolver mediante un acuerdo entre los partidos pol�ticos -excepto AP- en el famoso Pacto de la Moncloa -octubre de 1977-).
El 13 de julio de 1977 se inauguran las nuevas Cortes democr�ticas, cuyo primer objetivo fue el de elaborar la deseada Constituci�n. Con ese fin, a finales de julio qued� constituida una Comisi�n de Asuntos Constitucionales, integrada por 36 parlamentarios (en n�mero proporcional a los esca�os obtenidos en el Parlamento); que encarg� la elaboraci�n de un anteproyecto a un grupo (siete) de diputados expertos, con preparaci�n jur�dica suficiente (3 de UCD, y uno de cada una de las dem�s fuerzas importantes: PSOE, PCE, AP y minor�as nacionalistas).
LA DEMOCRACIA
1.- EL PACTO DE LA MONCLOA
Seg�n dec�amos, se firm� para resolver la grave crisis econ�mica existente. Y sus principios b�sicos se basaban en la contenci�n de la inflaci�n mediante la moderaci�n salarial y la limitaci�n del cr�dito, frenar el paro con la promoci�n de obras p�blicas, extender el seguro de desempleo a todos los parados, control de los precios y otras medidas sociales.
Sin embargo, aunque lo primero se consigui� (la inflaci�n, mejora de la Balanza de Pagos, incremento de divisas y reforzamiento de la peseta), otros aspectos no: como el paro, que subi�.
Urg�a una reforma fiscal justa, por lo que se presenta la Ley de Medidas Urgentes y un Plan para el Saneamiento y la Reforma Econ�mica, aprob�ndose los dos primeros proyectos: el Impuesto sobre la Renta de las Personas F�sicas (con el fin de que pagara m�s quien m�s tuviera) y el Impuesto de Sociedades. Otros proyectos se paralizan, ante la grave crisis industrial derivada de la Crisis del Petr�leo (iniciada en 1973, pero que perduraba).
2.- REDACCI�N DE LA CONSTITUCI�N
La constituci�n aprobada en diciembre de 1978, fue el resultado de un acuerdo y del consenso de la mayor�a de las fuerzas pol�ticas con representaci�n parlamentaria.
Las Cortes elegidas en 1977 contaron con la presidencia del extreme�o A. Hern�ndez Gil, que desempe�o su cargo con imparcialidad. La presidencia del Congreso la ostent� Fernando �lvarez de Miranda, y la del senado Antonio Font�n.
La redacci�n fue complicada, en medio de problemas regionales, econ�micos y terroristas. UCD pretend�a que fuera un texto corto, que defendiese la monarqu�a y remitiese a leyes org�nicas el desarrollo constitucional; mientras el PSOE se manifestaba republicano, y exigi� una extensa enumeraci�n de derechos e intenciones. En tanto que AP se manifestaba favor de una reforma de las leyes franquistas, el PCE insist�a en los contenidos sociales y en las libertades pol�ticas, y los catalanes actuaron de moderadores e insist�an en la singularidad de Catalu�a.
? Las premisas b�sicas de las que se partieron fueron:
- Moderaci�n en los planteamientos, para no asustar a los inmovilistas.
- Aceptaci�n de la monarqu�a parlamentaria, renunciando los partidos de izquierda a sus demandas republicanas.
- Lealtad al proceso constituyente, entendida como aceptaci�n del marco democr�tico y olvido del pasado franquista.
- El consenso, con concesiones mutuas entre los partidos para redactar una Constituci�n en la que cupieran todos los planteamientos democr�ticos. Por eso es un texto largo y ambiguo en algunos art�culos, lo que permite la alternancia pol�tica sin variarlos.
? Los temas m�s conflictivos fueron:
1. La articulaci�n territorial: con autogobierno auton�mico y restablecimiento de los estatutos aprobados con la 2� Rep�blica de Catalu�a, Euskadi y Galicia, y su desarrollo posterior. El t�rmino nacionalidad s�lo fue rechazado por AP.
2. El sistema electoral: UCD y AP apoyaban el modelo brit�nico (mayoritario), pero el consenso estableci� una representaci�n proporcional, parcialmente corregida por la ley D�Hont.
3. La forma del Estado: se acept� la f�rmula planteada por los nacionalistas catalanes en lo relativo a la forma pol�tica del Estado como monarqu�a parlamentaria.
4. El papel de la Iglesia: el sector democristiano logr� plasmar en la Constituci�n los deseos de la Conferencia Episcopal: Estado aconfesional, pero no laico, con menci�n expresa a la Iglesia cat�lica. La actitud de la iglesia fue muy diferente a la del proceso de 1931, entre otras cosas porque la sociedad y sus sistemas de valores tambi�n hab�a cambiado.
5. El divorcio y el aborto eran temas delicados para la Iglesia. El primero qued� emplazado a lo que dispusieran leyes posteriores; mientras el segundo se resolvi� con un texto abierto, que proclamaba el derecho a la vida, pero que permit�a la posterior despenalizaci�n del aborto en tres supuestos.
6. La ense�anza privada fue objeto de controversias entre los partidarios de la ense�anza p�blica (PSOE) y los de mantener unas subvenciones a los centros privados (UCD), que al final quedaron garantizadas.
7. Propiedad privada e intervenci�n p�blica. Se reconoci� el derecho a la propiedad privada y a la herencia, pero matizada por su funci�n social; lo que fue objeto de protestas por los empresarios, pues seg�n ellos se permit�a la posibilidad de socializar la propiedad.
8. El asunto vasco. Se intent� el consenso con el PNV, que insist�a en que se reconocieran los derechos forales. Pero no fue posible, provocando la oposici�n vasca, que pidi� la abstenci�n en el refer�ndum constitucional.
El 31 de octubre de 1978 las Cortes aprobaron definitivamente la Constituci�n. Sometida a refer�ndum el 6-XII-1978, fue apoyada por el 87?8 % de los votos emitidos (67?1 % del Censo).
3.- CONTENIDO DE LA CONSTITUCI�N
Consta de 11 t�tulos y 109 art�culos, a los que hay que a�adir las disposiciones adicionales, transitorias y derogativas. Contiene:
- Una parte dogm�tica: declaraci�n o derechos fundamentales.
- Una parte org�nica: reglas sobre las formas y el funcionamiento de las instituciones y de los �rganos del Estado.
? Declaraci�n de Derechos
- El art�culo 1� declara que Espa�a se constituye en un ?Estado social y democr�tico de Derecho, que propugna valores como la justicia, la igualdad, la libertad y el pluralismo pol�tico?.
- Defensa de la libertad: de expresi�n, de ense�anza, de residencia, la presunci�n de inocencia, religiosa, etc.
- La igualdad ante la Ley, sin ninguna raz�n para la discriminaci�n. La igualdad alude al acceso a las funciones y cargos p�blicos, a la igualdad de c�nyuges, de los hijos ante la filiaci�n. Se garantiza asimismo el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar, a la propia imagen; y se reconoce la inviolabilidad de domicilio y el secreto de las comunicaciones.
- Reconoce el derecho a la propiedad y a la herencia, pero delimitando su funci�n social.
- Y los derechos colectivos: los de sindicaci�n, reuni�n y asociaci�n. As� como los de disfrute com�n, es decir, los referidos al medio ambiente y al patrimonio hist�rico, cultural y art�stico de los pueblos de Espa�a.
? Instituciones del Estado
Las principales instituciones son:
a) La Corona. El Rey es el Jefe del Estado y la Corona de Espa�a corresponde a sus sucesores. El heredero recibe el t�tulo de Pr�ncipe de Asturias. Sus funciones son: garantizar el funcionamiento regular de las instituciones y servir de �rbitro de la vida pol�tica.
b) Las Cortes Generales: son la representaci�n del pueblo espa�ol, tiene el poder legislativo y la capacidad para crear y aprobar leyes. Se establece un sistema bicameral: el Congreso, con un n�mero de parlamentarios que puede oscilar entre 300 y 400; y un Senado, con cuatro senadores por provincia, m�s los representantes elegidos por las asambleas auton�micas.
Las C�maras se re�nen en dos per�odos ordinarios de sesiones al a�o, y pueden funcionar en pleno y en comisiones (que pueden ser permanentes o extraordinarias, o de investigaci�n). Les corresponde aprobar los proyectos de ley que salen del Consejo de Ministros, despu�s se ratifican o no en el Senado (incluso se introducen modificaciones). Si no hay acuerdo entre las C�maras, una comisi�n mixta decide y, tras su aprobaci�n, se convierte en ley.
c) Gobierno y Administraci�n. El gobierno dirige la pol�tica interior y exterior, as� como la Administraci�n civil y militar, y ejerce la funci�n ejecutiva y la potestad reglamentaria. El Presidente dirige la acci�n del Gobierno y coordina las funciones de los ministros, elabora el programa pol�tico, lo expone al Congreso, lo impone a sus ministros y dirige su gesti�n.
El Gobierno responde solidariamente de su gesti�n y ha de presentar su dimisi�n al Rey si el Congreso aprueba una moci�n de censura a su gesti�n o le niega su confianza. Los ministros son responsables de su departamento y el Presidente de la pol�tica global.
Las relaciones del Gobierno y las C�maras se basan en el principio de colaboraci�n, y �stas pueden recabar informaci�n del Gobierno cuando lo precisen. La moci�n se puede plantear con el respaldo de una d�cima parte de los diputados, y siempre que se disponga de una candidatura alternativa. Para su aprobaci�n se requiere mayor�a absoluta de la c�mara. Si �sta prospera, el Gobierno debe presentar su dimisi�n.
d) La Justicia. El poder judicial recae en manos de los jueces y magistrados, que son independientes y sometidos s�lo al imperio de la Ley. La Ley Org�nica del Poder Judicial estructura el Consejo General del Poder Judicial. Destacan dos grandes �rganos: el Tribunal Supremo, como �rgano supremo de justicia; y el Tribunal Constitucional, cuya funci�n es establecer si las leyes y otros actos se ajustan a la norma constitucional.
? Estado de las Autonom�as
1. Se configura un Estado descentralizado, pero sin alcanzar la legalidad de un estado federal (aunque muchas autonom�as poseen m�s atribuciones que muchos estados federales).
2. Los estatutos de autonom�a se han generalizado para todas las nacionalidades y regiones espa�olas, a pesar de que la derecha era partidaria de mancomunidades por provincias o que los nacionalistas hist�ricos pretend�an que s�lo deber�an poseerlos ellos.
3. A pesar de la generalizaci�n auton�mica, se mantiene cierta centralizaci�n.
El establecimiento de las autonom�as hist�ricas y la creaci�n de los entes-preauton�micos fue el fruto de una sensibilizaci�n y de un deseo de ruptura clara con el r�gimen anterior, muy centralista. Esos entes correspond�an a nacionalidades hist�ricas de reinos medievales (Arag�n, Valencia, Castilla), a las regiones insulares o de personalidad acusada (Andaluc�a, Extremadura). No se ten�a en cuenta inicialmente a provincias como Logro�o o Cantabria, que finalmente accedieron al autogobierno; u otros como Le�n, partidarios de la diferenciaci�n con Castilla.
La Ley para la Armonizaci�n del Proceso Auton�mico fue obra de Mart�n Villa. La Constituci�n estableci� dos v�as para acceder a ella:
- Una r�pida para las autonom�as hist�ricas y aqu�llas que, como Andaluc�a, a trav�s de un refer�ndum quisieran equiparse a las anteriores (art. 151).
- Una v�a general, (art. 143) llamada v�a lenta, a la que se acogi� el resto. Supone techos de competencias m�s bajos y mayor tiempo para acceder a cotas de gobierno superiores. Algunas, como Canarias y Valencia, se equipararon a trav�s de sus respectivos estatutos a las hist�ricas.
En octubre de 1979 se aprobaron los Estatutos vasco y catal�n. Pero despu�s se ralentiz� el proceso por causas econ�micas y pol�ticas, hasta que culmina en febrero de 1983.
4.- EVOLUCI�N POL�TICA (1979-1982)
? Tras la aprobaci�n de la Constituci�n, Adolfo Su�rez disolvi� las Cortes y convoc� nuevas Elecciones Generales. Pas� la Transici�n y comenzaba la Etapa Democr�tica.
- En esas Elecciones, celebradas el 1-III-1979, UCD fue el partido ganador, pero perdiendo algo menos de un 1 % de su voto respecto a las anteriores. Mantuvo su implantaci�n urbana.
- El PSOE gan� tres diputados, pero considerando que ya se hab�a unido al PSP, sus resultados supon�an una disminuci�n. Paradojicamente, su voto creci� en todas las autonom�as menos en el Pa�s Vasco y en Andaluc�a.
- El PCE qued� casi igual y apenas creci� un 1%, revelando que carec�a de una implantaci�n nacional, pues la mayor parte de sus esca�os proced�an de Andaluc�a y Catalu�a.
- La Coalici�n Democr�tica, nombre con el que se present� la derecha espa�ola, sufri� una p�rdida del 2% de sus votos y s�lo en Galicia obtuvo buenos resultados.
- Aument� el voto regionalista en Andaluc�a y Pa�s Vasco, pero qued� similar en Catalu�a.
? Sin embargo, en las Elecciones Municipales efectuadas al mes siguiente (3-IV-1979), los resultados deben comentarse: aunque a nivel general (n�mero de concejales) tambi�n gan� UCD (con m�s del doble que el PSOE), en muchas de las ciudades triunf� la izquierda (gracias al pacto PSOE-PCE), caso de Madrid (gestionada por Tierno Galv�n) y Barcelona (con Narc�s Serra).
Cambiando de tema, el terrorismo continu� con su ola de secuestros, muertes y heridos. A pesar de ello, los espa�oles de entonces se mostraban esperanzados ante el futuro.
4.1.- La ca�da de Su�rez
El declive de Su�rez coincide con el ascenso de Felipe Gonz�lez, l�der del PSOE, que en el a�o 1979 celebraba su XXVIII Congreso para dilucidar si el marxismo deb�a de ser una de las directrices presentes en su base ideol�gica. Finalmente se retir� el t�rmino y sale elegido como l�der Felipe Gonz�lez.
Las debilidades de UCD se basaban en la abundancia de l�deres y en la escasez de ideas, lo que imped�a solucionar compromisos como la ense�anza, el divorcio o el empleo. Adem�s, la administraci�n, la polic�a y los medios de comunicaci�n p�blicos respiraban a�n aires poco democr�ticos. En 1980 Su�rez tuvo que cambiar de gobierno tres veces, y en mayo soport� una moci�n de censura: tras el debate, algunos parlamentarios abandonaron la UCD.
A causa de la aprobaci�n de la Ley del Divorcio, defendida por Fern�ndez Ord��ez, la crisis de UCD se hizo m�s fuerte; y las presiones militares fueron m�s insistentes ante los golpes del terrorismo. En enero de 1981, Su�rez no aguant� la presi�n y dimiti�; y, para evitar el vac�o de poder, nombr� a Leopoldo Calvo Sotelo como sustituto en la Presidencia del Gobierno.
4.2- El golpe de Estado del 23-F
Tras la dimisi�n de Su�rez, el Rey visit� el Pa�s Vasco donde se produjeron disturbios por parte de diputados extremistas. D�as despu�s apareci� asesinato un ingeniero, al que sigui� el de un etarra. Mientras, los militares y la derecha anunciaban que la patria estaba en peligro, que s�lo se pod�a conjurar mediante un golpe militar.
Fracasa la ?Operaci�n Galaxia?, siendo detenidos Tejero e Ynestrillas. Pero el primero lo intenta de nuevo el 23 de Febrero de 1981, al frente de 200 guardias civiles, secuestrando el Congreso de los Diputados cuando se produc�a la investidura del presidente Calvo Sotelo.
Tambi�n intervienen otros militares, como el capit�n general Milans del Bosch (en Valencia), el general Armada (al que muchos consideraban como la m�xima autoridad militar?), etc. Pero la crisis termina con la presencia del Rey en TVE, vestido de uniforme militar, en defensa de la democracia e instando al ej�rcito a retirarse a los cuarteles. As� salv� la situaci�n.
Tras el fracaso no se exigieron responsabilidades a los militares que no eran oficiales, pero a los dem�s se les conden� a penas de reclusi�n.
4.3.- El gobierno de Calvo Sotelo
Fue el �ltimo gobierno de UCD. Las Cortes aprobaron la Ley del Divorcio, mientras el partido se desintegraba en facciones m�s peque�as: CDS (nuevo partido de Su�rez) y otros.
En octubre de este a�o 1981 las Cortes aprueban (con el voto en contra del PSOE y PCE) la entrada de Espa�a en la OTAN. Y avanzaron las negociaciones para entrar en la CEE.
En el aspecto social, la necesidad de agua por la sequ�a se convirti� en un grave problema. Tambi�n se produjo la intoxicaci�n masiva por aceite de colza, que provoc� m�s de 500 muertos y m�s de 25.000 afectados.
Con su partido inmerso en una grave crisis, Calvo Sotelo no tuvo m�s remedio que convocar elecciones para el 28 de octubre de 1982, las cuales fueron ganadas por el PSOE.
1.- LA INSTAURACI�N MON�RQUICA
Franco muere el 20 de Noviembre de 1975. Se activa la ?Operaci�n Lucero? (para impedir la alteraci�n del orden p�blico) y, dos d�as despu�s, el pr�ncipe Juan Carlos es coronado Rey de Espa�a. La esperanza democr�tica se generaliza en el pa�s.
En ese mismo acto, el Rey desvela algunas de las inc�gnitas de lo que ser�a el futuro gobierno, ofreciendo una monarqu�a integradora de todos los espa�oles, apoyando una salida democr�tica (sorprendiendo a muchos?, realizando el proyecto de su padre). Y ser�a apoyado por la Iglesia, sobre todo por su presidente (Vicente Enrique Taranc�n).
Arias Navarro segu�a representando al b�nker y, como tal, siempre trat� de oponerse a cualquier tentativa democr�tica. Sin embargo, el Rey le mantuvo al frente del gobierno; mientras en las Cortes nombraba a una persona de su confianza, T. Fern�ndez Miranda, desde donde podr�a preparar mejor el cambio. Ambig�edad presente en el primer gobierno de la monarqu�a, pues inclu�a a continuistas, aperturistas y reformistas democristianos.
El principal problema de esta etapa eran las confusas declaraciones de Arias, pues tan pronto hablaba de un proceso constituyente como dec�a lo contrario. Esta decepci�n moviliz� a las fuerzas democr�ticas, que exig�an la amnist�a y la eliminaci�n de las restricciones a las libertades p�blicas. Mientras se endureci� la represi�n debido a varios conflictos y al endurecimiento de las acciones etarras. A la vez que el pa�s se sum�a en una crisis energ�tica, inflacionista, con altas tasas de paro y ca�da del PIB y Balanza Comercial.
1.2.- Fin de Arias Navarro y primer gobierno de Su�rez
Mientras la Platajunta pugnaba por conseguir la democracia, casi todos coincid�an en que Arias no pod�a ignorar la realidad social del pa�s.
En 1976, las Cortes inician el debate sobre la futura Ley de Asociaciones, proyecto defendido por Adolfo Su�rez, cuya intervenci�n result� un magn�fico alegato en defensa de las libertades pol�ticas. La ley fue aprobada por mayor�a, aunque hab�a que cambiar el C�digo Penal, que a�n consideraba ilegales a los partidos...
Espa�a descubri� entonces a un joven pol�tico, Su�rez, que pod�a dar un giro a esa situaci�n incierta: con un Gobierno desunido y una oposici�n expectante. S�lo hac�a falta promover un cambio desde arriba: y eso ocurri� en ese mismo de junio de 1976, en el viaje de los reyes a EEUU, cuando Juan Carlos anunci� ante el Congreso de los EEUU que estimular�a las libertades y la democracia. As� pues, hab�a coincidencia entre el Rey y Su�rez, por lo que Arias decide presentar su dimisi�n (era continuista?), que es aceptada por Juan Carlos, quien elige a Su�rez el 3 de julio como nuevo presidente de Gobierno: lo que a muchos sorprendi�, otros consideraron un error (tanto de la izquierda como de la derecha) y algunos aprobaron (incluyendo a los inmovilistas, que no desconfiaban de �l por proceder del Movimiento?). El papel desempe�ado por Fern�ndez Miranda fue clave.
Sin embargo, pocos d�as despu�s daba a conocer su nuevo gabinete, integrado en su mayor�a por personalidades de ideolog�a democristiana y centrista (Marcelino Oreja, Abril Martorell, Leopoldo Calvo Sotelo, Landelino Lavilla, Alfonso Osorio, etc.); si exceptuamos a los militares en la vicepresidencia y en las carteras del Ej�rcito y Marina, o a R. Mart�n Villa, ligado al gobierno anterior.
Los objetivos de este gobierno fueron claros:
? Promover la reforma democr�tica, para lo que deb�a contar con todas las fuerzas pol�ticas y realizar cambios legislativos.
? Posibilitar la participaci�n pol�tica, legalizando los partidos los partidos y amnistiando a los presos pol�ticos (excepto los condenados por delitos de sangre).
? Someter a refer�ndum la reforma pol�tica, en base a la soberan�a nacional.
? Garantizar el ejercicio de la libertad de expresi�n.
? Reconocer los particularismos regionalistas y hacer posible sus deseos auton�micos (pero dentro de la unidad de Espa�a).
Propuestas que fueron acogidas con confianza por la mayor�a (exceptuando a los ultras?), sobre todo cuando poco despu�s (agosto) se puso en pr�ctica la mencionada amnist�a general.
Su�rez se puso en contacto con los dirigentes de partidos a�n no legalizados (Tierno Galv�n y Ra�l Morodo del PSP, Ruiz Gim�nez de Izquierda Democr�tica y Felipe Gonz�lez del PSOE), con miembros de los sindicatos (UGT y USO) y altos mandos militares (nerviosos muchos de ellos por esas legitimaciones, especialmente porque pronto ser�a legalizado el PCE, algo que no agradaba a una oficialidad fiel a los prejuicios del r�gimen anterior).
2.- LA REFORMA POL�TICA
Las fuerzas pol�ticas espa�olas planteaban diferentes posibilidades para programar el cambio pol�tico:
? Rechazo al cambio, por parte de sectores inmovilistas, que deseaban la continuidad del anterior sistema franquista (sin Franco?).
? Continuidad, pero con t�midas reformas. Planteo defendido por el sector aperturista del franquismo (incluyendo a Arias Navarro y Fraga).
? Reformismo: posibilidad planteada por un sector conservador de la oposici�n, que pactar�a con los sectores aperturistas del franquismo. Este proceso deber�a contar con un respaldo jur�dico, para lo cual se elabor� una Ley de Reforma Pol�tica, y tambi�n habr�a de ser apoyado por el pleno delas Cortes elegidas democr�ticamente. Aqu� se incluye a Su�rez.
? Ruptura total con el franquismo. Defendida por casi toda la oposici�n democr�tica del interior y del exilio (desde la Democracia Cristiana hasta la izquierda m�s radical, pasando por el PSOE y PCE).
En los meses que siguen a la muerte del dictador, surgi� la controversia sobre cual de las formular ser�a viable, entre las que se imponen las dos �ltimas. Al final, se llev� a cabo una reforma que vino impuesta desde arriba por los reformistas (con el Rey, Torcuato Fern�ndez Miranda y Su�rez al frente), que buscaron el consenso de las restantes fuerzas democr�ticas.
Pero esa Reforma hab�a que hacerse dentro de la legalidad vigente, por lo que se elabora la Ley para la Reforma Pol�tica, donde se reflejaba la sustituci�n del sistema dictatorial por el democr�tico, cuyo contenido puede resumirse en tres partes:
a. Fundamentos pol�ticos: donde se recoge la afirmaci�n de la democracia, de la soberan�a popular (mediante sufragio universal directo y secreto), la supremac�a de la ley y la inviolabilidad de los derechos humanos (por encima de cualquier instituci�n).
b. Fundamentos institucionales: que establecen la funci�n del Rey y del Gobierno, y la composici�n de las Cortes (bicamerales y aut�nomas, elegidas por sufragio universal).
c. Proceso de la propia reforma pol�tica: establec�a la elaboraci�n de un texto constitucional por el Gobierno y por las Cortes, debatido y aprobado en ambas C�maras, y sometido despu�s a refer�ndum popular.
Adolfo Su�rez present� su proyecto de reforma pol�tica a primeros de septiembre de 1976, en un clima de crispaci�n pol�tica (con numerosos atentados ultras y etarras). Y ten�an que dar su aprobaci�n tanto las Cortes (con muchos representantes a�n inmovilistas, que se opon�an), como el Consejo General del Movimiento (que desaparecer� con la reforma) y el ej�rcito (donde hab�a todav�a una oposici�n a las citadas legalizaciones, lo que motiva la dimisi�n del vicepresidente del gobierno, el general De Santiago; sustituido por Guti�rrez Mellado, que llevar�a a cabo la democratizaci�n del ej�rcito).
Por fin, el 18-XI-1976, las Cortes aprueban el proyecto por mayor�a (con la oposici�n del procurador ultraderechista Blas Pi�ar, cuyos argumentos no surtieron efecto). S�lo faltaba el mencionado refer�ndum (al que se opon�a la derecha; y con la petici�n de abstenci�n a cargo de la izquierda, porque a�n no hab�an sido legalizados). Refer�ndum que se celebr� el 15 de diciembre, con una participaci�n del 77 %, triunfando los partidarios de la reforma: el 94,2 % vot� que s�.
Tan s�lo quedaba legalizar a los partidos y convocar elecciones. A partir de ese momento las Cortes llevar�an a cabo los cambios legislativos necesarios para establecer una democracia real, respaldada por una Constituci�n escrita elaborada mediante consenso. Pero los extremistas de ambos bandos pretenden que una hubiese transici�n democr�tica. Y as�, en los primeros meses de 1977 secuestran (los GRAPOS) y asesinan (los ultras, a cinco abogados laboralistas vinculados a CCOO y al PCE) con el fin de provocar al ej�rcito, para que diesen un golpe de estado y acabaran las reformas. Sin embargo, la respuesta castrense y de los comunista fue de serenidad, y el secuestro se resolvi� por v�a policial.
En febrero se legalizaron los partidos pol�ticos (8-2-1977); salvo el PCE, que ser�a autorizado en Semana Santa (con gran malestar del ej�rcito, donde se produjeron dimisiones). Y, una vez que �stos (en la primera reuni�n del PCE) aceptan la bandera y la monarqu�a, se tranquilizan los militares y el Gobierno. En marzo se legitimaron los sindicatos.
3.- LAS ELECCIONES DE 1977 Y EL PROCESO CONSTITUYENTE
El 15-VI-1977 se celebraron los primeros comicios democr�ticos desde la Segunda Rep�blica, con la participaci�n de m�s de un centenar de partidos de todas las ideolog�as. Veamos el proceso:
3.1.- Las Partidos
- UCD (Uni�n de Centro Democr�tico): coalici�n de elementos democristianos, liberales y socialdem�cratas; surgida a partir de varios grupos pol�ticos y algunas asociaciones regionalistas (AREX: Acci�n Regionalista Extreme�a). A esta compleja coalici�n se unieron Adolfo Su�rez y otros pol�ticos de la etapa final del franquismo.
Adolfo Su�rez infundi� a la coalici�n un car�cter centrista (aunque toma elementos de izquierda, en realidad era un partido de derechas y democristiano), creado desde el poder para que su m�ximo l�der, Adolfo Su�rez, se pudiera mantener (a la larga, ese fue el error?).
Defend�a la democracia, la econom�a de mercado, la propiedad privada, la familia,?, y un modelo de sociedad capitalista, liberal y democr�tica.
- PSOE (Partido Socialista Obrero Espa�ol): era el partido de mayor solera de Espa�a cuando fue legalizado en 1976 (casi un siglo). Renovado y dirigido por Felipe Gonz�lez desde el Congreso de Suresnes (1974), con Alfonso Guerra, Enrique M�jica, Javier Solana y otros en la ejecutiva (la mayor�a contaba con menos de 40 a�os de edad).
Se defin�a como antifranquista, partido de clase, democr�tico y marxista (aunque Felipe y otros reconoc�an su car�cter socialdem�crata, similar al de otros partidos socialistas europeos).
- PSP (Partido Socialista Popular): fundado y dirigido por Tierno Galv�n, que no difer�a del PSOE (represent� al socialismo dentro de Espa�a durante le franquismo). Prefer�a consolidar el marxismo sobre las bases ideol�gicas tradicionales, lo que provoc� algunas desavenencias con el PSOE, finalmente resueltas con la refundici�n de los dos en 1977.
- AP (Alianza Popular): surgi� de una coalici�n electoral de fuerzas lideradas por antiguos cargos del franquismo (Arias Navarro, Fraga Iribarne, L�pez Rod�, etc.), por cuyo motivo fue tachado de franquista; si bien, la mayor�a estaba en disposici�n de aceptar el nuevo sistema.
Su ideolog�a resum�a los valores que hab�a defendido el r�gimen anterior: autoritarismo, orden y el anticomunismo; cat�lico y defensor de la econom�a de mercado; conservador, pero que aceptaba el juego democr�tico para asegurar su propia supervivencia.
- PCE (Partido Comunista de Espa�a): su l�der natural era Santiago Carrillo, de ideolog�a eurocomunista (entre el socialismo democr�tico y el comunismo autoritario). Defend�a el control estatal de la econom�a, en la l�nea socialista (por lo que fue criticado por el PSOE, ya que se inmiscu�a en su l�nea de programa). Fue el partido que m�s cost� legalizar.
3.2.- Las Elecciones del 15-J
La Ley Electoral del 18 de Marzo fue el resultado del consenso entre partidos y el Gobierno. Seg�n la normativa, todos tendr�an derecho a publicidad gratuita y cada uno recibir�a fondos en funci�n de los votos y esca�os obtenidos.
Habr�a un sistema proporcional corregido (que garantizaba la representaci�n de las provincias menos pobladas), y se exig�a un m�nimo del 3 % de los votos emitidos para conseguir un esca�o. El n�mero de senadores era fijo: cuatro por provincia. El sistema de listas fue cerrado: lo que permit�a el poder de los partidos sobre sus militantes, ya que s�lo saldr�an elegidos los candidatos situados en los primeros lugares (y el orden de las listas era impuesto por el partido).
Despu�s de una intensa campa�a de m�tines y pegadas de carteles, vot� casi el 80 % del electorado (algo m�s que en el refer�ndum).
Los resultados mostraron una concentraci�n de votos en los principales partidos que presentaban la opci�n moderada de centro (UCD) y de izquierda (PSOE). Los nacionalistas alcanzaron unos resultados modestos.
En la pr�ctica, era una retorno al t�pico bipartidismo espa�ol. Y as�, la UCD (centro-derecha) consigue el 34 % de los votos, mientras que el PSOE (centro-izquierda) alcanza el 28,5 %. Los radicales de izquierda y derecha apenas obtienen representaci�n, mientras el PCE y AP s�lo obtienen unos modestos resultados (9 % y 8 % de los votos, respectivamente).
Espa�a recuperaba la libertad y la democracia, pero restaba la dura tarea de consolidar las estructuras en todos los planos a partir de una Constituci�n, atendiendo adem�s las exigencias autonomistas (que inician su reconocimiento, caso de la Generalitat de Catalu�a) y a la grave crisis econ�mica (�sta se intenta resolver mediante un acuerdo entre los partidos pol�ticos -excepto AP- en el famoso Pacto de la Moncloa -octubre de 1977-).
El 13 de julio de 1977 se inauguran las nuevas Cortes democr�ticas, cuyo primer objetivo fue el de elaborar la deseada Constituci�n. Con ese fin, a finales de julio qued� constituida una Comisi�n de Asuntos Constitucionales, integrada por 36 parlamentarios (en n�mero proporcional a los esca�os obtenidos en el Parlamento); que encarg� la elaboraci�n de un anteproyecto a un grupo (siete) de diputados expertos, con preparaci�n jur�dica suficiente (3 de UCD, y uno de cada una de las dem�s fuerzas importantes: PSOE, PCE, AP y minor�as nacionalistas).
LA DEMOCRACIA
1.- EL PACTO DE LA MONCLOA
Seg�n dec�amos, se firm� para resolver la grave crisis econ�mica existente. Y sus principios b�sicos se basaban en la contenci�n de la inflaci�n mediante la moderaci�n salarial y la limitaci�n del cr�dito, frenar el paro con la promoci�n de obras p�blicas, extender el seguro de desempleo a todos los parados, control de los precios y otras medidas sociales.
Sin embargo, aunque lo primero se consigui� (la inflaci�n, mejora de la Balanza de Pagos, incremento de divisas y reforzamiento de la peseta), otros aspectos no: como el paro, que subi�.
Urg�a una reforma fiscal justa, por lo que se presenta la Ley de Medidas Urgentes y un Plan para el Saneamiento y la Reforma Econ�mica, aprob�ndose los dos primeros proyectos: el Impuesto sobre la Renta de las Personas F�sicas (con el fin de que pagara m�s quien m�s tuviera) y el Impuesto de Sociedades. Otros proyectos se paralizan, ante la grave crisis industrial derivada de la Crisis del Petr�leo (iniciada en 1973, pero que perduraba).
2.- REDACCI�N DE LA CONSTITUCI�N
La constituci�n aprobada en diciembre de 1978, fue el resultado de un acuerdo y del consenso de la mayor�a de las fuerzas pol�ticas con representaci�n parlamentaria.
Las Cortes elegidas en 1977 contaron con la presidencia del extreme�o A. Hern�ndez Gil, que desempe�o su cargo con imparcialidad. La presidencia del Congreso la ostent� Fernando �lvarez de Miranda, y la del senado Antonio Font�n.
La redacci�n fue complicada, en medio de problemas regionales, econ�micos y terroristas. UCD pretend�a que fuera un texto corto, que defendiese la monarqu�a y remitiese a leyes org�nicas el desarrollo constitucional; mientras el PSOE se manifestaba republicano, y exigi� una extensa enumeraci�n de derechos e intenciones. En tanto que AP se manifestaba favor de una reforma de las leyes franquistas, el PCE insist�a en los contenidos sociales y en las libertades pol�ticas, y los catalanes actuaron de moderadores e insist�an en la singularidad de Catalu�a.
? Las premisas b�sicas de las que se partieron fueron:
- Moderaci�n en los planteamientos, para no asustar a los inmovilistas.
- Aceptaci�n de la monarqu�a parlamentaria, renunciando los partidos de izquierda a sus demandas republicanas.
- Lealtad al proceso constituyente, entendida como aceptaci�n del marco democr�tico y olvido del pasado franquista.
- El consenso, con concesiones mutuas entre los partidos para redactar una Constituci�n en la que cupieran todos los planteamientos democr�ticos. Por eso es un texto largo y ambiguo en algunos art�culos, lo que permite la alternancia pol�tica sin variarlos.
? Los temas m�s conflictivos fueron:
1. La articulaci�n territorial: con autogobierno auton�mico y restablecimiento de los estatutos aprobados con la 2� Rep�blica de Catalu�a, Euskadi y Galicia, y su desarrollo posterior. El t�rmino nacionalidad s�lo fue rechazado por AP.
2. El sistema electoral: UCD y AP apoyaban el modelo brit�nico (mayoritario), pero el consenso estableci� una representaci�n proporcional, parcialmente corregida por la ley D�Hont.
3. La forma del Estado: se acept� la f�rmula planteada por los nacionalistas catalanes en lo relativo a la forma pol�tica del Estado como monarqu�a parlamentaria.
4. El papel de la Iglesia: el sector democristiano logr� plasmar en la Constituci�n los deseos de la Conferencia Episcopal: Estado aconfesional, pero no laico, con menci�n expresa a la Iglesia cat�lica. La actitud de la iglesia fue muy diferente a la del proceso de 1931, entre otras cosas porque la sociedad y sus sistemas de valores tambi�n hab�a cambiado.
5. El divorcio y el aborto eran temas delicados para la Iglesia. El primero qued� emplazado a lo que dispusieran leyes posteriores; mientras el segundo se resolvi� con un texto abierto, que proclamaba el derecho a la vida, pero que permit�a la posterior despenalizaci�n del aborto en tres supuestos.
6. La ense�anza privada fue objeto de controversias entre los partidarios de la ense�anza p�blica (PSOE) y los de mantener unas subvenciones a los centros privados (UCD), que al final quedaron garantizadas.
7. Propiedad privada e intervenci�n p�blica. Se reconoci� el derecho a la propiedad privada y a la herencia, pero matizada por su funci�n social; lo que fue objeto de protestas por los empresarios, pues seg�n ellos se permit�a la posibilidad de socializar la propiedad.
8. El asunto vasco. Se intent� el consenso con el PNV, que insist�a en que se reconocieran los derechos forales. Pero no fue posible, provocando la oposici�n vasca, que pidi� la abstenci�n en el refer�ndum constitucional.
El 31 de octubre de 1978 las Cortes aprobaron definitivamente la Constituci�n. Sometida a refer�ndum el 6-XII-1978, fue apoyada por el 87?8 % de los votos emitidos (67?1 % del Censo).
3.- CONTENIDO DE LA CONSTITUCI�N
Consta de 11 t�tulos y 109 art�culos, a los que hay que a�adir las disposiciones adicionales, transitorias y derogativas. Contiene:
- Una parte dogm�tica: declaraci�n o derechos fundamentales.
- Una parte org�nica: reglas sobre las formas y el funcionamiento de las instituciones y de los �rganos del Estado.
? Declaraci�n de Derechos
- El art�culo 1� declara que Espa�a se constituye en un ?Estado social y democr�tico de Derecho, que propugna valores como la justicia, la igualdad, la libertad y el pluralismo pol�tico?.
- Defensa de la libertad: de expresi�n, de ense�anza, de residencia, la presunci�n de inocencia, religiosa, etc.
- La igualdad ante la Ley, sin ninguna raz�n para la discriminaci�n. La igualdad alude al acceso a las funciones y cargos p�blicos, a la igualdad de c�nyuges, de los hijos ante la filiaci�n. Se garantiza asimismo el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar, a la propia imagen; y se reconoce la inviolabilidad de domicilio y el secreto de las comunicaciones.
- Reconoce el derecho a la propiedad y a la herencia, pero delimitando su funci�n social.
- Y los derechos colectivos: los de sindicaci�n, reuni�n y asociaci�n. As� como los de disfrute com�n, es decir, los referidos al medio ambiente y al patrimonio hist�rico, cultural y art�stico de los pueblos de Espa�a.
? Instituciones del Estado
Las principales instituciones son:
a) La Corona. El Rey es el Jefe del Estado y la Corona de Espa�a corresponde a sus sucesores. El heredero recibe el t�tulo de Pr�ncipe de Asturias. Sus funciones son: garantizar el funcionamiento regular de las instituciones y servir de �rbitro de la vida pol�tica.
b) Las Cortes Generales: son la representaci�n del pueblo espa�ol, tiene el poder legislativo y la capacidad para crear y aprobar leyes. Se establece un sistema bicameral: el Congreso, con un n�mero de parlamentarios que puede oscilar entre 300 y 400; y un Senado, con cuatro senadores por provincia, m�s los representantes elegidos por las asambleas auton�micas.
Las C�maras se re�nen en dos per�odos ordinarios de sesiones al a�o, y pueden funcionar en pleno y en comisiones (que pueden ser permanentes o extraordinarias, o de investigaci�n). Les corresponde aprobar los proyectos de ley que salen del Consejo de Ministros, despu�s se ratifican o no en el Senado (incluso se introducen modificaciones). Si no hay acuerdo entre las C�maras, una comisi�n mixta decide y, tras su aprobaci�n, se convierte en ley.
c) Gobierno y Administraci�n. El gobierno dirige la pol�tica interior y exterior, as� como la Administraci�n civil y militar, y ejerce la funci�n ejecutiva y la potestad reglamentaria. El Presidente dirige la acci�n del Gobierno y coordina las funciones de los ministros, elabora el programa pol�tico, lo expone al Congreso, lo impone a sus ministros y dirige su gesti�n.
El Gobierno responde solidariamente de su gesti�n y ha de presentar su dimisi�n al Rey si el Congreso aprueba una moci�n de censura a su gesti�n o le niega su confianza. Los ministros son responsables de su departamento y el Presidente de la pol�tica global.
Las relaciones del Gobierno y las C�maras se basan en el principio de colaboraci�n, y �stas pueden recabar informaci�n del Gobierno cuando lo precisen. La moci�n se puede plantear con el respaldo de una d�cima parte de los diputados, y siempre que se disponga de una candidatura alternativa. Para su aprobaci�n se requiere mayor�a absoluta de la c�mara. Si �sta prospera, el Gobierno debe presentar su dimisi�n.
d) La Justicia. El poder judicial recae en manos de los jueces y magistrados, que son independientes y sometidos s�lo al imperio de la Ley. La Ley Org�nica del Poder Judicial estructura el Consejo General del Poder Judicial. Destacan dos grandes �rganos: el Tribunal Supremo, como �rgano supremo de justicia; y el Tribunal Constitucional, cuya funci�n es establecer si las leyes y otros actos se ajustan a la norma constitucional.
? Estado de las Autonom�as
1. Se configura un Estado descentralizado, pero sin alcanzar la legalidad de un estado federal (aunque muchas autonom�as poseen m�s atribuciones que muchos estados federales).
2. Los estatutos de autonom�a se han generalizado para todas las nacionalidades y regiones espa�olas, a pesar de que la derecha era partidaria de mancomunidades por provincias o que los nacionalistas hist�ricos pretend�an que s�lo deber�an poseerlos ellos.
3. A pesar de la generalizaci�n auton�mica, se mantiene cierta centralizaci�n.
El establecimiento de las autonom�as hist�ricas y la creaci�n de los entes-preauton�micos fue el fruto de una sensibilizaci�n y de un deseo de ruptura clara con el r�gimen anterior, muy centralista. Esos entes correspond�an a nacionalidades hist�ricas de reinos medievales (Arag�n, Valencia, Castilla), a las regiones insulares o de personalidad acusada (Andaluc�a, Extremadura). No se ten�a en cuenta inicialmente a provincias como Logro�o o Cantabria, que finalmente accedieron al autogobierno; u otros como Le�n, partidarios de la diferenciaci�n con Castilla.
La Ley para la Armonizaci�n del Proceso Auton�mico fue obra de Mart�n Villa. La Constituci�n estableci� dos v�as para acceder a ella:
- Una r�pida para las autonom�as hist�ricas y aqu�llas que, como Andaluc�a, a trav�s de un refer�ndum quisieran equiparse a las anteriores (art. 151).
- Una v�a general, (art. 143) llamada v�a lenta, a la que se acogi� el resto. Supone techos de competencias m�s bajos y mayor tiempo para acceder a cotas de gobierno superiores. Algunas, como Canarias y Valencia, se equipararon a trav�s de sus respectivos estatutos a las hist�ricas.
En octubre de 1979 se aprobaron los Estatutos vasco y catal�n. Pero despu�s se ralentiz� el proceso por causas econ�micas y pol�ticas, hasta que culmina en febrero de 1983.
4.- EVOLUCI�N POL�TICA (1979-1982)
? Tras la aprobaci�n de la Constituci�n, Adolfo Su�rez disolvi� las Cortes y convoc� nuevas Elecciones Generales. Pas� la Transici�n y comenzaba la Etapa Democr�tica.
- En esas Elecciones, celebradas el 1-III-1979, UCD fue el partido ganador, pero perdiendo algo menos de un 1 % de su voto respecto a las anteriores. Mantuvo su implantaci�n urbana.
- El PSOE gan� tres diputados, pero considerando que ya se hab�a unido al PSP, sus resultados supon�an una disminuci�n. Paradojicamente, su voto creci� en todas las autonom�as menos en el Pa�s Vasco y en Andaluc�a.
- El PCE qued� casi igual y apenas creci� un 1%, revelando que carec�a de una implantaci�n nacional, pues la mayor parte de sus esca�os proced�an de Andaluc�a y Catalu�a.
- La Coalici�n Democr�tica, nombre con el que se present� la derecha espa�ola, sufri� una p�rdida del 2% de sus votos y s�lo en Galicia obtuvo buenos resultados.
- Aument� el voto regionalista en Andaluc�a y Pa�s Vasco, pero qued� similar en Catalu�a.
? Sin embargo, en las Elecciones Municipales efectuadas al mes siguiente (3-IV-1979), los resultados deben comentarse: aunque a nivel general (n�mero de concejales) tambi�n gan� UCD (con m�s del doble que el PSOE), en muchas de las ciudades triunf� la izquierda (gracias al pacto PSOE-PCE), caso de Madrid (gestionada por Tierno Galv�n) y Barcelona (con Narc�s Serra).
Cambiando de tema, el terrorismo continu� con su ola de secuestros, muertes y heridos. A pesar de ello, los espa�oles de entonces se mostraban esperanzados ante el futuro.
4.1.- La ca�da de Su�rez
El declive de Su�rez coincide con el ascenso de Felipe Gonz�lez, l�der del PSOE, que en el a�o 1979 celebraba su XXVIII Congreso para dilucidar si el marxismo deb�a de ser una de las directrices presentes en su base ideol�gica. Finalmente se retir� el t�rmino y sale elegido como l�der Felipe Gonz�lez.
Las debilidades de UCD se basaban en la abundancia de l�deres y en la escasez de ideas, lo que imped�a solucionar compromisos como la ense�anza, el divorcio o el empleo. Adem�s, la administraci�n, la polic�a y los medios de comunicaci�n p�blicos respiraban a�n aires poco democr�ticos. En 1980 Su�rez tuvo que cambiar de gobierno tres veces, y en mayo soport� una moci�n de censura: tras el debate, algunos parlamentarios abandonaron la UCD.
A causa de la aprobaci�n de la Ley del Divorcio, defendida por Fern�ndez Ord��ez, la crisis de UCD se hizo m�s fuerte; y las presiones militares fueron m�s insistentes ante los golpes del terrorismo. En enero de 1981, Su�rez no aguant� la presi�n y dimiti�; y, para evitar el vac�o de poder, nombr� a Leopoldo Calvo Sotelo como sustituto en la Presidencia del Gobierno.
4.2- El golpe de Estado del 23-F
Tras la dimisi�n de Su�rez, el Rey visit� el Pa�s Vasco donde se produjeron disturbios por parte de diputados extremistas. D�as despu�s apareci� asesinato un ingeniero, al que sigui� el de un etarra. Mientras, los militares y la derecha anunciaban que la patria estaba en peligro, que s�lo se pod�a conjurar mediante un golpe militar.
Fracasa la ?Operaci�n Galaxia?, siendo detenidos Tejero e Ynestrillas. Pero el primero lo intenta de nuevo el 23 de Febrero de 1981, al frente de 200 guardias civiles, secuestrando el Congreso de los Diputados cuando se produc�a la investidura del presidente Calvo Sotelo.
Tambi�n intervienen otros militares, como el capit�n general Milans del Bosch (en Valencia), el general Armada (al que muchos consideraban como la m�xima autoridad militar?), etc. Pero la crisis termina con la presencia del Rey en TVE, vestido de uniforme militar, en defensa de la democracia e instando al ej�rcito a retirarse a los cuarteles. As� salv� la situaci�n.
Tras el fracaso no se exigieron responsabilidades a los militares que no eran oficiales, pero a los dem�s se les conden� a penas de reclusi�n.
4.3.- El gobierno de Calvo Sotelo
Fue el �ltimo gobierno de UCD. Las Cortes aprobaron la Ley del Divorcio, mientras el partido se desintegraba en facciones m�s peque�as: CDS (nuevo partido de Su�rez) y otros.
En octubre de este a�o 1981 las Cortes aprueban (con el voto en contra del PSOE y PCE) la entrada de Espa�a en la OTAN. Y avanzaron las negociaciones para entrar en la CEE.
En el aspecto social, la necesidad de agua por la sequ�a se convirti� en un grave problema. Tambi�n se produjo la intoxicaci�n masiva por aceite de colza, que provoc� m�s de 500 muertos y m�s de 25.000 afectados.
Con su partido inmerso en una grave crisis, Calvo Sotelo no tuvo m�s remedio que convocar elecciones para el 28 de octubre de 1982, las cuales fueron ganadas por el PSOE.
Tema 11 H� Bachillerato
EL DESARROLLISMO Y EL FIN DEL R�GIMEN
1. LA POL�TICA ECONOMICA (1959-1975)
Hacia 1959 el objetivo de los ministros m�s desarrollistas era el de liberalizar la econom�a espa�ola para situarla al nivel de los pa�ses occidentales, a la vez que se favorec�an cambios profundos en la sociedad espa�ola; y, aunque esto �ltimo no agradaba ni a Franco ni a Carrero Blanco, se emprendi� la reforma con el argumento de que el empeoramiento econ�mico podr�a traer funestas consecuencias para el r�gimen.
- As� se aprueba el famoso Plan de Estabilizaci�n en 1959: plan de ordenaci�n econ�mica que intenta transformar las estructuras productivas, liberalizar el mercado y abandonar gradualmente el intervencionismo estatal. La mayor�a de los sectores productivos estuvieron de acuerdo, as� como numerosos organismos internacionales (como el FMI) y el gobierno de los Estados Unidos, que colaboraron con cuantiosas sumas de dinero.
- En 1962 se cre� la Comisar�a del Plan del Desarrollo (dirigida por L�pez Rod�), para transformar la econom�a espa�ola y reducir los desequilibrios regionales, mejorar el nivel de vida de los espa�oles y modernizar las estructuras productivas. De aqu� sali� el Primer Plan de Desarrollo Econ�mico y Social (1964-1967), puesto en pr�ctica tras una etapa de notable crecimiento econ�mico, que hab�a duplicado la renta nacional respecto a la d�cada anterior. Se basaba en la inversi�n privada y en la eliminaci�n de los desequilibrios regionales, surgiendo as� los Polos de Desarrollo y de Promoci�n Industrial.
Pero los resultados del Plan no fueron del todo satisfactorios, pues no se crearon tantas empresas como se preve�a y el empleo fue menor de los esperado: de hecho, la emigraci�n hacia el interior y hacia el exterior segu�a increment�ndose, siguiendo creciendo las zonas m�s ricas.
- El II Plan se realiz� entre 1969 y 1971: fue una continuaci�n del anterior y sus efectos no mejoraron. Igual que el III Plan, relanzado entre 1972 y 1975, en plena crisis econ�mica mundial (petr�leo), cuyo fin coincidir�a con el de la dictadura.
2.- CONSECUENCIAS DEL DESARROLLISMO
? Transformaciones socioecon�micas:
- La mayor�a de las empresas de los a�os setenta crecieron gracias a las inversiones de la banca, cuyo poder era enorme (fue la gran protagonista).
- Los desequilibrios regionales se mantuvieron y mientras Catalu�a, Madrid y Pa�s Vasco vieron crecer su renta, en las dem�s regiones disminuyeron. No obstante, si uno observa el PIB y otros indicadores (renta per c�pita y saldo de la Balanza de Pagos), se aprecia un progreso continuo entre 1960 y 1973 (con oscilaciones tambi�n).
- Por sectores, retrocedi� el agroganadero, creciendo el sector industrial en los a�os sesenta (sobre todo el autom�vil, astilleros, el�ctricas, siderurgia, miner�a, etc) y, a partir de mediados de los a�os setenta, el de servicios (especialmente en las ciudades).
- El notable incremento del turismo se debi� tanto a la apertura econ�mica como a las propias condiciones geogr�ficas. Los ingresos se multiplicaron, gracias a la entrada de capital; el empleo creci� y aument� el nivel de vida en las �reas afectadas; se modific� el urbanismo y crecieron las infraestructuras (carreteras, aeropuertos, etc.). Los cambios m�s notables tuvieron lugar en las islas y en la ribera del Mediterr�neo.
- El desarrollo urbano fue consecuencia tambi�n del �xodo rural, provoc� un crecimiento espectacular en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla..., dando origen a la aparici�n de �reas metropolitanas y conurbaciones. As�, a comienzos de los setenta, la tercera parte de la poblaci�n espa�ola viv�a en las ciudades de m�s de 100.000 habitantes.
- Consecuencia importante del desarrollismo fue la emigraci�n hacia los pa�ses europeos, lo que sirvi� para amortiguar el paro existente y transferir divisas a Espa�a (ahorro).
- Las consecuencias medioambientales fueron funestas. La contaminaci�n urbana, en grandes ciudades y periferia, el incremento masivo de veh�culos; la inexistencia de l�mites al impacto medioambiental, los vertidos contaminantes a los r�os y a la atm�sfera, el crecimiento incontrolado de las ciudades, son efectos del desarrollo donde primo la cantidad sobre la calidad.
? La situaci�n de la agricultura
La modernizaci�n econ�mica afect� tambi�n al campo: las obras hidr�ulicas, pusieron en regad�o miles de hect�reas, el n�mero de tractores se duplic�, el uso de fertilizantes se generaliz�, as� como la especializaci�n de cultivos y la promoci�n ganadera...
A lo largo de la d�cada, el campo fue perdiendo poblaci�n (sobre todo j�venes), debido a las nuevas expectativas en otros sectores y como consecuencia de la crisis agraria que se agudiza a partir de ahora, originando el llamado �xodo rural, que vac�a y envejece los pueblos.
Lo m�s positivo de la disminuci�n de la mano de obra fue el aumento de los salarios; pero la producci�n, y por tanto la rentabilidad de las peque�as explotaciones, disminuy�; por esta raz�n se llev� a cabo una pol�tica de concentraci�n parcelaria, seguida de una de ordenaci�n rural, por la que se pretend�a concentrar explotaciones y hacerlas m�s rentables, en muchos casos creando cooperativas. Esta pol�tica permiti� la modernizaci�n del campo.
Adem�s, los organismos anteriores (como el INC) se convierten en el IRYDA (Instituto para la Reforma Y el Desarrollo Agrario).
La mecanizaci�n del campo espa�ol fue un proceso r�pido: tractores, cosechadoras y dem�s �tiles se incrementaron de forma espectacular, compensando la p�rdida de poblaci�n. Se abandonan tierras no mecanizables y se especializ� el cultivo, creciendo los regad�os.
En estas d�cada, aunque se dispar� la exportaci�n de productos como el aceite, vino, frutas y hortalizas, segu�a habiendo un d�ficit en la balanza comercial agraria, debido a las importaciones de cereales (para consumo humano) y piensos para la creciente caba�a ganadera.
La dieta alimenticia de los espa�oles mejor� gracias al incremento de la producci�n c�rnica y l�ctea, muy deficientes antes.
La ampliaci�n de superficies de regad�o fue una lucha constante por parte del IRYDA, que permiti� poner en regad�o m�s de un mill�n y medio de hect�reas.
En resumen el desarrollismo contribuy� al progreso econ�mico, modernizaci�n productiva y aumento en el nivel de vida de los espa�oles; pero consolid� los desequilibrios regionales con un �xodo rural que despobl� muchas aldeas, favoreci� la especulaci�n del suelo en las grandes ciudades, la dependencia tecnol�gica del exterior y la aparici�n de problemas medioambientales. La crisis de 1973, marca el fin de esta etapa de prosperidad.
3. TRANSFORMACIONES SOCIALES Y CULTURALES
? Cambios de mentalidad
EL progreso econ�mico y la apertura hacia el exterior modelaron gradualmente a una sociedad atrasada y rural, que fue entrando de lleno en el consumismo y en la modernidad. El proceso de urbanizaci�n, los electrodom�sticos, el turismo, los nuevos medios de comunicaci�n de masas favorecieron el cambio de mentalidad y la adopci�n de nuevos h�bitos sociales.
? Los cambios demogr�ficos
El desarrollo industrial, con el �xodo rural a que dio lugar, despobl� y envejeci� el �mbito rural (seg�n hemos explicado ya antes).
- En los a�os sesenta Espa�a asisti� a un crecimiento demogr�fico continuo (de 28 millones de habitantes en los a�os cincuenta se pasa a 35 millones a mediados de los setenta). Ese ascenso fue debido al mantenimiento de una elevada tasa de natalidad (20 por mil), al descenso progresivo de la mortalidad (incluyendo la infantil) y al aumento de la esperanza de vida. As� pues, la etapa de la posguerra hab�a sido superada. Sin embargo, a mediados de los sesenta se inicia un nuevo modelo demogr�fico (moderno), ya que empieza a desaparecer el baby boom de la etapa anterior, comenzando a disminuir la natalidad (empezando por la ciudades) debido a la gradual incorporaci�n de la mujer en el trabajo (fuera del �mbito familiar).
- La pol�tica llevada a cabo en materia de Seguridad Social permiti� a la poblaci�n Espa�a una mejor y m�s amplia asistencia sanitaria. Por otro lado, la difusi�n de nuevos h�bitos higi�nicos, la mejora de la nutrici�n, progresos de la medicina e general, etc, influy� en la paulatina disminuci�n de las cifras de mortalidad, aumentando la citada esperanza de vida.
- Tambi�n hemos hablado de las migraciones, que influyeron tanto en la distribuci�n de la poblaci�n espa�ola como en el crecimiento real. Afluy� sobre todo hacia regiones desarrolladas del pa�s, as� como hacia pa�ses europeos y suramericanos (tras el fin del aislamiento), con un crecimiento variable, hasta la crisis econ�mica mundial de 1973.
En zonas como Madrid, Barcelona o Pa�s Vasco la densidad poblacional se situ� en torno a los 120 habitantes por kil�metro cuadrado a mediados de los sesenta; sin embargo, la creaci�n de Polos de Desarrollo permitir� la expansi�n en torno a otros focos secundarios: como Sevilla, Zaragoza y Valencia.
? Los cambios sociales:
La modernizaci�n del pa�s ya se notaba a mediados de los sesenta, y se hizo m�s notorio en la d�cada de los setenta. A partir de ahora, la nobleza terrateniente y otros grupos conservadores pierden protagonismo a favor de los tecn�cratas (clases medias urbanas, con formaci�n universitaria).
- Respecto a los sectores sociales, en la d�cada de los setenta a�n continuaba casi igual la estructura de la sociedad espa�ola: con una minor�a (entre el 0?5 y el 1 % del total) que pose�a un elevado porcentaje (m�s del 20 %) de la riqueza. Destacaba una potente clase media (un 50 % de la poblaci�n), seguido de la clase obrera (32 %).
- Pero la situaci�n laboral segu�a anquilosada, pues el desarrollismo econ�mico no la moderniz� (no exist�a el derecho a la huelga ni a la libre sindicalizaci�n).
Fue a partir de 1960 cuando se establecieron normas que regulaban las funciones laborales: se estableci� el salario m�nimo y el gobierno se reserv� la potestad de intervenir para corregir una conflictividad que a la postre fue creciendo, sobre todo en la zonas industriales.
En la clandestinidad se extendieron las redes sindicales, en clara oposici�n al r�gimen: USO (Uni�n Sindical Obrera) y CCOO (Comisiones Obreras) estaban presentes en casi todas las empresas. La reacci�n del gobierno fue tard�a, ya en los a�os setenta y con una actitud represiva.
- En la ense�anza hubo grandes cambios, cuando a partir de los a�os sesenta se potencia la ense�anza estatal sobre la privada, se incrementa el presupuesto en Educaci�n, se pusieron en marcha campa�as de escolarizaci�n de adultos, se crearon medio centenar de institutos de Ense�anza Media, m�s colegios y redes de transporte, escuelas comarcales, becas y se impuso la edad de escolarizaci�n obligatoria hasta los 14 a�os.
Qued� aplazada sin embargo la reforma universitaria, que trataba a este ente como un problema de orden p�blico.
- La pol�tica social del franquismo en esta �poca sufre un ligero cambio: a pesar de la censura, hubo una mayor tolerancia y se redujo la influencia dela Iglesia y de la tradici�n.
Los cambios econ�micos derivados de la pol�tica liberalizadora dar�n origen a la Seguridad Social (1963), que sustituye a los antiguos seguros y Mutualidades y que garantizada las prestaciones de jubilaci�n y de asistencia sanitaria a todo trabajador dado de alta.
? Cambios socioculturales
- Los h�bitos delos espa�oles sufrieron una profunda transformaci�n, la juventud reclamaba m�s libertad frente al autoritarismo paternalista y la mujer aspiraba a una igualdad plena en su formaci�n y en el trabajo. Cambios que tambi�n afectaron a la familia tradicional.
- La clase media tom� el protagonismo, y surgen nuevas conductas consumistas al aumentar la renta: electrodom�sticos (que liberaban a la mujer de muchos trabajos caseros), el autom�vil (que dej� de ser un lujo y se convirti� en un medio habitual de transporte) y el turismo interior.
El turismo y la televisi�n hicieron posible el desarrollo sociocultural, que impact� en la juventud: la m�sica pop y rock desplazaron a la m�sica tradicional espa�ola, se adoptaron nuevos h�bitos en el vestir (vaqueros, pelo largo?) y en la concepci�n moral (demanda de mayor libertad sexual y de relaciones no estables). Las conductas se hicieron menos convencionales y m�s permisivas.
- La Iglesia a�n conservaba su protagonismo como entidad colaboradora en el mantenimiento del orden tradicional, controlando los h�bitos y velando por la moralidad. Pero, poco a poco, las normas impuestas desde el p�lpito ser�n sustituidas por h�bitos m�s laicos.
Los a�os sesenta fueron cr�ticos para esta instituci�n, que tard� en adaptarse a los nuevos tiempos, en los que se reduc�an dr�sticamente las vocaciones de seminaristas.
4-LA SITUACI�N POL�TICA ESPA�OLA ENTRE 1960 Y 1975
4.1.- El Continuismo (d�cada de los sesenta)
Mientras crec�a la oposici�n interior y exterior, Franco quiso dejar asegurada la perpetuaci�n del r�gimen. Tan s�lo se produjeron algunos cambios, introduciendo con algunas leyes t�midas reformas que no afectaban a la continuidad. Las m�s importantes fueron:
- La Ley de Prensa, elaborada por M. Fraga en 1966, supuso un avance relativo, en cuanto que suavizaba el control sobre revistas, libros y peri�dicos y eliminaba la censura previa. Sin embargo, no se conced�a libertad de expresi�n y numerosos diarios sufrieron la censura.
- La Ley Org�nica del Estado (diciembre de 1966): redefini� al Estado espa�ol como una democracia org�nica (igual que antes), por la que la soberan�a y representaci�n individual era sustituida por la de �rganos (familia, sindicato y municipio). Pero desaparece la terminolog�a fascista y el poder se presenta menos concentrado en manos de Franco (separaci�n de funciones entre Presidente del Gobierno y del Jefe de Estado), a la vez que se preparaba la sucesi�n mon�rquica cuando Franco desapareciese. Adem�s, una parte de los procuradores a Cortes pod�an ser elegidos por cabezas de familia y mujeres casadas.
- La Ley de Libertad Religiosa (1967), forzada por el Concilio Vaticano II).
La Sucesi�n de Franco se plante� ya en esta etapa, por lo que en 1967 Franco nombra a Carrero Blanco vicepresidente del Gobierno, quien reconoci� que la continuidad del r�gimen pod�a quedar asegurada con la instauraci�n mon�rquica en la figura de Juan Carlos de Borb�n (de acuerdo con la Ley de Sucesi�n de 1947).
El pr�ncipe ya estudiaba en Espa�a desde 1948 (seg�n el acuerdo del Palacio de las Cabezas), y contrajo matrimonio con la princesa Sof�a en 1962. De ese modo en julio de 1969, ante las Cortes y en presencia de Franco, fue proclamado sucesor de Franco a su muerte y con el t�tulo de Rey; vi�ndose obligado a aceptar unas leyes que no le agradaban.
4.2.- La oposici�n al Franquismo (1960-1975)
Aunque el r�gimen insist�a en mantener su posici�n ideol�gica, la sociedad aspiraba a un cambio en todos los sentidos: libertad pol�tica, educativa, laboral, prensa, etc.
? La actitud dela iglesia
Con el Concordato de 1953 hubo colaboraci�n mutua entre la Iglesia y el Estado. Esa era la iglesia oficial, porque durante los a�os sesenta surge en los movimientos cat�licos juveniles la cr�tica a aquel esp�ritu colaboracionista, sobre todo ante la restricci�n y la represi�n de libertades que el gobierno aplicaba en los conflictos laborales y con los estudiantes.
La primera gran demostraci�n opositora fue una carta firma por 300 sacerdotes vascos denunciando el totalitarismo franquista y la ausencia de libertades, similares fueron las declaraciones del abad de Monserrat criticando la falta de libertad.
Catalu�a y Pa�s Vasco fueron las regiones en las que el clero no oficialista protagoniz� mayores actos de protesta contra el r�gimen, forzando a la Conferencia Episcopal a reconocer p�blicamente el derecho de los espa�oles a asociarse sindicalmente.
A partir de 1969, incluso en el Vaticano, se observa una tendencia a favor de la libertad en Espa�a. De hecho, los contactos para renovar el Concordato quedaron rotos por la negativa de Franco a renunciar al derecho de nombrar obispos. Destacan dos figuras en este e sector de la iglesia contestataria: A�overos (obispo de Bilbao) y Taranc�n (cardenal primado).
? La oposici�n obrera
A lo largo del desarrollismo los conflictos obreros fueron constantes, por las condiciones de trabajo y la ausencia del derecho de reuni�n y asociaci�n. Con la UGT en el exilio, Comisiones Obreras (CCOO, fundada por Marcelino Camacho y Juli�n Ariza) se convierte en la gran protagonista del sindicalismo clandestino. Llev� a acabo actuaciones que planteaban tanto la negociaci�n sindical como la reivindicaci�n activa en los conflictos obreros. Pero fue declarada ilegal por el Tribunal Supremo y sus dirigentes condenados en el famoso proceso 1.001, por supuesta vinculaci�n con el PCE, tambi�n clandestino. A partir de los a�os sesenta UGT y CCOO se convirtieron en los sindicatos mayoritarios.
? La oposici�n estudiantil universitaria
La Universidad plante� una clara oposici�n al r�gimen, sobre todo desde 1956; y en los a�os siguientes se mantuvo y creci�.
Frente a la postura del SEU, de tendencia falangista, estudiantes y profesores muestran su inconformismo con el sistema educativo; y las conferencias y otros actos fueron el medio de canalizar esas protestas. Por ello, numerosos estudiantes fueron detenidos, muchos profesores sancionados, expedientados o separados de sus c�tedras por declaraciones a favor de la democratizaci�n (Tierno Galv�n, Garc�a Calvo, L�pez Aranguren, etc).
En 1969 un estudiante muere al caer desde el tercer piso de una comisar�a, y las manifestaciones de estudiantes se sucedieron en se�al de protesta adhiri�ndose a ellas profesores y abogados en contra delos malos tratos policiales. Manuel Fraga impuso el estado de excepci�n y la represi�n se extendi�.
? La oposici�n pol�tica
En 1960 no exist�an en Espa�a partidos pol�ticos como los entendemos hoy en d�a, pero el activismo en la clandestinidad era muy vivo. As�, mientras en el exterior se enzarzaban en disputas, en el interior algunas formaciones con talante progresista continuaron con sus actividades desgastando al r�gimen.
- La oposici�n democristiana propugnaba el pluralismo pol�tico y la apertura democr�tica como �nico medio para acabar con el descontento popular. Entre ellos cabe destacar a J. M�. Gil Robles y J. Ruiz-Gim�nez.
- La oposici�n socialista fue particularmente activa en Asturias, Pa�s Vasco, Madrid y Sevilla. A la muerte de sus dirigentes hist�ricos, nuevas figuras del PSOE cobraron protagonismo a partir del XI Congreso celebrado en Toulouse (F. Gonz�lez, G. Peces Barba, E. M�jica, etc).
- Los comunistas del PCE tuvieron vinculaci�n muy directa con la lucha obrera a trav�s de CCOO. Por eso ejercer�a una labor de oposici�n desde el �mbito sindical. Adem�s de vivir la muerte y detenci�n de numerosos dirigentes, sufri� divisiones internas derivadas de las diferentes posturas. Sus l�deres m�s significados fueron: J. Sempr�n, D. Ibarruri y S. Carrillo.
- Una formaci�n de gran fuerza desde el a�o sesenta fue el FLP (Frente de Liberaci�n Popular, o felipe), cuyos miembros se autoproclamaban de izquierda (Nicol�s Sartorius). Sufri� una dura represi�n y con el tiempo sus miembros o se integraron en el PCE o abandonaron.
- Los nacionalismos tambi�n fueron una importante fuerza opositora. En Catalu�a cabe destacar la campa�a contra el director de La Vanguardia (franquista ac�rrimo), liderada entre otros por Jordi Pujol, que por entonces fue detenido y condenado. Mientras en el Pa�s Vasco el PNV aglutinaba las aspiraciones nacionalistas vascas; aunque una escisi�n de �ste en 1959 dio lugar a la aparici�n de ETA, que defend�a la oposici�n armada contra el r�gimen.
- En 1962, con ocasi�n del IV Congreso del Movimiento europe�sta celebrado en Munich, en el que participaron destacadas figuras de la pol�tica y la intelectualidad espa�ola (procedentes tanto de Espa�a como del exilio), se manifiestan contra la dictadura y a favor de la democracia. Aquel hecho se conoce por el nombre franquista de ?El Contubernio de Munich?, y la respuesta del gobierno hacia los participantes fue darles a elegir entre el destierro o el exilio.
Ante esa oposici�n casi generalizada, el Gobierno respond�a con la represi�n. Y a partir de los a�os sesenta la suspensi�n de los supuestos derechos civiles reflejados en el Fuero de los Espa�oles era un hecho bastante frecuente. Para ello, el Gobierno decretaba el estado de excepci�n y pod�a reprimir sin obst�culos cualquier manifestaci�n antifranquista.
La legislaci�n consideraba como contrario al orden p�blico los paros colectivos, cierres ilegales, manifestaciones y reuniones p�blicas ilegales, o cualquier actos de subversi�n y violencia, divulgaci�n de noticias ?falsas?, etc. Un tribunal de orden p�blico creado en 1963, el famoso TOP, era el �rgano encargado de la detenci�n y juicio contra los encausados por delitos pol�ticos. Estaba dirigido por un militar, y fue el responsable de las torturas y condenas dictadas sin el amparo de una defensa justa.
El Proceso de Burgos en 1970 fue famoso porque conden� a nueve etarras a pena de muerte y a siete m�s a cadena perpetua, en medio de una campa�a de presi�n internacional.
5. FIN DEL R�GIMEN
? El asesinato de Carrero Blanco
El hecho m�s trascendente de ETA fue el asesinato de Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973, en la llamada operaci�n ogro. Para muchos, esa operaci�n contra el mism�simo presidente del gobierno marcar�a el fin del franquismo.
Entre 1973 y 1975, el temor inicial a un endurecimiento represivo tras ese asesinato dio paso a una fase con expectativas de cambio; Carlos Arias Navarro, el nuevo presidente, hab�a planteado la posibilidad de una evoluci�n dentro del r�gimen. Pero cualquier intenci�n aperturista era contestada desde los sectores m�s conservadores del Ej�rcito, Guardia Civil, la polic�a, falange y otros miembros interesados en que todo siguiera igual. A ese sector se le dio el nombre de ?b�nker?, al frente del cual se encontraba un viejo falangista, J. A. Gir�n de Velasco.
En el ej�rcito, igual que hab�a oficiales partidarios de mantener el orden, hab�a otros partidarios de una democratizaci�n (en torno a la UMD: Uni�n Militar Democr�tica): como el general D�ez Alegr�a, que en el verano de 1975 abort� una trama ultraderechista. El fin de la dictadura en Portugal, guiada por militares (Revoluci�n de los Claveles), alentaba las esperanzas de quienes pensaban que se pod�a conseguir una ruptura democr�tica.
? La oposici�n entre 1973 y 1975
Santiago Carrillo, l�der del PCE, cre�a posible lograr una transici�n pac�fica hacia la democracia; aunque ello supusiera ir hacia una democracia capitalista y burguesa, pero hab�a que hacer ver a los trabajadores que era preferible una situaci�n as�, antes que retroceder a posturas fascistas; de ah� que se comprometiera con la libertad. En el PSOE, tras el Congreso de Suresnes de 1974, se optaba por un proyecto socialdem�crata.
En esas circunstancias de consenso por parte de las fuerzas democr�ticas, el dictador enferm� en julio de 1974. Entonces, Carrillo crea en Par�s la Junta Democr�tica, que agrupaba a la oposici�n democr�tica de izquierda: PCE, PTE (Partido de los Trabajadores de Espa�a) y PSP (Partido Socialista Popular, de Tierno Galv�n); a la vez que exig�a al Gobierno amnist�a, libertades y derechos fundamentales. Un a�o despu�s, de los contactos entre PSOE y los grupos democristianos de Ruiz Gim�nez nace la Plataforma de Convergencia Democr�tica.
? Crisis Final y muerte de Franco
Mientras ETA y el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patri�tico) contin�an la oposici�n violenta, numerosas manifestaciones exig�an el cambio democr�tico. Pero la dura represi�n de Arias Navarro demostraban la nula voluntad de �ste a ceder (por cierto, el pr�ncipe Juan Carlos no congeniaba con Arias Navarro?).
Adem�s, los miembros del b�nker presionan y critican a algunos miembros del ejecutivo considerados blandos (uno de ellos, P�o Cabanillas, ministro de Informaci�n y Turismo, es cesado). A comienzo de 1975, otra crisis origina nuevos cambios ministeriales, entre los que destaca la entrada de Adolfo Su�rez.
A finales de septiembre, dos miembros de ETA y tres del FRAP son fusilados tras aplicar la nueva ley antiterrorista. El 1 de octubre el dictador aparece en p�blico por �ltima vez en la Plaza de Oriente, donde acusa a los comunistas de provocar las reacciones que se suced�an en el extranjero por la muerte de los activistas citados.
La oposici�n ve�a m�s necesario que nunca acabar con el r�gimen y lograr la ruptura democr�tica, por lo que se unen las mencionadas Plataforma de Convergencia Democr�tica y la Junta Democr�tica (lo que se llam� ?plata-junta?) que supuso la puesta en pr�ctica de acciones para exigir el respeto a los derechos humanos y la libertad pol�tica y sindical.
En ese contexto, a finales de octubre Marruecos env�a a miles de personas al Sahara espa�ol (la famosa ?Marcha Verde?), reivindicando ese territorio. Te�ricamente, Espa�a deb�a haber efectuado un refer�ndum entre los saharahuis, para que decidieran si quer�an ser independientes o marroqu�es; pero al final se decidi� el reparto entre Marruecos y Mauritania, sin tener en cuanta la opini�n de los saharahuis.
El 20 de Noviembre de 1975 fallece Franco, y con �l termina el r�gimen personalista basado en el autoritarismo, el catolicismo, el patriotismo y el rechazo a cualquier democratizaci�n. A partir de entonces se inicia una etapa conocida como la Transici�n Pol�tica.
1. LA POL�TICA ECONOMICA (1959-1975)
Hacia 1959 el objetivo de los ministros m�s desarrollistas era el de liberalizar la econom�a espa�ola para situarla al nivel de los pa�ses occidentales, a la vez que se favorec�an cambios profundos en la sociedad espa�ola; y, aunque esto �ltimo no agradaba ni a Franco ni a Carrero Blanco, se emprendi� la reforma con el argumento de que el empeoramiento econ�mico podr�a traer funestas consecuencias para el r�gimen.
- As� se aprueba el famoso Plan de Estabilizaci�n en 1959: plan de ordenaci�n econ�mica que intenta transformar las estructuras productivas, liberalizar el mercado y abandonar gradualmente el intervencionismo estatal. La mayor�a de los sectores productivos estuvieron de acuerdo, as� como numerosos organismos internacionales (como el FMI) y el gobierno de los Estados Unidos, que colaboraron con cuantiosas sumas de dinero.
- En 1962 se cre� la Comisar�a del Plan del Desarrollo (dirigida por L�pez Rod�), para transformar la econom�a espa�ola y reducir los desequilibrios regionales, mejorar el nivel de vida de los espa�oles y modernizar las estructuras productivas. De aqu� sali� el Primer Plan de Desarrollo Econ�mico y Social (1964-1967), puesto en pr�ctica tras una etapa de notable crecimiento econ�mico, que hab�a duplicado la renta nacional respecto a la d�cada anterior. Se basaba en la inversi�n privada y en la eliminaci�n de los desequilibrios regionales, surgiendo as� los Polos de Desarrollo y de Promoci�n Industrial.
Pero los resultados del Plan no fueron del todo satisfactorios, pues no se crearon tantas empresas como se preve�a y el empleo fue menor de los esperado: de hecho, la emigraci�n hacia el interior y hacia el exterior segu�a increment�ndose, siguiendo creciendo las zonas m�s ricas.
- El II Plan se realiz� entre 1969 y 1971: fue una continuaci�n del anterior y sus efectos no mejoraron. Igual que el III Plan, relanzado entre 1972 y 1975, en plena crisis econ�mica mundial (petr�leo), cuyo fin coincidir�a con el de la dictadura.
2.- CONSECUENCIAS DEL DESARROLLISMO
? Transformaciones socioecon�micas:
- La mayor�a de las empresas de los a�os setenta crecieron gracias a las inversiones de la banca, cuyo poder era enorme (fue la gran protagonista).
- Los desequilibrios regionales se mantuvieron y mientras Catalu�a, Madrid y Pa�s Vasco vieron crecer su renta, en las dem�s regiones disminuyeron. No obstante, si uno observa el PIB y otros indicadores (renta per c�pita y saldo de la Balanza de Pagos), se aprecia un progreso continuo entre 1960 y 1973 (con oscilaciones tambi�n).
- Por sectores, retrocedi� el agroganadero, creciendo el sector industrial en los a�os sesenta (sobre todo el autom�vil, astilleros, el�ctricas, siderurgia, miner�a, etc) y, a partir de mediados de los a�os setenta, el de servicios (especialmente en las ciudades).
- El notable incremento del turismo se debi� tanto a la apertura econ�mica como a las propias condiciones geogr�ficas. Los ingresos se multiplicaron, gracias a la entrada de capital; el empleo creci� y aument� el nivel de vida en las �reas afectadas; se modific� el urbanismo y crecieron las infraestructuras (carreteras, aeropuertos, etc.). Los cambios m�s notables tuvieron lugar en las islas y en la ribera del Mediterr�neo.
- El desarrollo urbano fue consecuencia tambi�n del �xodo rural, provoc� un crecimiento espectacular en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla..., dando origen a la aparici�n de �reas metropolitanas y conurbaciones. As�, a comienzos de los setenta, la tercera parte de la poblaci�n espa�ola viv�a en las ciudades de m�s de 100.000 habitantes.
- Consecuencia importante del desarrollismo fue la emigraci�n hacia los pa�ses europeos, lo que sirvi� para amortiguar el paro existente y transferir divisas a Espa�a (ahorro).
- Las consecuencias medioambientales fueron funestas. La contaminaci�n urbana, en grandes ciudades y periferia, el incremento masivo de veh�culos; la inexistencia de l�mites al impacto medioambiental, los vertidos contaminantes a los r�os y a la atm�sfera, el crecimiento incontrolado de las ciudades, son efectos del desarrollo donde primo la cantidad sobre la calidad.
? La situaci�n de la agricultura
La modernizaci�n econ�mica afect� tambi�n al campo: las obras hidr�ulicas, pusieron en regad�o miles de hect�reas, el n�mero de tractores se duplic�, el uso de fertilizantes se generaliz�, as� como la especializaci�n de cultivos y la promoci�n ganadera...
A lo largo de la d�cada, el campo fue perdiendo poblaci�n (sobre todo j�venes), debido a las nuevas expectativas en otros sectores y como consecuencia de la crisis agraria que se agudiza a partir de ahora, originando el llamado �xodo rural, que vac�a y envejece los pueblos.
Lo m�s positivo de la disminuci�n de la mano de obra fue el aumento de los salarios; pero la producci�n, y por tanto la rentabilidad de las peque�as explotaciones, disminuy�; por esta raz�n se llev� a cabo una pol�tica de concentraci�n parcelaria, seguida de una de ordenaci�n rural, por la que se pretend�a concentrar explotaciones y hacerlas m�s rentables, en muchos casos creando cooperativas. Esta pol�tica permiti� la modernizaci�n del campo.
Adem�s, los organismos anteriores (como el INC) se convierten en el IRYDA (Instituto para la Reforma Y el Desarrollo Agrario).
La mecanizaci�n del campo espa�ol fue un proceso r�pido: tractores, cosechadoras y dem�s �tiles se incrementaron de forma espectacular, compensando la p�rdida de poblaci�n. Se abandonan tierras no mecanizables y se especializ� el cultivo, creciendo los regad�os.
En estas d�cada, aunque se dispar� la exportaci�n de productos como el aceite, vino, frutas y hortalizas, segu�a habiendo un d�ficit en la balanza comercial agraria, debido a las importaciones de cereales (para consumo humano) y piensos para la creciente caba�a ganadera.
La dieta alimenticia de los espa�oles mejor� gracias al incremento de la producci�n c�rnica y l�ctea, muy deficientes antes.
La ampliaci�n de superficies de regad�o fue una lucha constante por parte del IRYDA, que permiti� poner en regad�o m�s de un mill�n y medio de hect�reas.
En resumen el desarrollismo contribuy� al progreso econ�mico, modernizaci�n productiva y aumento en el nivel de vida de los espa�oles; pero consolid� los desequilibrios regionales con un �xodo rural que despobl� muchas aldeas, favoreci� la especulaci�n del suelo en las grandes ciudades, la dependencia tecnol�gica del exterior y la aparici�n de problemas medioambientales. La crisis de 1973, marca el fin de esta etapa de prosperidad.
3. TRANSFORMACIONES SOCIALES Y CULTURALES
? Cambios de mentalidad
EL progreso econ�mico y la apertura hacia el exterior modelaron gradualmente a una sociedad atrasada y rural, que fue entrando de lleno en el consumismo y en la modernidad. El proceso de urbanizaci�n, los electrodom�sticos, el turismo, los nuevos medios de comunicaci�n de masas favorecieron el cambio de mentalidad y la adopci�n de nuevos h�bitos sociales.
? Los cambios demogr�ficos
El desarrollo industrial, con el �xodo rural a que dio lugar, despobl� y envejeci� el �mbito rural (seg�n hemos explicado ya antes).
- En los a�os sesenta Espa�a asisti� a un crecimiento demogr�fico continuo (de 28 millones de habitantes en los a�os cincuenta se pasa a 35 millones a mediados de los setenta). Ese ascenso fue debido al mantenimiento de una elevada tasa de natalidad (20 por mil), al descenso progresivo de la mortalidad (incluyendo la infantil) y al aumento de la esperanza de vida. As� pues, la etapa de la posguerra hab�a sido superada. Sin embargo, a mediados de los sesenta se inicia un nuevo modelo demogr�fico (moderno), ya que empieza a desaparecer el baby boom de la etapa anterior, comenzando a disminuir la natalidad (empezando por la ciudades) debido a la gradual incorporaci�n de la mujer en el trabajo (fuera del �mbito familiar).
- La pol�tica llevada a cabo en materia de Seguridad Social permiti� a la poblaci�n Espa�a una mejor y m�s amplia asistencia sanitaria. Por otro lado, la difusi�n de nuevos h�bitos higi�nicos, la mejora de la nutrici�n, progresos de la medicina e general, etc, influy� en la paulatina disminuci�n de las cifras de mortalidad, aumentando la citada esperanza de vida.
- Tambi�n hemos hablado de las migraciones, que influyeron tanto en la distribuci�n de la poblaci�n espa�ola como en el crecimiento real. Afluy� sobre todo hacia regiones desarrolladas del pa�s, as� como hacia pa�ses europeos y suramericanos (tras el fin del aislamiento), con un crecimiento variable, hasta la crisis econ�mica mundial de 1973.
En zonas como Madrid, Barcelona o Pa�s Vasco la densidad poblacional se situ� en torno a los 120 habitantes por kil�metro cuadrado a mediados de los sesenta; sin embargo, la creaci�n de Polos de Desarrollo permitir� la expansi�n en torno a otros focos secundarios: como Sevilla, Zaragoza y Valencia.
? Los cambios sociales:
La modernizaci�n del pa�s ya se notaba a mediados de los sesenta, y se hizo m�s notorio en la d�cada de los setenta. A partir de ahora, la nobleza terrateniente y otros grupos conservadores pierden protagonismo a favor de los tecn�cratas (clases medias urbanas, con formaci�n universitaria).
- Respecto a los sectores sociales, en la d�cada de los setenta a�n continuaba casi igual la estructura de la sociedad espa�ola: con una minor�a (entre el 0?5 y el 1 % del total) que pose�a un elevado porcentaje (m�s del 20 %) de la riqueza. Destacaba una potente clase media (un 50 % de la poblaci�n), seguido de la clase obrera (32 %).
- Pero la situaci�n laboral segu�a anquilosada, pues el desarrollismo econ�mico no la moderniz� (no exist�a el derecho a la huelga ni a la libre sindicalizaci�n).
Fue a partir de 1960 cuando se establecieron normas que regulaban las funciones laborales: se estableci� el salario m�nimo y el gobierno se reserv� la potestad de intervenir para corregir una conflictividad que a la postre fue creciendo, sobre todo en la zonas industriales.
En la clandestinidad se extendieron las redes sindicales, en clara oposici�n al r�gimen: USO (Uni�n Sindical Obrera) y CCOO (Comisiones Obreras) estaban presentes en casi todas las empresas. La reacci�n del gobierno fue tard�a, ya en los a�os setenta y con una actitud represiva.
- En la ense�anza hubo grandes cambios, cuando a partir de los a�os sesenta se potencia la ense�anza estatal sobre la privada, se incrementa el presupuesto en Educaci�n, se pusieron en marcha campa�as de escolarizaci�n de adultos, se crearon medio centenar de institutos de Ense�anza Media, m�s colegios y redes de transporte, escuelas comarcales, becas y se impuso la edad de escolarizaci�n obligatoria hasta los 14 a�os.
Qued� aplazada sin embargo la reforma universitaria, que trataba a este ente como un problema de orden p�blico.
- La pol�tica social del franquismo en esta �poca sufre un ligero cambio: a pesar de la censura, hubo una mayor tolerancia y se redujo la influencia dela Iglesia y de la tradici�n.
Los cambios econ�micos derivados de la pol�tica liberalizadora dar�n origen a la Seguridad Social (1963), que sustituye a los antiguos seguros y Mutualidades y que garantizada las prestaciones de jubilaci�n y de asistencia sanitaria a todo trabajador dado de alta.
? Cambios socioculturales
- Los h�bitos delos espa�oles sufrieron una profunda transformaci�n, la juventud reclamaba m�s libertad frente al autoritarismo paternalista y la mujer aspiraba a una igualdad plena en su formaci�n y en el trabajo. Cambios que tambi�n afectaron a la familia tradicional.
- La clase media tom� el protagonismo, y surgen nuevas conductas consumistas al aumentar la renta: electrodom�sticos (que liberaban a la mujer de muchos trabajos caseros), el autom�vil (que dej� de ser un lujo y se convirti� en un medio habitual de transporte) y el turismo interior.
El turismo y la televisi�n hicieron posible el desarrollo sociocultural, que impact� en la juventud: la m�sica pop y rock desplazaron a la m�sica tradicional espa�ola, se adoptaron nuevos h�bitos en el vestir (vaqueros, pelo largo?) y en la concepci�n moral (demanda de mayor libertad sexual y de relaciones no estables). Las conductas se hicieron menos convencionales y m�s permisivas.
- La Iglesia a�n conservaba su protagonismo como entidad colaboradora en el mantenimiento del orden tradicional, controlando los h�bitos y velando por la moralidad. Pero, poco a poco, las normas impuestas desde el p�lpito ser�n sustituidas por h�bitos m�s laicos.
Los a�os sesenta fueron cr�ticos para esta instituci�n, que tard� en adaptarse a los nuevos tiempos, en los que se reduc�an dr�sticamente las vocaciones de seminaristas.
4-LA SITUACI�N POL�TICA ESPA�OLA ENTRE 1960 Y 1975
4.1.- El Continuismo (d�cada de los sesenta)
Mientras crec�a la oposici�n interior y exterior, Franco quiso dejar asegurada la perpetuaci�n del r�gimen. Tan s�lo se produjeron algunos cambios, introduciendo con algunas leyes t�midas reformas que no afectaban a la continuidad. Las m�s importantes fueron:
- La Ley de Prensa, elaborada por M. Fraga en 1966, supuso un avance relativo, en cuanto que suavizaba el control sobre revistas, libros y peri�dicos y eliminaba la censura previa. Sin embargo, no se conced�a libertad de expresi�n y numerosos diarios sufrieron la censura.
- La Ley Org�nica del Estado (diciembre de 1966): redefini� al Estado espa�ol como una democracia org�nica (igual que antes), por la que la soberan�a y representaci�n individual era sustituida por la de �rganos (familia, sindicato y municipio). Pero desaparece la terminolog�a fascista y el poder se presenta menos concentrado en manos de Franco (separaci�n de funciones entre Presidente del Gobierno y del Jefe de Estado), a la vez que se preparaba la sucesi�n mon�rquica cuando Franco desapareciese. Adem�s, una parte de los procuradores a Cortes pod�an ser elegidos por cabezas de familia y mujeres casadas.
- La Ley de Libertad Religiosa (1967), forzada por el Concilio Vaticano II).
La Sucesi�n de Franco se plante� ya en esta etapa, por lo que en 1967 Franco nombra a Carrero Blanco vicepresidente del Gobierno, quien reconoci� que la continuidad del r�gimen pod�a quedar asegurada con la instauraci�n mon�rquica en la figura de Juan Carlos de Borb�n (de acuerdo con la Ley de Sucesi�n de 1947).
El pr�ncipe ya estudiaba en Espa�a desde 1948 (seg�n el acuerdo del Palacio de las Cabezas), y contrajo matrimonio con la princesa Sof�a en 1962. De ese modo en julio de 1969, ante las Cortes y en presencia de Franco, fue proclamado sucesor de Franco a su muerte y con el t�tulo de Rey; vi�ndose obligado a aceptar unas leyes que no le agradaban.
4.2.- La oposici�n al Franquismo (1960-1975)
Aunque el r�gimen insist�a en mantener su posici�n ideol�gica, la sociedad aspiraba a un cambio en todos los sentidos: libertad pol�tica, educativa, laboral, prensa, etc.
? La actitud dela iglesia
Con el Concordato de 1953 hubo colaboraci�n mutua entre la Iglesia y el Estado. Esa era la iglesia oficial, porque durante los a�os sesenta surge en los movimientos cat�licos juveniles la cr�tica a aquel esp�ritu colaboracionista, sobre todo ante la restricci�n y la represi�n de libertades que el gobierno aplicaba en los conflictos laborales y con los estudiantes.
La primera gran demostraci�n opositora fue una carta firma por 300 sacerdotes vascos denunciando el totalitarismo franquista y la ausencia de libertades, similares fueron las declaraciones del abad de Monserrat criticando la falta de libertad.
Catalu�a y Pa�s Vasco fueron las regiones en las que el clero no oficialista protagoniz� mayores actos de protesta contra el r�gimen, forzando a la Conferencia Episcopal a reconocer p�blicamente el derecho de los espa�oles a asociarse sindicalmente.
A partir de 1969, incluso en el Vaticano, se observa una tendencia a favor de la libertad en Espa�a. De hecho, los contactos para renovar el Concordato quedaron rotos por la negativa de Franco a renunciar al derecho de nombrar obispos. Destacan dos figuras en este e sector de la iglesia contestataria: A�overos (obispo de Bilbao) y Taranc�n (cardenal primado).
? La oposici�n obrera
A lo largo del desarrollismo los conflictos obreros fueron constantes, por las condiciones de trabajo y la ausencia del derecho de reuni�n y asociaci�n. Con la UGT en el exilio, Comisiones Obreras (CCOO, fundada por Marcelino Camacho y Juli�n Ariza) se convierte en la gran protagonista del sindicalismo clandestino. Llev� a acabo actuaciones que planteaban tanto la negociaci�n sindical como la reivindicaci�n activa en los conflictos obreros. Pero fue declarada ilegal por el Tribunal Supremo y sus dirigentes condenados en el famoso proceso 1.001, por supuesta vinculaci�n con el PCE, tambi�n clandestino. A partir de los a�os sesenta UGT y CCOO se convirtieron en los sindicatos mayoritarios.
? La oposici�n estudiantil universitaria
La Universidad plante� una clara oposici�n al r�gimen, sobre todo desde 1956; y en los a�os siguientes se mantuvo y creci�.
Frente a la postura del SEU, de tendencia falangista, estudiantes y profesores muestran su inconformismo con el sistema educativo; y las conferencias y otros actos fueron el medio de canalizar esas protestas. Por ello, numerosos estudiantes fueron detenidos, muchos profesores sancionados, expedientados o separados de sus c�tedras por declaraciones a favor de la democratizaci�n (Tierno Galv�n, Garc�a Calvo, L�pez Aranguren, etc).
En 1969 un estudiante muere al caer desde el tercer piso de una comisar�a, y las manifestaciones de estudiantes se sucedieron en se�al de protesta adhiri�ndose a ellas profesores y abogados en contra delos malos tratos policiales. Manuel Fraga impuso el estado de excepci�n y la represi�n se extendi�.
? La oposici�n pol�tica
En 1960 no exist�an en Espa�a partidos pol�ticos como los entendemos hoy en d�a, pero el activismo en la clandestinidad era muy vivo. As�, mientras en el exterior se enzarzaban en disputas, en el interior algunas formaciones con talante progresista continuaron con sus actividades desgastando al r�gimen.
- La oposici�n democristiana propugnaba el pluralismo pol�tico y la apertura democr�tica como �nico medio para acabar con el descontento popular. Entre ellos cabe destacar a J. M�. Gil Robles y J. Ruiz-Gim�nez.
- La oposici�n socialista fue particularmente activa en Asturias, Pa�s Vasco, Madrid y Sevilla. A la muerte de sus dirigentes hist�ricos, nuevas figuras del PSOE cobraron protagonismo a partir del XI Congreso celebrado en Toulouse (F. Gonz�lez, G. Peces Barba, E. M�jica, etc).
- Los comunistas del PCE tuvieron vinculaci�n muy directa con la lucha obrera a trav�s de CCOO. Por eso ejercer�a una labor de oposici�n desde el �mbito sindical. Adem�s de vivir la muerte y detenci�n de numerosos dirigentes, sufri� divisiones internas derivadas de las diferentes posturas. Sus l�deres m�s significados fueron: J. Sempr�n, D. Ibarruri y S. Carrillo.
- Una formaci�n de gran fuerza desde el a�o sesenta fue el FLP (Frente de Liberaci�n Popular, o felipe), cuyos miembros se autoproclamaban de izquierda (Nicol�s Sartorius). Sufri� una dura represi�n y con el tiempo sus miembros o se integraron en el PCE o abandonaron.
- Los nacionalismos tambi�n fueron una importante fuerza opositora. En Catalu�a cabe destacar la campa�a contra el director de La Vanguardia (franquista ac�rrimo), liderada entre otros por Jordi Pujol, que por entonces fue detenido y condenado. Mientras en el Pa�s Vasco el PNV aglutinaba las aspiraciones nacionalistas vascas; aunque una escisi�n de �ste en 1959 dio lugar a la aparici�n de ETA, que defend�a la oposici�n armada contra el r�gimen.
- En 1962, con ocasi�n del IV Congreso del Movimiento europe�sta celebrado en Munich, en el que participaron destacadas figuras de la pol�tica y la intelectualidad espa�ola (procedentes tanto de Espa�a como del exilio), se manifiestan contra la dictadura y a favor de la democracia. Aquel hecho se conoce por el nombre franquista de ?El Contubernio de Munich?, y la respuesta del gobierno hacia los participantes fue darles a elegir entre el destierro o el exilio.
Ante esa oposici�n casi generalizada, el Gobierno respond�a con la represi�n. Y a partir de los a�os sesenta la suspensi�n de los supuestos derechos civiles reflejados en el Fuero de los Espa�oles era un hecho bastante frecuente. Para ello, el Gobierno decretaba el estado de excepci�n y pod�a reprimir sin obst�culos cualquier manifestaci�n antifranquista.
La legislaci�n consideraba como contrario al orden p�blico los paros colectivos, cierres ilegales, manifestaciones y reuniones p�blicas ilegales, o cualquier actos de subversi�n y violencia, divulgaci�n de noticias ?falsas?, etc. Un tribunal de orden p�blico creado en 1963, el famoso TOP, era el �rgano encargado de la detenci�n y juicio contra los encausados por delitos pol�ticos. Estaba dirigido por un militar, y fue el responsable de las torturas y condenas dictadas sin el amparo de una defensa justa.
El Proceso de Burgos en 1970 fue famoso porque conden� a nueve etarras a pena de muerte y a siete m�s a cadena perpetua, en medio de una campa�a de presi�n internacional.
5. FIN DEL R�GIMEN
? El asesinato de Carrero Blanco
El hecho m�s trascendente de ETA fue el asesinato de Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973, en la llamada operaci�n ogro. Para muchos, esa operaci�n contra el mism�simo presidente del gobierno marcar�a el fin del franquismo.
Entre 1973 y 1975, el temor inicial a un endurecimiento represivo tras ese asesinato dio paso a una fase con expectativas de cambio; Carlos Arias Navarro, el nuevo presidente, hab�a planteado la posibilidad de una evoluci�n dentro del r�gimen. Pero cualquier intenci�n aperturista era contestada desde los sectores m�s conservadores del Ej�rcito, Guardia Civil, la polic�a, falange y otros miembros interesados en que todo siguiera igual. A ese sector se le dio el nombre de ?b�nker?, al frente del cual se encontraba un viejo falangista, J. A. Gir�n de Velasco.
En el ej�rcito, igual que hab�a oficiales partidarios de mantener el orden, hab�a otros partidarios de una democratizaci�n (en torno a la UMD: Uni�n Militar Democr�tica): como el general D�ez Alegr�a, que en el verano de 1975 abort� una trama ultraderechista. El fin de la dictadura en Portugal, guiada por militares (Revoluci�n de los Claveles), alentaba las esperanzas de quienes pensaban que se pod�a conseguir una ruptura democr�tica.
? La oposici�n entre 1973 y 1975
Santiago Carrillo, l�der del PCE, cre�a posible lograr una transici�n pac�fica hacia la democracia; aunque ello supusiera ir hacia una democracia capitalista y burguesa, pero hab�a que hacer ver a los trabajadores que era preferible una situaci�n as�, antes que retroceder a posturas fascistas; de ah� que se comprometiera con la libertad. En el PSOE, tras el Congreso de Suresnes de 1974, se optaba por un proyecto socialdem�crata.
En esas circunstancias de consenso por parte de las fuerzas democr�ticas, el dictador enferm� en julio de 1974. Entonces, Carrillo crea en Par�s la Junta Democr�tica, que agrupaba a la oposici�n democr�tica de izquierda: PCE, PTE (Partido de los Trabajadores de Espa�a) y PSP (Partido Socialista Popular, de Tierno Galv�n); a la vez que exig�a al Gobierno amnist�a, libertades y derechos fundamentales. Un a�o despu�s, de los contactos entre PSOE y los grupos democristianos de Ruiz Gim�nez nace la Plataforma de Convergencia Democr�tica.
? Crisis Final y muerte de Franco
Mientras ETA y el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patri�tico) contin�an la oposici�n violenta, numerosas manifestaciones exig�an el cambio democr�tico. Pero la dura represi�n de Arias Navarro demostraban la nula voluntad de �ste a ceder (por cierto, el pr�ncipe Juan Carlos no congeniaba con Arias Navarro?).
Adem�s, los miembros del b�nker presionan y critican a algunos miembros del ejecutivo considerados blandos (uno de ellos, P�o Cabanillas, ministro de Informaci�n y Turismo, es cesado). A comienzo de 1975, otra crisis origina nuevos cambios ministeriales, entre los que destaca la entrada de Adolfo Su�rez.
A finales de septiembre, dos miembros de ETA y tres del FRAP son fusilados tras aplicar la nueva ley antiterrorista. El 1 de octubre el dictador aparece en p�blico por �ltima vez en la Plaza de Oriente, donde acusa a los comunistas de provocar las reacciones que se suced�an en el extranjero por la muerte de los activistas citados.
La oposici�n ve�a m�s necesario que nunca acabar con el r�gimen y lograr la ruptura democr�tica, por lo que se unen las mencionadas Plataforma de Convergencia Democr�tica y la Junta Democr�tica (lo que se llam� ?plata-junta?) que supuso la puesta en pr�ctica de acciones para exigir el respeto a los derechos humanos y la libertad pol�tica y sindical.
En ese contexto, a finales de octubre Marruecos env�a a miles de personas al Sahara espa�ol (la famosa ?Marcha Verde?), reivindicando ese territorio. Te�ricamente, Espa�a deb�a haber efectuado un refer�ndum entre los saharahuis, para que decidieran si quer�an ser independientes o marroqu�es; pero al final se decidi� el reparto entre Marruecos y Mauritania, sin tener en cuanta la opini�n de los saharahuis.
El 20 de Noviembre de 1975 fallece Franco, y con �l termina el r�gimen personalista basado en el autoritarismo, el catolicismo, el patriotismo y el rechazo a cualquier democratizaci�n. A partir de entonces se inicia una etapa conocida como la Transici�n Pol�tica.
Tema 10 H� Bachillerato
LA DICTADURA DE FRANCO HASTA LA DECADA DE LOS A�OS SESENTA
1.-RASGOS ESENCIALES DEL REGIMEN FRANQUISTA
En su larga duraci�n (casi 40 a�os) la dictadura de Franco destaca por una serie de rasgos constantes: dictadura personal, represi�n pol�tica e ideol�gica e impronta pol�tica y cat�lica. Sin embargo, es posible establecer dos grandes per�odos:
? El primero de ellos se extiende entre el fin de la Guerra Civil y finales de la d�cada de los a�os cincuenta. En esta etapa destaca el alineamiento con las potencias fascistas en la 2� Guerra Mundial, el aislamiento internacional posterior, la autarqu�a y recesi�n econ�mica, la involuci�n social y cultural, etc.
? Un segundo se extiende desde esta fecha hasta comienzos de los a�os setenta, cuando se inician una serie de cambios: progresiva apertura al exterior (no en el interior), transformaci�n de la econom�a y sociedad, modernizaci�n industrial (PEN del 1959), auge tur�stico, crecimiento demogr�fico (baby boom), emigraci�n interior y exterior (�xodo rural), etc. Pero, a pesar de los cambios, aumenta la conciencia antifranquista.
2.- FUNDAMENTOS IDEOL�GICOS Y APOYOS SOCIALES
Centr�ndonos ahora en la primera etapa, el integrismo cat�lico y el fascismo constituyen las fuentes ideol�gicas del franquismo. Lo que se traduce en:
- Antiliberalismo: es decir, rechazo al parlamentarismo, a la divisi�n de poderes y a la representaci�n pol�tica a trav�s de partidos. Cuando al final de la Segunda Guerra Mundial se pretenda disimular de cara al exterior el car�cter dictatorial del r�gimen, se recurrir� a formas de representaci�n de tipo corporativo: elecci�n de procuradores a Cortes a trav�s del sindicato, la familia y el municipio = ser� la denominada democracia org�nica.
- Anticomunismo. El franquismo era ante todo anticomunista, y ello englobaba bajo el termino de ?rojos? a socialistas, comunistas, anarquistas, etc. �sta ser� la cara con la que tender� a identificarse con las potencias occidentales, sobre todo cuando comience la Guerra Fr�a (para evitar el aislamiento).
- Visi�n jer�rquico-autoritaria de la pol�tica y de la sociedad, de claro origen fascista. La figura de Franco se reverenciaba como un caudillo enviado por Dios para salvar a la Patria: as�, junto a la bandera y el crucifijo su efigie ser� habitual en los edificios p�blicos. Esta visi�n del l�der se extiende a la sociedad: la autoridad del padre de familia, el maestro de escuela, el patr�n, etc, participan de esas caracter�sticas.
- El nacional-catolicismo. Con este t�rmino se alude a la identificaci�n entre el r�gimen y el catolicismo, acu�ado por la iglesia cuando a Franco se le otorga el car�cter de cruzado victorioso. La iglesia vener� su figura y el franquismo impuso la doctrina cat�lica y facilit� su dominio cultural y social, independientemente de derogar toda la legislaci�n laica de la Rep�blica.
- El militarismo. Los valores castrenses destacan la ideolog�a que difunde el franquismo: honor, valor, obediencia ciega, dar la vida por la Patria... As�, la vida en los a�os 40 se impregnan de militarismo, en la educaci�n f�sica de la escuela, en las organizaciones juveniles (OJE, Secci�n Femenina, etc.). Adem�s, penetra en la administraci�n, donde excombatientes, mutilados, etc., tienen preferencia para entrar.
- Nacionalismo espa�olista. El separatismo, junto con el comunismo (y la supuesta conjura judeo-mas�nica?), fue la bestia negra del r�gimen, a los que atribu�an todos los males de Espa�a. Se trat� de borrar el sentimiento regionalista (catal�n y vasco, sobre todo), con la prohibici�n de ense�as, himnos, lenguas y defendiendo a ultranza lo espa�ol.
- Recurso al pasado como legitimaci�n del presente: especialmente a las etapas hist�ricas gloriosas pret�ritas (Reconquista, RRCC y �poca Imperial, de las que toman los s�mbolos y nombres); a la vez que rechazan las �pocas de decadencia de Espa�a (como los siglos XVII, XVIII y XIX), por los movimientos que as� lo estiman (Racionalismo, Liberalismo y Marxismo).
- Carencia de libertades. Desde la sublevaci�n y hasta 1945, los espa�oles no conocieron ning�n derecho. Se promulga entonces el Fuero de los Espa�oles: una ley que, de cara al exterior, pretend�a suplir el sistema de derechos y libertades de los que carec�a el pa�s. Es una lista con muchas restricciones y pocos derechos, sobre todo sino se era partidario del r�gimen.
- R�gimen de partido �nico. Los partidos y asociaciones del Frente Popular fueron declarados ilegales, y el Decreto de Unificaci�n de 1937 oblig� a todas las formaciones pol�ticas a integrarse en FET de las JONS: �nica organizaci�n pol�tica permitida, cuya jefatura era de Franco. De este modo, evit� que otros pudieran cuestionar su autoridad, y dispuso de un aparato pol�tico necesario para hacer incuestionable su liderazgo. De esta organizaci�n depend�an el frente de Juventudes, la Organizaci�n Sindical, el SEU (Sindicato Espa�ol Universitario) o la Secci�n Femenina. La pertenencia al partido no llevaba impl�cita la coincidencia de criterios, y hubo en su seno tendencias llamadas familias pol�ticas.
- Concentraci�n de poderes en Franco. Una vez que se convierte en General�simo y Jefe de Gobierno del Estado Espa�ol, asume todos los poderes y, aunque la intenci�n de los militares no era otorgarle estas funciones a perpetuidad, Franco consigui� convertirlo en vitalicio. A �l correspond�a el poder ejecutivo y legislativo (promulgaba leyes y decretos, incluso sin consulta previa al Consejo de Ministros). No ten�a limitaciones, pues el Consejo Nacional s�lo era un �rgano consultivo, compuesto por miembros elegidos por el dictador.
- Respecto a los apoyos sociales, y como es l�gico, cont� con importantes ayudas (por eso dur� tanto tiempo el franquismo?). Entre otras, destacan:
? Las clases dominantes: recuperan sus bienes y posici�n social debido a la anulaci�n de la Reforma Agraria o la confiscaci�n anterior, se anula la conflictividad social (huelgas, horarios, salarios, etc.). Por eso lo acepta tambi�n la burgues�a catalana, nacionalista.
? Las clases medias rurales: tambi�n le apoyan, porque desaparece la conflictividad y se restaura el orden, de acuerdo con su mentalidad cat�lica y tradicionalista.
? Las clases medias urbanas: fueron las m�s reprimidas, por su apoyo a la Rep�blica.
? Jornaleros y obreros industriales: como es natural, tampoco apoyan al franquismo, siendo duramente reprimidos y explotados por caciques y patronos.
3. EVOLUCI�N POL�TICA EN LOS A�OS CUARENTA Y CINCUENTA
El r�gimen franquista se vio condicionado por las circunstancias externas. Acabada la Segunda Guerra Mundial, se impon�a un cambio de fachada en el r�gimen para evitar la condena internacional. De ah� que se estudie conjuntamente la pol�tica exterior e interior en tres apartados:
3.1.- 1939-1945: los a�os de la Segunda Guerra Mundial
? La pol�tica exterior ser� clave en esta etapa, ante la situaci�n internacional:
? Primero se aproxima al Eje, por su afinidad ideol�gica y ayuda prestada en la Guerra Civil, por lo que se adhiere al Pacto Antikomintern. Aunque, al iniciarse la 2� Guerra Mundial, se declara neutral.
? Despu�s, con los avances alemanes y entrada de Italia, se pasa de la neutralidad a la NO beligerancia. Franco se entrevista con Hitler en Hendaya, con el fin de negociar la posible participaci�n (aunque Espa�a no interviene.
? Lo que s� hubo fue una colaboraci�n en materias primas (wolframio) y apoyo log�stico y, cuando Alemania invade la URSS, acuden voluntarios falangistas de la Divisi�n Azul (al mando del general Mu�oz Grandes). Este hecho sirvi� a Franco m�s tarde para justificar antes los aliados su doble comportamiento: neutralidad ante los aliados y apoyo a las potencias del Eje con el fin de luchar contra el comunismo.
? Nueva vuelta a la neutralidad, tras la evoluci�n de los acontecimientos.
? La Pol�tica interior:
Es la etapa azul, o fascista, del r�gimen, con predominio de falangistas en el gobierno y de la colaboraci�n con las potencias del Eje. Como es l�gico, influye la situaci�n exterior vista antes.
La figura clave el Ram�n Serrano S��er, art�fice de la institucionalizaci�n del franquismo desde su llegada al poder en 1938. �ste adopt� una pol�tica german�fila y, desde una posici�n de privilegio (ministro de Gobernaci�n y de Asuntos Exteriores), promocion� a los miembros de la familia falangista, en el Gobierno y en el Partido, con la intenci�n de convertirlo en un Partido totalitario: organizaciones de masas, dependientes de la FET y de la JONS (Frente de Juventudes, Secci�n Femenina, organizaci�n sindical, etc.).
Sin embargo, no lo consigue y el Partido se convirti� en un instrumento al servicio del Estado, que desnaturaliz� sus programas y organismos; al contrario de lo que suele suceder en los reg�menes fascistas, donde el Partido predomina sobre el Estado. Adem�s, siempre cont� con la competencia de la Iglesia y el Ej�rcito en las tareas de ideologizaci�n y encuadramiento de la juventud.
Son los a�os de la represi�n de la Masoner�a y del Comunismo, de la Ley de Responsabilidades Pol�ticas y de los Consejos de Guerra que se extienden por el territorio.
Pero, a partir de 1942, se redujo el poder de los pronazis y es destituido Serrano Su�er (le sustituye el angl�filo Jordana).
Asimismo, se promulgaba la Ley de Creaci�n de las Cortes, con la que se revest�a al franquismo de representatividad (para disimular la Dictadura): mediante sufragio restringido se eleg�an a diputados (procuradores) en representaci�n de sindical (1/3), Colegios Profesionales y Academias (otro 1/3) y FET de la JONS (el otro 1/3). Su actuaci�n era m�s deliberativa que legislativa.
3.2.- Entre 1945 y 1950: el Aislamiento Internacional
? Pol�tica exterior:
El desenlace de la Segunda Guerra Mundial, con la derrota del fascismo, oblig� a adaptarse al r�gimen, destacando las singularidades del mimo: anticomunismo, catolicismo y negando el totalitarismo; a la vez que suprime los signos externos fascistas (como el t�pico saludo...).
- En la Conferencia de Postdam (julio de 1945), USA, Gran Breta�a y la URSS condenan el r�gimen; y no permiten a Espa�a el ingreso en la ONU: organismo que tambi�n condena nuestro r�gimen y recomend� la retirada de embajadores de Espa�a. Era el inicio del aislamiento internacional de la Espa�a de Franco.
- Pero, como comienza la guerra fr�a, no hay intervenci�n extranjera...
- En estos a�os de aislamiento, y para conseguir productos b�sicos (como petr�leo y alimentos), el gobierno de Franco inicia una pol�tica de acercamiento a los pa�ses �rabes, con Portugal y Suram�rica (especialmente con la Argentina de Per�n, que suministr� a Espa�a cereal y carne).
? Pol�tica interior:
En julio de 1945 se remodela el Gobierno, entrando en �l (y en otros altos cargos de la Administraci�n) personajes significativos del catolicismo. As� se consigue el apoyo del Vaticano (sobre todo con la influencia de Mart�n Artajo).
- Paralelamente se promulg� el Fuero de los Espa�oles, donde se reflejaban los derechos y libertades de los espa�oles: aunque s�lo a favor del franquismo, pero no en contra.
- En octubre de 1945 la Ley de Refer�ndum Nacional, que ofrece la apariencia de sufragio universal: porque dispon�a que, cuando la trascendencia de determinadas leyes lo aconsejara, el Jefe de Estado las someter�a a refer�ndum. En cualquier caso las consultas nunca tendr�an garant�as democr�ticas, y s�lo se recurri� a �l dos veces: cuando la Ley de Sucesi�n de 1947, y en la Ley Org�nica del Estado de 1966.
La Ley de Sucesi�n defin�a a Espa�a como un estado cat�lico, social y representativo que, de acuerdo con la tradici�n, se declaraba constituido en Reino. Con esta ley se zanjaba una cuesti�n importante, pues eran numerosos los espa�oles que ped�an restaurar la monarqu�a. El problema estaba en el enfrentamiento entre Franco y D. Juan de Borb�n: hijo y heredero de Alfonso XIII, firmante del Manifiesto de Lausana, que defend�a la monarqu�a constitucional y el Estado de Derecho como �nico sistema pol�tico capaz de reconciliar a los espa�oles. Con la Ley de Sucesi�n Franco content� a los mon�rquicos y a los tradicionalistas, ya que la cuesti�n de la sucesi�n quedaba abierta. M�s adelante se solucionar� el problema con D. Juan.
- En 1947 se promulga la Ley de Represi�n del Bandidaje y el Terrorismo para la represi�n y persecuci�n del ?maquis?, que resist�a en las principales zonas monta�osas de la Pen�nsula.
3.3.- de 1950 a 1959: el reconocimiento internacional del R�gimen
? Exteriormente, en 1950 comienza la Guerra de Corea, primer conflicto entre bloques desde la Segunda Guerra Mundial, dentro de la guerra fr�a; y, en este contexto, tendr� lugar el fin del aislamiento franquista. El cambio lo indican la apertura de la frontera francesa, la negociaci�n de acuerdos comerciales con Francia y Gran Breta�a y la concesi�n de cr�ditos por los EEUU.
- En 1953 se firma el Concordato con el Vaticano, lo que supone por parte de Espa�a el reconocimiento de los privilegios otorgados a la Iglesia y, adem�s, la capacidad de Franco para presentar los obispos. Con EEUU, diversos acuerdos econ�mico-militares permitir�n obtener pr�stamos a cambio de ceder a los americanos bases en suelo espa�ol.
- En 1955, Espa�a es admitida en la ONU y en otros organismos internacionales.
? En el interior, son a�os de crisis econ�mica y de descontento social. La crisis pol�tica se resuelve con una reordenaci�n de las familias falangistas, adquiriendo protagonismo ahora los tecn�cratas vinculados al Opus Dei. Con ellos llegaran planteamientos modernos de la econom�a de corte neoliberal. Finaliza as� la autarqu�a, pero no hay cambios a nivel pol�tico.
- En esta coyuntura se publica la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional, que reafirmaba las bases del sistema pol�tico franquista: la denominada democracia org�nica, que no era real (asunto ya explicado en p�ginas anteriores).
- En los �ltimos a�os de la d�cada de los cincuenta, ante la creciente contestaci�n al r�gimen, se promulgan medidas de car�cter represivo, como la Ley de Orden P�blico de 1959, en la que se consideraban contrarios al orden los paros colectivos, las manifestaciones y reuniones, o cualquier acto que alterase la paz p�blica, consider�ndolas un delito de rebeli�n y, por tanto, sujeta a la autoridad militar.
4. LA ECONOM�A ESPA�OLA: AUTARQU�A E INTERVENCIONISMO
En los a�os cuarenta la econom�a espa�ola entr� en una fase de recesi�n econ�mica sin parang�n en la historia de Europa, cayendo todos los valores de la producci�n, aumentando la distancia con respecto a otros pa�ses de Europa. Pero la causa principal no fue la guerra (como aseveraba el franquismo, pues el tejido industrial estaba intacto y la producci�n agr�cola s�lo comenz� a descender una vez finalizada la contienda), sino la pol�tica econ�mica del r�gimen.
La aplicaci�n de los modelos nazi y fascista de autoabastecimiento y la sustituci�n del sistema econ�mico liberal-capitalista por otro nacional-sindicalista, con el control de los medios de producci�n para lograr la autosuficiencia econ�mica, fueron los principios. Para ello, se crearon toda una red de organismos (INI, SNT, CGTA, etc) y una normativa para regular los intercambios, precios y mercados. Las consecuencias fueron nefastas:
? Ca�da de la producci�n, al faltar materia prima y desinter�s (bajos precios y ganancias).
? Desabastecimiento y racionamiento, lo que favorece el mercado negro (estraperlo).
? Corrupci�n pol�tica (amiguismo, nepotismo, etc.), en la concesi�n de licencias y otras.
. La agricultura cay� por los bajos precios: en 1937 se crea el Servicio Nacional del Trigo, con el fin de asegurar el abastecimiento. Con en ese fin. El Estado adquir�a toda la cosecha de los agricultores, pero a unos precios reducidos (para que la poblaci�n consiguiera alimentos baratos). Por lo que los campesinos reducen su producci�n (no era rentable) o la desv�an al mercado negro. Adem�s, tambi�n influyeron malas condiciones meteorol�gicas (inundaciones y sequ�as, los llamados a�os del hambre). S�lo los acuerdos con Argentina, salvaron al franquismo de una situaci�n alimentaria cr�tica.
. La industria se vio perjudicada por la pol�tica econ�mica del Estado impuesta en esos a�os: se necesitaban materias primas, bienes de equipo y divisas (entre otras cosas); pero las nuevas leyes limitaban la participaci�n extranjera, las importaciones y la peseta se manten�a alta por prestigio pol�tico (lo que no favorec�a las exportaciones). Las autoridades franquistas echaban la culpa a la iniciativa privada y deciden impulsar el sector publico creando el INI, especializado en industrias de base: energ�a y siderurgia, transporte, miner�a, qu�mica y metalurgia. As� se forj� una industria b�sica, pero ineficiente y falta de competitividad.
. El comercio fue controlado por el Estado para limitar las importaciones, implantando los cupos y ayudando s�lo las operaciones autorizadas por el Estado. Eso limit� las importaciones, originando el desabastecimiento (sobre todo de materias primas, energ�a y bienes de consumo), retrocediendo a situaciones d�cimon�nicas (como el consumo del carb�n, el transporte ferroviario, electricidad d�bil y con frecuentes cortes, etc.
A pesar de lo dicho antes, en los a�os cincuenta se inicia una recuperaci�n debido a diversos factores (ya analizados): el cambio en las relaciones exteriores, intercambios comerciales, entrada de capital extranjero, divisas por el turismo, disminuci�n del intervencionismo estatal, cierta apertura al exterior, etc.; facilitado todo ello por la buena coyuntura econ�mica internacional. Esto reactiv� la producci�n industrial y agraria, al permitir la importaci�n de semillas, maquinaria, abonos y al elevarse algo los precios de la cosecha. La ayuda alimentaria americana, unido al moderado crecimiento de la producci�n agraria, permiten que finalice el racionamiento en 1951; si bien, la dieta de los espa�oles de entonces rozaba la desnutrici�n.
Pero ese crecimiento en los a�os cincuenta provoc� agudas contradicciones: eran inferiores las exportaciones que las importaciones, por lo que Espa�a se endeud� con el resto del mundo, originando una elevada inflaci�n, que en 1956 alcanz� su punto cr�tico, desatando huelgas y protestas, dejando claro que la pol�tica econ�mica aut�rquica estaba agotada.
Ser� el nuevo gobierno tecnocr�tico quien haga realidad el necesario cambio, con el Plan de Estabilizaci�n y Liberalizaci�n Econ�mica, de 1959; que, al liberalizar la actividad econ�mica y los intercambios exteriores, provocar�a el intenso crecimiento de los a�os sesenta.
Es importante se�alar que en los a�os cincuenta se inici� una pol�tica agraria basada en la colonizaci�n (actuaciones en extensas superficies de secano, a cargo del INC) y en la concentraci�n parcelaria (para solucionar el minifundismo); que, al combinarlo con el Plan de Obras P�blicas Hidr�ulicas, permiten la extensi�n del regad�o: Plan Badajoz, Plan Rosarito, etc. Tambi�n entonces se llev� a cabo un importante plan de repoblaci�n forestal, que afect� a un mill�n de hect�reas: con especies de r�pido crecimiento, buscando r�pida rentabilidad.
5. LA VIDA EN LA POSGUERRA
? La Represi�n: los primeros a�os de la posguerra estuvieron marcados por una gran represi�n, ya que se juzgaban las actividades desarrolladas durante la guerra (y antes). Numerosos Consejos de Guerra juzgaron a los republicanos (presentes o ausentes, por exilio o muerte?) por m�ltiples causas (incluyendo la de rebeli�n militar?).
Fueron numerosas las condenas a muerte, dictadas en juicios sumar�simos y sin garant�as a menudo. Encubriendo a veces las ejecuciones realizadas por los sublevados en la Guerra Civil.
Mayores fueron las penas a cadena perpetua y de reclusi�n mayor (la poblaci�n reclusa alcanz� en 1940 el n�mero de casi trescientos mil). Se crearon campos de concentraci�n y numerosos edificios fueron habilitados como prisiones. All� el hacinamiento, la brutalidad de los carceleros, el peligro constante de muerte por las ?sacas? o por enfermedades fue terrible.
En 1941, con la revisi�n de penas, se redujo el n�mero de reclusos: se rebajan muchas condenas, se concede la libertad condicional o se redimen penas por trabajo. Adem�s, hay que recordar que, en muchos casos, tras la excarcelaci�n se obligaba al destierro lejos de sus casas? En 1945 se concedieron leyes de indulto para delitos cometidos antes de abril de 1939.
Tambi�n hemos hablado de la Ley de Responsabilidades Pol�ticas, que declaraba delito (con car�cter retroactivo, hasta 1934, incluso a menores de 16 a�os) haber pertenecido o simpatizado con el Frente Popular, o cualquier actividad desafecta con el Movimiento Nacional. El objetivo era castigar y someter a los perdedores, obteniendo dinero para el Estado; ya que las sanciones eran econ�micas (multas, incautaciones, etc.), inhabilitaciones o destierro,
A destacar la depuraci�n de los empleados p�blicos (1939), donde la arbitrariedad era la norma general en la resoluci�n de los expedientes. En 1940 se cre� tambi�n el Tribunal Especial para la Represi�n de la Masoner�a y el Comunismo, cuyo nombre lo explica todo.
Resumiendo, se viv�a en un estado de inseguridad permanente, por las delaciones y denuncias que a veces escond�an venganzas personales. Y los certificados de buena conducta eran b�sicos.
? Condiciones de vida y de trabajo: adem�s de por la represi�n, la vida de la posguerra tambi�n estuvo marcada por el hambre, siendo necesarias las cartillas de racionamiento, que no aseguraban en absoluto la nutrici�n. En esas condiciones se puso a prueba la capacidad de supervivencia de los espa�oles, obligados a recurrir al mercado negro, donde el precio del pan, el aceite o el az�car se disparaba (originando la riqueza de los estraperlistas).
El f�tbol y los toros constituyeron la v�a de escape de la triste realidad. Adem�s, el deporte se convirti� en un elemento de propaganda del r�gimen: en los primeros a�os era habitual el saludo fascista en el f�tbol, y se sustituy� la tradicional camiseta roja por otra azul, celebr�ndose las victorias de la selecci�n como si fueran en el campo de batalla (sobre todo se trataba de pa�ses tradicionalmente enemigos?).
En esos a�os, la radio acompa�� la vida de los espa�oles retransmitiendo corridas, f�tbol y canciones; pero tambi�n se convirti� en el instrumento de propaganda del r�gimen, a la vez que algunos recurr�an a la audici�n clandestina de emisoras extranjeras (BBC) o del exilio (desde Mosc�). Tambi�n el cine colabor� con el Estado, donde se insertaba obligatoriamente el NODO y proliferaban las pel�culas patri�ticas o costumbristas. En 1956 nacer�a la televisi�n, aunque tardar� en generalizarse en los hogares espa�oles.
En esos a�os 50 se inicia el �xodo rural, motivado por el subempleo agrario, que oblig� a un mill�n de andaluces, extreme�os, castellanos y gallegos a emigrar a la periferia de las ciudades.
Igualmente, en la misma �poca, por primera la poblaci�n empleada en la industria y servicios era superior a la del campo.
La pol�tica social se bas� en la sumisi�n de los trabajadores, la prohibici�n de cualquier conflicto laboral (como las huelgas) y su encuadramiento en el �nico sindicato oficial existente: vertical, dependiente de la FET y de la JONS; donde se procuraba adoctrinarlos o movilizarlos cuando era necesaria una demostraci�n de adhesi�n de masas al Caudillo.
El control laboral por el Estado era m�ximo, con actuaciones como la creaci�n de la cartilla profesional obligatoria, donde se hac�a constar sus datos, si hab�a tenido sanciones, si era militante de FET, etc; como contrapartida, se aseguraba estabilidad en el empleo y se cre� el seguro de enfermedad en 1943. El gobierno siempre mantuvo los sueldos bajos, asegurando as� la rentabilidad de las empresas marginales y generando grandes rentas empresariales.
? Mujer, familia y costumbres: tras las experiencias emancipadoras de la Rep�blica, el franquismo se encarg� de ?devolver a la mujer a su lugar en la sociedad?: el hogar, donde ejercer�a de madre y esposa. Esta ideolog�a coincide con la de los reg�menes fascistas y fue difundida tanto por la Secci�n Femenina como desde el p�lpito. La legislaci�n laboral establec�a la obligaci�n del retiro al contraer matrimonio: s�lo pod�an trabajar legalmente las mujeres cabezas de familia, o las solteras sin otro medio de vida, y se limit� su ascenso profesional. La educaci�n de las ni�as era distinta a la de los varones: hogar, puericultura y econom�a dom�stica eran obligatorias en el Bachillerato.
El franquismo prest� especial inter�s a la familia, a la que consideraba un pilar esencial de la sociedad: se declar� el matrimonio cat�lico como �nico v�lido, derogaron la ley del divorcio (los divorciados desde 1932 volvieron a estar legalmente casados), se estableci� diferencia entre hijos leg�timos e ileg�timos, los �nicos nombres permitidos ser�an los del santoral romano en castellano (obligaron a cambiar de nombre a los republicanos), se introdujo el delito de adulterio (s�lo para mujeres?) y se registr� el derecho del padre o marido a lavar con sangre su honra, se declar� el aborto como un crimen y se prohibi� la venta de anticonceptivos.
La Iglesia vigilaba la moral p�blica y las costumbres. Adem�s de llevar el peso de la censura sobre la literatura y el cine, se llegaron a prohibir bailes y fiestas (como Carnavales),a la vez que se dictaron normas sobre comportamiento p�blico e indumentaria.
? Educaci�n y cultura: el franquismo borr� la reforma educativa rep�blicana, volviendo a la ense�anza tradicional y a los m�todos represivos: se prohibi� la educaci�n conjunta de ni�os y ni�as, por moral y objetivos. El colectivo de maestros sufri� una gran depuraci�n, y numerosos docentes represaliados fueron reemplazados por religiosos, excombatientes, mutilados de guerra y personal de la Secci�n Femenina; pues lo que importaba no era la formaci�n, sino la adhesi�n al r�gimen. Crucifijo, estampas de Franco y Jos� Antonio y otros s�mbolos adornaban las escuelas, donde se adoctrinaba en el nacional-catolicismo.
La vida cultural estuvo marcada por el exilio y la censura, pues la mayor�a de los intelectuales se marcharon fuera del pa�s, donde continuaron su vida enriqueciendo a los pa�ses destinatarios. S�lo los adictos al r�gimen pod�an expresar sus opiniones, y fueron muy pocos los que lograr aunar una calidad intelectual y expresarla (Cela, Buero Vallejo y otros).
El cine nacional se limit� a rescatar el folklore tradicional y las gestas imperiales (como la pel�cula ?Raza?, con gui�n del propio Franco). Contrastaba con el cine extranjero, m�s mundano y por supuesto fuertemente censurado.
En los a�os cincuenta har� su aparici�n una nueva generaci�n de escritores, pensadores y artistas en medio del p�ramo cultura espa�ol.
La prensa sufr�a la censura y un intenso control, y se consideraba a los peri�dicos como meros transmisores dela voluntad del Estado.
6. EXILIO Y OPOSICI�N INTERIOR
? El exilio: cerca de medio mill�n de espa�oles tuvieron que exiliarse al finalizar la Guerra Civil; destacando los artistas, pol�ticos y cient�ficos. Sus destinos fueron Am�rica Latina, especialmente M�jico, la URSS o sur de Francia. En este �ltimo pa�s sufrieron la ocupaci�n nazi, el r�gimen filofascista de Vichy, por lo que muchos fueron internados en Campos de Concentraci�n (como Largo Caballero), otros fueron devueltos, incluso para ser fusilados (como el presidente de la Generalitat, Companys). Pero hubo bastantes que combatieron en la Segunda Guerra Mundial, ayudando al triunfo contra la invasi�n nazi (en Francia o Rusia).
La desuni�n y la dispersi�n caracterizan las organizaciones pol�ticas antifranquistas en el exilio, donde se acentu� el enfrentamiento entre comunistas y las dem�s fuerzas pol�ticas, as� como la divisi�n del partido socialista (entre los partidarios y de Prieto y de Negr�n). Todos confiaban en que los aliados impondr�an la democracia en Espa�a, por lo que se crearon organizaciones para preparar el retorno.
El PCE defend�a otra estrategia: pensaban que s�lo la lucha y la acci�n directa acabar�a con Franco, creyendo que el pueblo se podr�a levantar si existiese un movimiento de guerrillas con un mando com�n. Iniciaron as� una expedici�n tras la liberalizaci�n de Francia, cruzando los Pirineos; pero tuvieron que replegarse ante la llegada de tropas franquistas. Despu�s se opt� por reactivar la guerrilla en el interior (el Maquis), enviado tropas y cuadros para organizarla o apoyarla, mostrando a los aliados que hab�a una oposici�n interior (para tomar una decisi�n).
Con el mismo objetivo re re�nen en M�jico las Cortes de la Rep�blica, para ofrecer a los aliados un gobierno democr�tico. Pero, aunque el r�gimen de Franco no fue reconocido, el de la Rep�blica tampoco.
Por eso, algunos socialistas (de Prieto) negocian con D. Juan de Borb�n, pero tambi�n fracasa ese proyecto de restauraci�n democr�tica, quedando s�lo la oposici�n interior al r�gimen.
? Esa Oposici�n interior fue doble, aunque d�bil al principio por la represi�n y otras causas. Entre los principales grupos de oposici�n interna destacan:
- La Guerrilla: durante la Guerra Civil en las serran�as de la zona nacional quedaron n�cleos guerrilleros, cuyo objetivo principal era su propia supervivencia y esperar el desenlace de la 2� Guerra Mundial. Despu�s del conflicto se extiende a otras zonas del territorio espa�ol, e incrementa su n�mero con miembros del ej�rcito republicano o fuerzas obreras (PCE y CNT, sobre todo). Su �poca de mayor actividad fue entre 1945 y 1947; y en esos a�os se multiplicaron los robos, secuestros e incluso la guerrilla lleg� a tomar alguna localidad durante algunos d�as.La estrategia franquista para frenar la guerrilla fue la de reprimir a la poblaci�n campesina para cortar el abastecimiento a los guerrilleros, tarea que hizo la Guardia Civil. Numerosas matanzas sin juicio previo, prisi�n, tortura sobre los familiares de los huidos, etc., fueron una pr�ctica habitual (seg�n la Ley de Represi�n del Bandidaje y el Terrorismo, de 1947). Hacia 1948, ante el acoso y el escaso apoyo popular, el PCE decidi� anular la guerrilla.
- Los inicios de la oposici�n cat�lica. Al principio, el apoyo de la Iglesia al r�gimen fue mayoritario, con s�lo algunas t�midas cr�ticas ante la conflictividad laboral creciente. Pero en las organizaciones del apostolado obrero (HOAC y JOC) empiezan a crecer las cr�ticas ante la falta de libertad sindical y ante las condiciones de los trabajadores.En estos a�os se crea tambi�n grupos clandestinos con pol�ticos confesionales, como la Uni�n Democr�tica Cristiana, Izquierda Dem�crata Cristiana, etc.
- Primeras huelgas. En 1945 y 1946 tuvieron lugar las primeras huelgas del franquismo en Barcelona y Pa�s Vasco, pero de estas movilizaciones no se enter� el pa�s. M�s trascendente fue la huelga de Barcelona en 1951, a causa del aumento de las tarifas del tranv�a, con un boicot seguido por el 97 % de usuarios. En 1956 se sucedieron otras huelgas en Pa�s Vasco y Barcelona, contestadas con las Leyes de Orden P�blico y de Bandidaje y Terrorismo. Esta mayor actividad se explica por el creciente n�mero de activistas cat�licos y de izquierda, que reorganizaron el movimiento obrero, desplazando a la direcci�n desde el exilio.
- Las protestas universitarias. Con Ruiz Gim�nez al frente del MEC hubo cierto aperturismo en el �mbito universitario. Pero los estudiantes se opon�an a la sindicaci�n obligatoria al SEU y pretenden celebrar un Congreso Nacional de Estudiantes en Madrid, con delegados elegidos libremente. Como no fue autorizado, los estudiantes asaltaron la Facultad de Derecho, se produjeron enfrentamientos y heridos. El Gobierno destituy� al ministro de Educaci�n al secretario General del Movimiento y a algunos rectores.
1.-RASGOS ESENCIALES DEL REGIMEN FRANQUISTA
En su larga duraci�n (casi 40 a�os) la dictadura de Franco destaca por una serie de rasgos constantes: dictadura personal, represi�n pol�tica e ideol�gica e impronta pol�tica y cat�lica. Sin embargo, es posible establecer dos grandes per�odos:
? El primero de ellos se extiende entre el fin de la Guerra Civil y finales de la d�cada de los a�os cincuenta. En esta etapa destaca el alineamiento con las potencias fascistas en la 2� Guerra Mundial, el aislamiento internacional posterior, la autarqu�a y recesi�n econ�mica, la involuci�n social y cultural, etc.
? Un segundo se extiende desde esta fecha hasta comienzos de los a�os setenta, cuando se inician una serie de cambios: progresiva apertura al exterior (no en el interior), transformaci�n de la econom�a y sociedad, modernizaci�n industrial (PEN del 1959), auge tur�stico, crecimiento demogr�fico (baby boom), emigraci�n interior y exterior (�xodo rural), etc. Pero, a pesar de los cambios, aumenta la conciencia antifranquista.
2.- FUNDAMENTOS IDEOL�GICOS Y APOYOS SOCIALES
Centr�ndonos ahora en la primera etapa, el integrismo cat�lico y el fascismo constituyen las fuentes ideol�gicas del franquismo. Lo que se traduce en:
- Antiliberalismo: es decir, rechazo al parlamentarismo, a la divisi�n de poderes y a la representaci�n pol�tica a trav�s de partidos. Cuando al final de la Segunda Guerra Mundial se pretenda disimular de cara al exterior el car�cter dictatorial del r�gimen, se recurrir� a formas de representaci�n de tipo corporativo: elecci�n de procuradores a Cortes a trav�s del sindicato, la familia y el municipio = ser� la denominada democracia org�nica.
- Anticomunismo. El franquismo era ante todo anticomunista, y ello englobaba bajo el termino de ?rojos? a socialistas, comunistas, anarquistas, etc. �sta ser� la cara con la que tender� a identificarse con las potencias occidentales, sobre todo cuando comience la Guerra Fr�a (para evitar el aislamiento).
- Visi�n jer�rquico-autoritaria de la pol�tica y de la sociedad, de claro origen fascista. La figura de Franco se reverenciaba como un caudillo enviado por Dios para salvar a la Patria: as�, junto a la bandera y el crucifijo su efigie ser� habitual en los edificios p�blicos. Esta visi�n del l�der se extiende a la sociedad: la autoridad del padre de familia, el maestro de escuela, el patr�n, etc, participan de esas caracter�sticas.
- El nacional-catolicismo. Con este t�rmino se alude a la identificaci�n entre el r�gimen y el catolicismo, acu�ado por la iglesia cuando a Franco se le otorga el car�cter de cruzado victorioso. La iglesia vener� su figura y el franquismo impuso la doctrina cat�lica y facilit� su dominio cultural y social, independientemente de derogar toda la legislaci�n laica de la Rep�blica.
- El militarismo. Los valores castrenses destacan la ideolog�a que difunde el franquismo: honor, valor, obediencia ciega, dar la vida por la Patria... As�, la vida en los a�os 40 se impregnan de militarismo, en la educaci�n f�sica de la escuela, en las organizaciones juveniles (OJE, Secci�n Femenina, etc.). Adem�s, penetra en la administraci�n, donde excombatientes, mutilados, etc., tienen preferencia para entrar.
- Nacionalismo espa�olista. El separatismo, junto con el comunismo (y la supuesta conjura judeo-mas�nica?), fue la bestia negra del r�gimen, a los que atribu�an todos los males de Espa�a. Se trat� de borrar el sentimiento regionalista (catal�n y vasco, sobre todo), con la prohibici�n de ense�as, himnos, lenguas y defendiendo a ultranza lo espa�ol.
- Recurso al pasado como legitimaci�n del presente: especialmente a las etapas hist�ricas gloriosas pret�ritas (Reconquista, RRCC y �poca Imperial, de las que toman los s�mbolos y nombres); a la vez que rechazan las �pocas de decadencia de Espa�a (como los siglos XVII, XVIII y XIX), por los movimientos que as� lo estiman (Racionalismo, Liberalismo y Marxismo).
- Carencia de libertades. Desde la sublevaci�n y hasta 1945, los espa�oles no conocieron ning�n derecho. Se promulga entonces el Fuero de los Espa�oles: una ley que, de cara al exterior, pretend�a suplir el sistema de derechos y libertades de los que carec�a el pa�s. Es una lista con muchas restricciones y pocos derechos, sobre todo sino se era partidario del r�gimen.
- R�gimen de partido �nico. Los partidos y asociaciones del Frente Popular fueron declarados ilegales, y el Decreto de Unificaci�n de 1937 oblig� a todas las formaciones pol�ticas a integrarse en FET de las JONS: �nica organizaci�n pol�tica permitida, cuya jefatura era de Franco. De este modo, evit� que otros pudieran cuestionar su autoridad, y dispuso de un aparato pol�tico necesario para hacer incuestionable su liderazgo. De esta organizaci�n depend�an el frente de Juventudes, la Organizaci�n Sindical, el SEU (Sindicato Espa�ol Universitario) o la Secci�n Femenina. La pertenencia al partido no llevaba impl�cita la coincidencia de criterios, y hubo en su seno tendencias llamadas familias pol�ticas.
- Concentraci�n de poderes en Franco. Una vez que se convierte en General�simo y Jefe de Gobierno del Estado Espa�ol, asume todos los poderes y, aunque la intenci�n de los militares no era otorgarle estas funciones a perpetuidad, Franco consigui� convertirlo en vitalicio. A �l correspond�a el poder ejecutivo y legislativo (promulgaba leyes y decretos, incluso sin consulta previa al Consejo de Ministros). No ten�a limitaciones, pues el Consejo Nacional s�lo era un �rgano consultivo, compuesto por miembros elegidos por el dictador.
- Respecto a los apoyos sociales, y como es l�gico, cont� con importantes ayudas (por eso dur� tanto tiempo el franquismo?). Entre otras, destacan:
? Las clases dominantes: recuperan sus bienes y posici�n social debido a la anulaci�n de la Reforma Agraria o la confiscaci�n anterior, se anula la conflictividad social (huelgas, horarios, salarios, etc.). Por eso lo acepta tambi�n la burgues�a catalana, nacionalista.
? Las clases medias rurales: tambi�n le apoyan, porque desaparece la conflictividad y se restaura el orden, de acuerdo con su mentalidad cat�lica y tradicionalista.
? Las clases medias urbanas: fueron las m�s reprimidas, por su apoyo a la Rep�blica.
? Jornaleros y obreros industriales: como es natural, tampoco apoyan al franquismo, siendo duramente reprimidos y explotados por caciques y patronos.
3. EVOLUCI�N POL�TICA EN LOS A�OS CUARENTA Y CINCUENTA
El r�gimen franquista se vio condicionado por las circunstancias externas. Acabada la Segunda Guerra Mundial, se impon�a un cambio de fachada en el r�gimen para evitar la condena internacional. De ah� que se estudie conjuntamente la pol�tica exterior e interior en tres apartados:
3.1.- 1939-1945: los a�os de la Segunda Guerra Mundial
? La pol�tica exterior ser� clave en esta etapa, ante la situaci�n internacional:
? Primero se aproxima al Eje, por su afinidad ideol�gica y ayuda prestada en la Guerra Civil, por lo que se adhiere al Pacto Antikomintern. Aunque, al iniciarse la 2� Guerra Mundial, se declara neutral.
? Despu�s, con los avances alemanes y entrada de Italia, se pasa de la neutralidad a la NO beligerancia. Franco se entrevista con Hitler en Hendaya, con el fin de negociar la posible participaci�n (aunque Espa�a no interviene.
? Lo que s� hubo fue una colaboraci�n en materias primas (wolframio) y apoyo log�stico y, cuando Alemania invade la URSS, acuden voluntarios falangistas de la Divisi�n Azul (al mando del general Mu�oz Grandes). Este hecho sirvi� a Franco m�s tarde para justificar antes los aliados su doble comportamiento: neutralidad ante los aliados y apoyo a las potencias del Eje con el fin de luchar contra el comunismo.
? Nueva vuelta a la neutralidad, tras la evoluci�n de los acontecimientos.
? La Pol�tica interior:
Es la etapa azul, o fascista, del r�gimen, con predominio de falangistas en el gobierno y de la colaboraci�n con las potencias del Eje. Como es l�gico, influye la situaci�n exterior vista antes.
La figura clave el Ram�n Serrano S��er, art�fice de la institucionalizaci�n del franquismo desde su llegada al poder en 1938. �ste adopt� una pol�tica german�fila y, desde una posici�n de privilegio (ministro de Gobernaci�n y de Asuntos Exteriores), promocion� a los miembros de la familia falangista, en el Gobierno y en el Partido, con la intenci�n de convertirlo en un Partido totalitario: organizaciones de masas, dependientes de la FET y de la JONS (Frente de Juventudes, Secci�n Femenina, organizaci�n sindical, etc.).
Sin embargo, no lo consigue y el Partido se convirti� en un instrumento al servicio del Estado, que desnaturaliz� sus programas y organismos; al contrario de lo que suele suceder en los reg�menes fascistas, donde el Partido predomina sobre el Estado. Adem�s, siempre cont� con la competencia de la Iglesia y el Ej�rcito en las tareas de ideologizaci�n y encuadramiento de la juventud.
Son los a�os de la represi�n de la Masoner�a y del Comunismo, de la Ley de Responsabilidades Pol�ticas y de los Consejos de Guerra que se extienden por el territorio.
Pero, a partir de 1942, se redujo el poder de los pronazis y es destituido Serrano Su�er (le sustituye el angl�filo Jordana).
Asimismo, se promulgaba la Ley de Creaci�n de las Cortes, con la que se revest�a al franquismo de representatividad (para disimular la Dictadura): mediante sufragio restringido se eleg�an a diputados (procuradores) en representaci�n de sindical (1/3), Colegios Profesionales y Academias (otro 1/3) y FET de la JONS (el otro 1/3). Su actuaci�n era m�s deliberativa que legislativa.
3.2.- Entre 1945 y 1950: el Aislamiento Internacional
? Pol�tica exterior:
El desenlace de la Segunda Guerra Mundial, con la derrota del fascismo, oblig� a adaptarse al r�gimen, destacando las singularidades del mimo: anticomunismo, catolicismo y negando el totalitarismo; a la vez que suprime los signos externos fascistas (como el t�pico saludo...).
- En la Conferencia de Postdam (julio de 1945), USA, Gran Breta�a y la URSS condenan el r�gimen; y no permiten a Espa�a el ingreso en la ONU: organismo que tambi�n condena nuestro r�gimen y recomend� la retirada de embajadores de Espa�a. Era el inicio del aislamiento internacional de la Espa�a de Franco.
- Pero, como comienza la guerra fr�a, no hay intervenci�n extranjera...
- En estos a�os de aislamiento, y para conseguir productos b�sicos (como petr�leo y alimentos), el gobierno de Franco inicia una pol�tica de acercamiento a los pa�ses �rabes, con Portugal y Suram�rica (especialmente con la Argentina de Per�n, que suministr� a Espa�a cereal y carne).
? Pol�tica interior:
En julio de 1945 se remodela el Gobierno, entrando en �l (y en otros altos cargos de la Administraci�n) personajes significativos del catolicismo. As� se consigue el apoyo del Vaticano (sobre todo con la influencia de Mart�n Artajo).
- Paralelamente se promulg� el Fuero de los Espa�oles, donde se reflejaban los derechos y libertades de los espa�oles: aunque s�lo a favor del franquismo, pero no en contra.
- En octubre de 1945 la Ley de Refer�ndum Nacional, que ofrece la apariencia de sufragio universal: porque dispon�a que, cuando la trascendencia de determinadas leyes lo aconsejara, el Jefe de Estado las someter�a a refer�ndum. En cualquier caso las consultas nunca tendr�an garant�as democr�ticas, y s�lo se recurri� a �l dos veces: cuando la Ley de Sucesi�n de 1947, y en la Ley Org�nica del Estado de 1966.
La Ley de Sucesi�n defin�a a Espa�a como un estado cat�lico, social y representativo que, de acuerdo con la tradici�n, se declaraba constituido en Reino. Con esta ley se zanjaba una cuesti�n importante, pues eran numerosos los espa�oles que ped�an restaurar la monarqu�a. El problema estaba en el enfrentamiento entre Franco y D. Juan de Borb�n: hijo y heredero de Alfonso XIII, firmante del Manifiesto de Lausana, que defend�a la monarqu�a constitucional y el Estado de Derecho como �nico sistema pol�tico capaz de reconciliar a los espa�oles. Con la Ley de Sucesi�n Franco content� a los mon�rquicos y a los tradicionalistas, ya que la cuesti�n de la sucesi�n quedaba abierta. M�s adelante se solucionar� el problema con D. Juan.
- En 1947 se promulga la Ley de Represi�n del Bandidaje y el Terrorismo para la represi�n y persecuci�n del ?maquis?, que resist�a en las principales zonas monta�osas de la Pen�nsula.
3.3.- de 1950 a 1959: el reconocimiento internacional del R�gimen
? Exteriormente, en 1950 comienza la Guerra de Corea, primer conflicto entre bloques desde la Segunda Guerra Mundial, dentro de la guerra fr�a; y, en este contexto, tendr� lugar el fin del aislamiento franquista. El cambio lo indican la apertura de la frontera francesa, la negociaci�n de acuerdos comerciales con Francia y Gran Breta�a y la concesi�n de cr�ditos por los EEUU.
- En 1953 se firma el Concordato con el Vaticano, lo que supone por parte de Espa�a el reconocimiento de los privilegios otorgados a la Iglesia y, adem�s, la capacidad de Franco para presentar los obispos. Con EEUU, diversos acuerdos econ�mico-militares permitir�n obtener pr�stamos a cambio de ceder a los americanos bases en suelo espa�ol.
- En 1955, Espa�a es admitida en la ONU y en otros organismos internacionales.
? En el interior, son a�os de crisis econ�mica y de descontento social. La crisis pol�tica se resuelve con una reordenaci�n de las familias falangistas, adquiriendo protagonismo ahora los tecn�cratas vinculados al Opus Dei. Con ellos llegaran planteamientos modernos de la econom�a de corte neoliberal. Finaliza as� la autarqu�a, pero no hay cambios a nivel pol�tico.
- En esta coyuntura se publica la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional, que reafirmaba las bases del sistema pol�tico franquista: la denominada democracia org�nica, que no era real (asunto ya explicado en p�ginas anteriores).
- En los �ltimos a�os de la d�cada de los cincuenta, ante la creciente contestaci�n al r�gimen, se promulgan medidas de car�cter represivo, como la Ley de Orden P�blico de 1959, en la que se consideraban contrarios al orden los paros colectivos, las manifestaciones y reuniones, o cualquier acto que alterase la paz p�blica, consider�ndolas un delito de rebeli�n y, por tanto, sujeta a la autoridad militar.
4. LA ECONOM�A ESPA�OLA: AUTARQU�A E INTERVENCIONISMO
En los a�os cuarenta la econom�a espa�ola entr� en una fase de recesi�n econ�mica sin parang�n en la historia de Europa, cayendo todos los valores de la producci�n, aumentando la distancia con respecto a otros pa�ses de Europa. Pero la causa principal no fue la guerra (como aseveraba el franquismo, pues el tejido industrial estaba intacto y la producci�n agr�cola s�lo comenz� a descender una vez finalizada la contienda), sino la pol�tica econ�mica del r�gimen.
La aplicaci�n de los modelos nazi y fascista de autoabastecimiento y la sustituci�n del sistema econ�mico liberal-capitalista por otro nacional-sindicalista, con el control de los medios de producci�n para lograr la autosuficiencia econ�mica, fueron los principios. Para ello, se crearon toda una red de organismos (INI, SNT, CGTA, etc) y una normativa para regular los intercambios, precios y mercados. Las consecuencias fueron nefastas:
? Ca�da de la producci�n, al faltar materia prima y desinter�s (bajos precios y ganancias).
? Desabastecimiento y racionamiento, lo que favorece el mercado negro (estraperlo).
? Corrupci�n pol�tica (amiguismo, nepotismo, etc.), en la concesi�n de licencias y otras.
. La agricultura cay� por los bajos precios: en 1937 se crea el Servicio Nacional del Trigo, con el fin de asegurar el abastecimiento. Con en ese fin. El Estado adquir�a toda la cosecha de los agricultores, pero a unos precios reducidos (para que la poblaci�n consiguiera alimentos baratos). Por lo que los campesinos reducen su producci�n (no era rentable) o la desv�an al mercado negro. Adem�s, tambi�n influyeron malas condiciones meteorol�gicas (inundaciones y sequ�as, los llamados a�os del hambre). S�lo los acuerdos con Argentina, salvaron al franquismo de una situaci�n alimentaria cr�tica.
. La industria se vio perjudicada por la pol�tica econ�mica del Estado impuesta en esos a�os: se necesitaban materias primas, bienes de equipo y divisas (entre otras cosas); pero las nuevas leyes limitaban la participaci�n extranjera, las importaciones y la peseta se manten�a alta por prestigio pol�tico (lo que no favorec�a las exportaciones). Las autoridades franquistas echaban la culpa a la iniciativa privada y deciden impulsar el sector publico creando el INI, especializado en industrias de base: energ�a y siderurgia, transporte, miner�a, qu�mica y metalurgia. As� se forj� una industria b�sica, pero ineficiente y falta de competitividad.
. El comercio fue controlado por el Estado para limitar las importaciones, implantando los cupos y ayudando s�lo las operaciones autorizadas por el Estado. Eso limit� las importaciones, originando el desabastecimiento (sobre todo de materias primas, energ�a y bienes de consumo), retrocediendo a situaciones d�cimon�nicas (como el consumo del carb�n, el transporte ferroviario, electricidad d�bil y con frecuentes cortes, etc.
A pesar de lo dicho antes, en los a�os cincuenta se inicia una recuperaci�n debido a diversos factores (ya analizados): el cambio en las relaciones exteriores, intercambios comerciales, entrada de capital extranjero, divisas por el turismo, disminuci�n del intervencionismo estatal, cierta apertura al exterior, etc.; facilitado todo ello por la buena coyuntura econ�mica internacional. Esto reactiv� la producci�n industrial y agraria, al permitir la importaci�n de semillas, maquinaria, abonos y al elevarse algo los precios de la cosecha. La ayuda alimentaria americana, unido al moderado crecimiento de la producci�n agraria, permiten que finalice el racionamiento en 1951; si bien, la dieta de los espa�oles de entonces rozaba la desnutrici�n.
Pero ese crecimiento en los a�os cincuenta provoc� agudas contradicciones: eran inferiores las exportaciones que las importaciones, por lo que Espa�a se endeud� con el resto del mundo, originando una elevada inflaci�n, que en 1956 alcanz� su punto cr�tico, desatando huelgas y protestas, dejando claro que la pol�tica econ�mica aut�rquica estaba agotada.
Ser� el nuevo gobierno tecnocr�tico quien haga realidad el necesario cambio, con el Plan de Estabilizaci�n y Liberalizaci�n Econ�mica, de 1959; que, al liberalizar la actividad econ�mica y los intercambios exteriores, provocar�a el intenso crecimiento de los a�os sesenta.
Es importante se�alar que en los a�os cincuenta se inici� una pol�tica agraria basada en la colonizaci�n (actuaciones en extensas superficies de secano, a cargo del INC) y en la concentraci�n parcelaria (para solucionar el minifundismo); que, al combinarlo con el Plan de Obras P�blicas Hidr�ulicas, permiten la extensi�n del regad�o: Plan Badajoz, Plan Rosarito, etc. Tambi�n entonces se llev� a cabo un importante plan de repoblaci�n forestal, que afect� a un mill�n de hect�reas: con especies de r�pido crecimiento, buscando r�pida rentabilidad.
5. LA VIDA EN LA POSGUERRA
? La Represi�n: los primeros a�os de la posguerra estuvieron marcados por una gran represi�n, ya que se juzgaban las actividades desarrolladas durante la guerra (y antes). Numerosos Consejos de Guerra juzgaron a los republicanos (presentes o ausentes, por exilio o muerte?) por m�ltiples causas (incluyendo la de rebeli�n militar?).
Fueron numerosas las condenas a muerte, dictadas en juicios sumar�simos y sin garant�as a menudo. Encubriendo a veces las ejecuciones realizadas por los sublevados en la Guerra Civil.
Mayores fueron las penas a cadena perpetua y de reclusi�n mayor (la poblaci�n reclusa alcanz� en 1940 el n�mero de casi trescientos mil). Se crearon campos de concentraci�n y numerosos edificios fueron habilitados como prisiones. All� el hacinamiento, la brutalidad de los carceleros, el peligro constante de muerte por las ?sacas? o por enfermedades fue terrible.
En 1941, con la revisi�n de penas, se redujo el n�mero de reclusos: se rebajan muchas condenas, se concede la libertad condicional o se redimen penas por trabajo. Adem�s, hay que recordar que, en muchos casos, tras la excarcelaci�n se obligaba al destierro lejos de sus casas? En 1945 se concedieron leyes de indulto para delitos cometidos antes de abril de 1939.
Tambi�n hemos hablado de la Ley de Responsabilidades Pol�ticas, que declaraba delito (con car�cter retroactivo, hasta 1934, incluso a menores de 16 a�os) haber pertenecido o simpatizado con el Frente Popular, o cualquier actividad desafecta con el Movimiento Nacional. El objetivo era castigar y someter a los perdedores, obteniendo dinero para el Estado; ya que las sanciones eran econ�micas (multas, incautaciones, etc.), inhabilitaciones o destierro,
A destacar la depuraci�n de los empleados p�blicos (1939), donde la arbitrariedad era la norma general en la resoluci�n de los expedientes. En 1940 se cre� tambi�n el Tribunal Especial para la Represi�n de la Masoner�a y el Comunismo, cuyo nombre lo explica todo.
Resumiendo, se viv�a en un estado de inseguridad permanente, por las delaciones y denuncias que a veces escond�an venganzas personales. Y los certificados de buena conducta eran b�sicos.
? Condiciones de vida y de trabajo: adem�s de por la represi�n, la vida de la posguerra tambi�n estuvo marcada por el hambre, siendo necesarias las cartillas de racionamiento, que no aseguraban en absoluto la nutrici�n. En esas condiciones se puso a prueba la capacidad de supervivencia de los espa�oles, obligados a recurrir al mercado negro, donde el precio del pan, el aceite o el az�car se disparaba (originando la riqueza de los estraperlistas).
El f�tbol y los toros constituyeron la v�a de escape de la triste realidad. Adem�s, el deporte se convirti� en un elemento de propaganda del r�gimen: en los primeros a�os era habitual el saludo fascista en el f�tbol, y se sustituy� la tradicional camiseta roja por otra azul, celebr�ndose las victorias de la selecci�n como si fueran en el campo de batalla (sobre todo se trataba de pa�ses tradicionalmente enemigos?).
En esos a�os, la radio acompa�� la vida de los espa�oles retransmitiendo corridas, f�tbol y canciones; pero tambi�n se convirti� en el instrumento de propaganda del r�gimen, a la vez que algunos recurr�an a la audici�n clandestina de emisoras extranjeras (BBC) o del exilio (desde Mosc�). Tambi�n el cine colabor� con el Estado, donde se insertaba obligatoriamente el NODO y proliferaban las pel�culas patri�ticas o costumbristas. En 1956 nacer�a la televisi�n, aunque tardar� en generalizarse en los hogares espa�oles.
En esos a�os 50 se inicia el �xodo rural, motivado por el subempleo agrario, que oblig� a un mill�n de andaluces, extreme�os, castellanos y gallegos a emigrar a la periferia de las ciudades.
Igualmente, en la misma �poca, por primera la poblaci�n empleada en la industria y servicios era superior a la del campo.
La pol�tica social se bas� en la sumisi�n de los trabajadores, la prohibici�n de cualquier conflicto laboral (como las huelgas) y su encuadramiento en el �nico sindicato oficial existente: vertical, dependiente de la FET y de la JONS; donde se procuraba adoctrinarlos o movilizarlos cuando era necesaria una demostraci�n de adhesi�n de masas al Caudillo.
El control laboral por el Estado era m�ximo, con actuaciones como la creaci�n de la cartilla profesional obligatoria, donde se hac�a constar sus datos, si hab�a tenido sanciones, si era militante de FET, etc; como contrapartida, se aseguraba estabilidad en el empleo y se cre� el seguro de enfermedad en 1943. El gobierno siempre mantuvo los sueldos bajos, asegurando as� la rentabilidad de las empresas marginales y generando grandes rentas empresariales.
? Mujer, familia y costumbres: tras las experiencias emancipadoras de la Rep�blica, el franquismo se encarg� de ?devolver a la mujer a su lugar en la sociedad?: el hogar, donde ejercer�a de madre y esposa. Esta ideolog�a coincide con la de los reg�menes fascistas y fue difundida tanto por la Secci�n Femenina como desde el p�lpito. La legislaci�n laboral establec�a la obligaci�n del retiro al contraer matrimonio: s�lo pod�an trabajar legalmente las mujeres cabezas de familia, o las solteras sin otro medio de vida, y se limit� su ascenso profesional. La educaci�n de las ni�as era distinta a la de los varones: hogar, puericultura y econom�a dom�stica eran obligatorias en el Bachillerato.
El franquismo prest� especial inter�s a la familia, a la que consideraba un pilar esencial de la sociedad: se declar� el matrimonio cat�lico como �nico v�lido, derogaron la ley del divorcio (los divorciados desde 1932 volvieron a estar legalmente casados), se estableci� diferencia entre hijos leg�timos e ileg�timos, los �nicos nombres permitidos ser�an los del santoral romano en castellano (obligaron a cambiar de nombre a los republicanos), se introdujo el delito de adulterio (s�lo para mujeres?) y se registr� el derecho del padre o marido a lavar con sangre su honra, se declar� el aborto como un crimen y se prohibi� la venta de anticonceptivos.
La Iglesia vigilaba la moral p�blica y las costumbres. Adem�s de llevar el peso de la censura sobre la literatura y el cine, se llegaron a prohibir bailes y fiestas (como Carnavales),a la vez que se dictaron normas sobre comportamiento p�blico e indumentaria.
? Educaci�n y cultura: el franquismo borr� la reforma educativa rep�blicana, volviendo a la ense�anza tradicional y a los m�todos represivos: se prohibi� la educaci�n conjunta de ni�os y ni�as, por moral y objetivos. El colectivo de maestros sufri� una gran depuraci�n, y numerosos docentes represaliados fueron reemplazados por religiosos, excombatientes, mutilados de guerra y personal de la Secci�n Femenina; pues lo que importaba no era la formaci�n, sino la adhesi�n al r�gimen. Crucifijo, estampas de Franco y Jos� Antonio y otros s�mbolos adornaban las escuelas, donde se adoctrinaba en el nacional-catolicismo.
La vida cultural estuvo marcada por el exilio y la censura, pues la mayor�a de los intelectuales se marcharon fuera del pa�s, donde continuaron su vida enriqueciendo a los pa�ses destinatarios. S�lo los adictos al r�gimen pod�an expresar sus opiniones, y fueron muy pocos los que lograr aunar una calidad intelectual y expresarla (Cela, Buero Vallejo y otros).
El cine nacional se limit� a rescatar el folklore tradicional y las gestas imperiales (como la pel�cula ?Raza?, con gui�n del propio Franco). Contrastaba con el cine extranjero, m�s mundano y por supuesto fuertemente censurado.
En los a�os cincuenta har� su aparici�n una nueva generaci�n de escritores, pensadores y artistas en medio del p�ramo cultura espa�ol.
La prensa sufr�a la censura y un intenso control, y se consideraba a los peri�dicos como meros transmisores dela voluntad del Estado.
6. EXILIO Y OPOSICI�N INTERIOR
? El exilio: cerca de medio mill�n de espa�oles tuvieron que exiliarse al finalizar la Guerra Civil; destacando los artistas, pol�ticos y cient�ficos. Sus destinos fueron Am�rica Latina, especialmente M�jico, la URSS o sur de Francia. En este �ltimo pa�s sufrieron la ocupaci�n nazi, el r�gimen filofascista de Vichy, por lo que muchos fueron internados en Campos de Concentraci�n (como Largo Caballero), otros fueron devueltos, incluso para ser fusilados (como el presidente de la Generalitat, Companys). Pero hubo bastantes que combatieron en la Segunda Guerra Mundial, ayudando al triunfo contra la invasi�n nazi (en Francia o Rusia).
La desuni�n y la dispersi�n caracterizan las organizaciones pol�ticas antifranquistas en el exilio, donde se acentu� el enfrentamiento entre comunistas y las dem�s fuerzas pol�ticas, as� como la divisi�n del partido socialista (entre los partidarios y de Prieto y de Negr�n). Todos confiaban en que los aliados impondr�an la democracia en Espa�a, por lo que se crearon organizaciones para preparar el retorno.
El PCE defend�a otra estrategia: pensaban que s�lo la lucha y la acci�n directa acabar�a con Franco, creyendo que el pueblo se podr�a levantar si existiese un movimiento de guerrillas con un mando com�n. Iniciaron as� una expedici�n tras la liberalizaci�n de Francia, cruzando los Pirineos; pero tuvieron que replegarse ante la llegada de tropas franquistas. Despu�s se opt� por reactivar la guerrilla en el interior (el Maquis), enviado tropas y cuadros para organizarla o apoyarla, mostrando a los aliados que hab�a una oposici�n interior (para tomar una decisi�n).
Con el mismo objetivo re re�nen en M�jico las Cortes de la Rep�blica, para ofrecer a los aliados un gobierno democr�tico. Pero, aunque el r�gimen de Franco no fue reconocido, el de la Rep�blica tampoco.
Por eso, algunos socialistas (de Prieto) negocian con D. Juan de Borb�n, pero tambi�n fracasa ese proyecto de restauraci�n democr�tica, quedando s�lo la oposici�n interior al r�gimen.
? Esa Oposici�n interior fue doble, aunque d�bil al principio por la represi�n y otras causas. Entre los principales grupos de oposici�n interna destacan:
- La Guerrilla: durante la Guerra Civil en las serran�as de la zona nacional quedaron n�cleos guerrilleros, cuyo objetivo principal era su propia supervivencia y esperar el desenlace de la 2� Guerra Mundial. Despu�s del conflicto se extiende a otras zonas del territorio espa�ol, e incrementa su n�mero con miembros del ej�rcito republicano o fuerzas obreras (PCE y CNT, sobre todo). Su �poca de mayor actividad fue entre 1945 y 1947; y en esos a�os se multiplicaron los robos, secuestros e incluso la guerrilla lleg� a tomar alguna localidad durante algunos d�as.La estrategia franquista para frenar la guerrilla fue la de reprimir a la poblaci�n campesina para cortar el abastecimiento a los guerrilleros, tarea que hizo la Guardia Civil. Numerosas matanzas sin juicio previo, prisi�n, tortura sobre los familiares de los huidos, etc., fueron una pr�ctica habitual (seg�n la Ley de Represi�n del Bandidaje y el Terrorismo, de 1947). Hacia 1948, ante el acoso y el escaso apoyo popular, el PCE decidi� anular la guerrilla.
- Los inicios de la oposici�n cat�lica. Al principio, el apoyo de la Iglesia al r�gimen fue mayoritario, con s�lo algunas t�midas cr�ticas ante la conflictividad laboral creciente. Pero en las organizaciones del apostolado obrero (HOAC y JOC) empiezan a crecer las cr�ticas ante la falta de libertad sindical y ante las condiciones de los trabajadores.En estos a�os se crea tambi�n grupos clandestinos con pol�ticos confesionales, como la Uni�n Democr�tica Cristiana, Izquierda Dem�crata Cristiana, etc.
- Primeras huelgas. En 1945 y 1946 tuvieron lugar las primeras huelgas del franquismo en Barcelona y Pa�s Vasco, pero de estas movilizaciones no se enter� el pa�s. M�s trascendente fue la huelga de Barcelona en 1951, a causa del aumento de las tarifas del tranv�a, con un boicot seguido por el 97 % de usuarios. En 1956 se sucedieron otras huelgas en Pa�s Vasco y Barcelona, contestadas con las Leyes de Orden P�blico y de Bandidaje y Terrorismo. Esta mayor actividad se explica por el creciente n�mero de activistas cat�licos y de izquierda, que reorganizaron el movimiento obrero, desplazando a la direcci�n desde el exilio.
- Las protestas universitarias. Con Ruiz Gim�nez al frente del MEC hubo cierto aperturismo en el �mbito universitario. Pero los estudiantes se opon�an a la sindicaci�n obligatoria al SEU y pretenden celebrar un Congreso Nacional de Estudiantes en Madrid, con delegados elegidos libremente. Como no fue autorizado, los estudiantes asaltaron la Facultad de Derecho, se produjeron enfrentamientos y heridos. El Gobierno destituy� al ministro de Educaci�n al secretario General del Movimiento y a algunos rectores.
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